¿Cómo navegar por las procelosas aguas de la vida? Es aparente que el ser humano ha buscado siempre una guía. Al principio la guía era la familia, los padres, la tribu, el maestro artesano.  Cuando la tribu se hizo demasiado grande se hizo necesario impartir mandamientos de obligado cumplimiento, leyes de comportamiento.

¿Es un hecho que solo se puede navegar siguiendo las leyes que otros han establecido?  Las leyes fijan a las sociedades en esquemas inmutables, en la repetición exacta del mismo proceder.  La única actividad de esas sociedades inmutables es la conquista del territorio del vecino, para volver a perderlo al cabo de unos años o de unos siglos. Leamos sobre la historia de las sociedades dogmáticas: Israel, los califatos, España en la Edad Media, la España de la Inquisición, la Francia de Luis XIV.  Avances y retrocesos sin cambio alguno. Los israelitas conquistan Canaan, lo pierden, lo reconquistan, lo pierden,… Siempre igual, sin cambio alguno.

 

¿Debe ser la vida una repetición eterna de la misma actividad? ¿No ofrece la vida nada distinto al comportamiento de una manada de cebras?

 

Desde la más remota antigüedad siempre ha existido el lobo solitario, el explorador de nuevos caminos, el que abre posibilidades de progreso. Los seres humanos vivían recibiendo diariamente su ración de dogma. Una visita a la ciudad medieval de Zamora deja esto bien claro. En la Zamora vieja hay una iglesia para cada 100 habitantes. Todos los días se recibía la ley a la que no podía escapar nadie.

 

Pero un día, lejos de allí, en la Toscana, un ser humano descubrió que era posible negar el dogma, y que esa posibilidad abría al ser humano infinitos caminos de libertad. Galileo descubrió la ciencia, el esquema mental contrario al dogma, el sistema de duda permanente que sin embargo permite vivir infinitamente mejor que el sistema dogmático, porque permite explorar constantemente nuevas avenidas de comportamiento. De estas avenidas, algunas serán ciegas, y el ser humano las abandona. Pero otras florecen con posibilidades sin cuento. El ser humano puede avanzar hacia nuevos mundos.

 

El sistema de la duda, el escape de la certeza es peligroso y exige valor y trabajo. El sistema del dogma es tranquilizador en su estulticia. Dentro de la manada las cebras pastan sin agobio. Las grandes masas que imponen sus deseos exigen seguridad y tranquilidad. El esclavo vende su libertad a cambio de pan todos los días. Dentro de la cerca no hay sobresaltos. Todos conocen las órdenes del dueño, y nadie acepta que otro las ponga en duda, pues eso les obligaría a reaccionar.

 

El dogma es seguro y estulto, y sobre todo, exige la inquisición que reclamaban los pueblos castellanos a sus reyes: Nadie puede ser distinto, porque si hay solo uno distinto el sistema estalla.

 

Y sin embargo la duda se alza siempre triunfante sobre el dogma. En la Castilla inquisitorial Colón parte hacia América. En la Italia dogmática Galileo puede publicar sus trabajos. En la Francia borbónica Rousseau puede abrir los ojos a los franceses. Alrededor de  la dogmática Nueva Inglaterra hay terreno de sobra para que los exploradores avancen escapando de los clérigos de Salem.

 

La lucha es amarga, pero el triunfo es seguro. El ser humano es ser humano porque la manada no es omnipotente. Si no fuera así seguiríamos pastando en las sabanas de África.  Siempre se puede avanzar, con dificultad, con resistencia, con excomuniones y cárceles, pero al fin se avanza por el camino, sin dogma, sin seguridad, sin certeza, pero con libertad.

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7 comentarios

  1. asi es Dr. Elvira, pero no olvide, y basta mirar nuestra historia, que la ‘manada española’ es de las peores que acepta el distanciamiento, y que lo castiga con crueldad, y es por esto y no por otras razones, que la ‘manada española o hispánica’, como Ud. la quiera llamar, no ha producido ninguna teoría ni idea relevante a lo largo de su historia…y es que el cerebro de la ‘manada española’ no va más allá de su estómago.

  2. asi es Dr. Elvira, pero no olvide, y basta mirar nuestra historia, que la ‘manada española’ es de las peores que acepta el distanciamiento, y que lo castiga con crueldad, y es por esto y no por otras razones, que la ‘manada española o hispánica’, como Ud. la quiera llamar, no ha producido ninguna teoría ni idea relevante a lo largo de su historia…y es que el cerebro de la ‘manada española’ no va más allá de su estómago.

  3. Dr. Ruíz de Elvira,

    Primero quiero confesarle la profunda admiración y respeto que me merece. Hace tiempo que le sigo la pista.

    Me asombra, sin embargo, que en un alegato contra el dogma eche mano de él. No hay consenso sobre Galileo, cualquier historiador de la ciencia se lo dirá. ¿Las bolas de plomo, la Torre de Pisa? Mito, por lo que sabemos. Digo mito como podría decirlo de la manzana de Newton. Sin embargo, la ciencia detrás de Newton está harto más clara que en el caso de Galileo… y ni siquiera se libra de ser uno de los más grandes alquimistas de su época. Esto, claro está, sin entrar en lo "científico" del propio Galileo. Por cuanto se sabe, tanto él, en menor medida, como el mismo Copérnico, fueron grandes dogmáticos. El heliocentrismo no es una idea científica, es una consecuencia de su admiración por los pitagóricos y su sentido de la estética. Como es el caso de Kepler.

    Tal vez mi respuesta está completamente fuera de lugar y su post sea un ejercicio de lírica científica. En cualquier caso, no estaría de más introducir un disclaimer a la americana advirtiendo al lector desprevenido de no tomar en serio la Historia detrás de la historia.

    Me dedico a la divulgación y me preocupa que se propagen ideas que puedan llevar al lector desinformado a la confusión. Por cuanto su blog tiene gran difusión, creo que es especialmente importante llevar cuidado y no dar por supuesto el conocimiento de la Historia que tenga todo lector.

    La ciencia es duda, como Ud. tan bien ha dicho. Sobre el sentido de la Ciencia, sobre sus personajes históricos, sobre su Método existen las mismas. El positivismo caducó hace tiempo.

    Sin más, un cordial saludo,

    Luis Quevedo

  4. Hola Luis:

    Si se sabe tan poco sobre Galileo como nos dices, ¿Sabemos que los experimentos que se le atribuyen eran un mito? Y por cierto ¿No pudo Newton ver caer una manzana? Yo he visto caer, sino manzanas, aceitunas, naranjas, peras, higos.

    En cuanto a que no hubiese ciencia detras de Galileo, es claro. La ciencia la inventó él, por lo que yo puedo colegir ( y he leido bastante sobre ello, pero puedo estar equivocado) y por tanto muchas de las cosas que hacía eran menos "científicas" que las que podemos hacer ahora.

    Pero fué el gran innovador. Antes de él ( o de alguien, o algunos de alrededor de su tiempo, porque siempre puede haber quien diga que fueron otros que no figuran, que no escribieron etc. ) no había libertad para decir "Es la Tierra la que se mueve" (frase que también puede ser un mito). Despues de él, cualquiera podía tratar de comprobarlo sin ayuda de los prelados de las iglesias.

    Me da lo mismo si existió la persona de Galileo, si dijo o no dijo lo que se le atribuye, si sus libros los escribió otro.

    Lo importante es que tras los los libros firmados por un tal Galileo Galilei, el dogma desapareció de la superficie de la Tierra, y cada persona podía comprobar por ella misma si lo que se afirmaba de cualquier cosa era verdad.

    Mil gracias por el cometario!

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