La ciencia, viviendo con la incertidumbre

La ciencia es el análisis de la realidad mediante un método peculiar y característico: El enunciado de teorías falsables, derivadas de observaciones, y comprobadas o rechazadas mediante experimentos u observaciones controladas, realizadas por varios grupos independientes entre sí y de quienes enuncian las teorías. 

El resto del conocimiento humano carece del mecanismo de comprobación y posible rechazo, y por ello se acepta por más personas, sobre todo cuando predica situaciones agradables no verificables, como los paraísos en la tierra o en el cielo. 

Ultimamente aparecen noticias catalogadas como científicas de manera constante en medios de comunicación carentes de garantías, o comentarios de  artículos científicos aparecidos en revistas supuestamente rigurosas, pero que no se han sometido al método científico de la validación o rechazo mediante experimentos u observaciones repetidas por grupos independientes.

Muchas veces son noticias ante las cuales la persona que escribe se siente extasiada, al describir un posible mundo nuevo, y cuando, pasado algún tiempo se descubre que las medidas u observaciones descritas no se han comprobado, o han sido rechazadas, ese rechazo no tiene sitio en los medios de comunicación. Es como cuando se difama a una persona que resulta inocente, pero no se publicita esa inocencia. 

Hoy se escribe, y se habla bastante,  sobre energía y materia oscuras, sin tomarse la molestia de definir qué puede ser eso. Se descubren agujeros negros mediante radiotelescopios, y se describen sus colores inventados, ya que las ondas de radio no los pueden mostrar. Hay personas que escriben acerca del “big-bang” como si esa entelequia hubiese sido observada, ni mucho menos mediante observaciones repetidas por personas o grupos independientes. O que estamos cerca del viaje en el tiempo. O que los cuerpos pueden influir unos sobre otros de manera instantánea. Faltan, en muchas de esas “noticias”, los elementos de incertidumbre, como faltan cuando leemos, por ejemplo, que el PIB de un país va a tener el valor “X”, o incluso que ha tenido el valor “Y”.

El mundo real es incierto, ya que está formado por multitud de elementos en interacción constante y no lineal. Quizás una entelequia como un péndulo matemático, un punto con masa pero sin dimensión, moviéndose en otra entelequia como un vacío perfecto, y aislado de interacciones gravitatorias con otros cuerpos, pueda ser considerado un sistema cierto, predecible y cuyo movimiento puede ser invertido en el tiempo. 

Pero esa entelequia no existe. El mundo real, el mundo físico, está formado por cuerpos de extensión distinta de cero, sometidos a rozamientos, y a interacciones no lineales con otros cuerpos, interacciones imposibles de eliminar. Al ser así, sus movimientos son inciertos y no invertibles en el tiempo, y con unos componentes considerables de aleatoriedad. 

Si queremos hacer ciencia, y no esoterismo o dogmatismo, debemos asignar a los fenómenos que describimos sus componentes de incertidumbre. En las facultades de Ciencias se enseña a los alumnos de primer curso a no exhibir nunca los resultados de una medida sin especificar su “error”, que no indica que la medida sea errónea, sino que tiene un intervalo de incertidumbre. 

Por ejemplo, cuando se indique cual ha sido o va a ser el PIB de un país, es imprescindible asignarle su “error”, es decir cual es la incertidumbre con la cual lo podemos conocer, porque nadie puede aceptar que un valor tal como “un crecimiento del PIB del 4.7 %” no haya sido o vaya a ser en realidad, de un 4 % o un 5 %, con lo cual sobra el decimal del primer número enunciado. Tenemos ejemplos diarios de cambios repetidos de esos crecimientos de los PIB a lo largo de las semanas y los meses de cualquier año. 

En ese sentido, cuando por ejemplo se escriba sobre los “primeros picosegundos del universo”, sería necesario, si queremos que eso tenga algo de ciencia, hablar de cuales son los errores o las incertidumbres sobre lo que se está afirmando, sin los cuales todo lo que se escriba carece de valor y hasta de realidad científica. 

Seguiré escribiendo sobre estos asuntos acerca de la incertidumbre en el mundo real, el mundo en el que vivimos, no cualquier otra entelequia que queramos imaginar, como uno de los cuadros de “El Bosco”, por ejemplo. 

Si alguien tiene curiosidad por estos temas puede consultar mi libro publicado en Kindle, que se encuentra tecleando  “Amazon – Disfrutando la Incertidumbre” en Google. 

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