YA SOY CONSULTOR
Tras la convocatoria extraordinaria y la reactivación de la carrera profesional en el Sistema Sanitario de la Comunidad de Madrid los profesionales que forman parte de las instituciones sanitarias públicas pudieron solicitar el acceso al nivel que por antigüedad y méritos les correspondiera. Pasados varios años al fin se abría la posibilidad de ver reconocida la labor desempeñada en distintos ámbitos de nuestra actividad laboral.
El acuerdo que dio origen a la carrera profesional (1) data de 2006 y fue aprobado por el Consejo de Gobierno en enero de 2007 (2). Nosotros expusimos nuestra opinión abiertamente en los albores de esta bitácora (3). Como se puede comprobar, no nos satisfacía por no ser la forma la adecuada para su propósito, es decir, «ser un elemento de motivación para los profesionales sanitarios, que muestre y valore el devenir de su vida profesional» (anexo II, 1).
Según la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, la carrera profesional es «el derecho de los profesionales a progresar, de forma individualizada, como reconocimiento a su desarrollo profesional en cuanto a conocimientos, experiencia en las tareas asistenciales, investigación y cumplimiento de los objetivos de la organización en la cual prestan sus servicios» (artículo 41.1). Durante estos 10 años el reconocimiento de nivel inicial es el único que ha tenido efectos económicos, sin duda un elemento motivador básico para cualquier trabajador. La crisis hizo que los sucesivos reconocimientos fruto de convocatorias en los centros no tuvieran repercusión dineraria.
Se cumplía así lo que en aquellas primeras entradas de este blog dijimos. El espíritu de la carrera profesional, un derecho como acabamos de leer, que es alentar, estimular, espolear en el desarrollo de las tareas asistenciales (algo que se presupone en todo caso), docentes, investigadoras, de gestión y el compromiso con la organización no se conseguía. Como ejemplos de situaciones podemos hablar de las brechas salariales mantenidas entre trabajadores que desempeñaban tareas similares por mor de diferencias pequeñas en cuanto al tiempo como empleado público. O la imposibilidad de progresar de nivel porque las convocatorias de diferían indefinidamente. O la desmotivación que provoca que el trabajador que tiene iniciativas o que realiza tareas añadidas a las habituales veía como no había la posibilidad de una diferenciación económica con los que no las tienen.
Si nuevas crisis o tormentas políticas no lo impiden la carrera profesional de los empleados sanitarios públicos de Madrid (y de otras CC.AA.) tenderá a normalizarse. Sin embargo, el valor de nuestra crítica inicial se mantiene. Ha habido estos años agravios que no podrán compensarse. Esperamos que pueda ser motor motivador para muchos, porque para los que entraron por edad directamente en niveles superiores tendrán que buscar otros estímulos. Los que estos años hemos hecho méritos y hemos alcanzado el nivel de Consultor (lo decimos con cierto sonrojo), tendremos que hacer lo mismo. Ojalá mantengamos motivación intrínseca y compromiso con el servicio público. Y, aparte del reconocimiento económico, se fomenten otras formas imaginativas que propicien la mejor atención posible a nuestros pacientes y usuarios. ¿Alguna sugerencia?
Referencias:
1. Acuerdo de 27 de noviembre de 2006 de la comisión de seguimiento del acuerdo marco sobre carrera profesional licenciados y diplomados sanitarios.
2. Acuerdo de 25 de enero de 2007, del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, por el que se aprueba el Acuerdo de 5 de diciembre de 2006 alcanzado en la Mesa Sectorial de sanidad entre la consejería de sanidad y consumo y las organizaciones sindicales presentes en la misma sobre carrera profesional de licenciados sanitarios y diplomados sanitarios. Actualizado a 28 de diciembre de 2017.
3. González-García, JA. La carrera profesional. En Fisioterapia, 5 de diciembre de 2006. Acceso el 9/8/2016. En https://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2006/12/05/carrera-profesional/.