El debate de la energía, las nucleares y las solares

Hoy hay voces que se levantan contra la implantación de centrales fotovoltaicas y eólicas, y otras que piden montar más centrales nucleares. El debate deriva de determinados países que han optado en el pasado por un sistema de suministro único: Gas, petróleo, nuclear, en vez de, reconociendo la incertidumbre del devenir, y utilizando el principio de precaución, diversificar al máximo las fuentes de energía. En este sentido, España está en una buena situación, al disponer de energía hidráulica, nuclear, solar y derivada del gas, en una mezcla, si no óptima, al menos razonablemente buena. 

El ser humano es un ser vivo, evidentemente, y por lo tanto una máquina que busca, consume y precisa energía que, si se analiza bien, es el equivalente de lo que en otro lenguaje se denomina “riqueza”.  Puesto que todos queremos ser cada vez más ricos, es preciso que cada uno disponga cada vez de más energía. 

La respuesta evidente a esta demanda es, en España, aumentar al máximo la captura de energía solar, que es nuestra energía autóctona. Hay quienes la rechazan por “fea”, algo que perturba el paisaje. Ahora bien, ¿cuál es la alternativa a esa perturbación del paisaje? Depender de, por ejemplo el gas, algo que no tenemos en España, ni siquiera empleando el fracking. 

Otra alternativa son las grandes centrales nucleares. Es razonable mantener las que ya tenemos, y quizás montar nuevas en los lugares donde se han desmantelado algunas antiguas. Pero no tiene sentido pensar en montar más centrales nucleares. Este tipo de generación de energía exige una serie de condiciones limitantes para su explotación. La primera es la disposición de grandes cantidades de agua para la generación de vapor y refrigeración de los reactores. En España tenemos muy poca agua, y menos garantizada a lo largo del año. No tenemos agua suficiente para montar más centrales de las que ya existen, en operación, o desmontadas. Adicionalmente, las centrales solo se pueden montar en zonas sin riesgos sísmicos, lo que descarta el valle del Guadalquivir. Y no pueden montarse en zonas montañosas, pues exigen una capacidad de evacuación rápida de las personas de sus entornos, lo que es imposible en esas zonas. Tenemos pues las centrales nucleares que podemos tener, y no es posible montar otras, en España. 

Aceptemos, pues, la “fealdad” de las centrales solares, fotovoltaicas y molinos de viento. Esa “fealdad” puede aceptarse si estas centrales se montan en zonas alejadas de las poblaciones. En España tenemos enormes extensiones de suelo baldío, desértico, en todas las zonas de la península. Sale un poco más caro (por el transporte de electricidad) montarlas en esas zonas, pero ese es un peaje que sí pueden imponer los distintos gobiernos de España a las empresas energéticas.  

En España estamos utilizando anualmente unos 1.5 billones españoles de kwh (electricidad, y consumo directo de hidrocarburos). Un metro cuadrado de suelo puede producir unos 300 kwh anuales de energía (fotovoltaica o eólica). Una sencilla división nos dice que para producir toda la energía que necesitamos en un año en España solo precisamos 5.000 (cinco mil) kilómetros cuadrados, la superficie de Cantabria. España tiene una superficie de 500.000 (quinientos mil) kilómetros cuadrados. Es decir, con un 1% de la superficie, podemos garantizar toda la energía que necesitamos. 

Se dice que la energía solar tardará mucho tiempo en ser instalada, y que precisa de almacenamiento. Es exactamente lo mismo que ocurre con la energía nuclear, con la diferencia de que la energía solar carece de peligro y es un factor de 10 (al menos) más barata.

Hay un problema adicional, tanto para la energía solar y la nuclear: La inseguridad jurídico-política de las inversiones necesarias. Si se resuelve este problema se puede avanzar, en el tiempo que sea necesario, en conseguir energía propia, abundante y estable en el tiempo. Para el problema actual, derivado de la invasión de Rusia sobre Ucrania, injustificada por la inexistencia de ataque alguno de Ucrania sobre Rusia, la única solución es utilizar las fuentes accesibles, carbono fósil, esencialmente, procedente de Venezuela, Nigeria y el resto de los productores, y el carbón autóctono. Es una desgracia, pero el cambio climático no lo vamos a parar, de cualquier manera, y peor desgracia sufren en Ucrania. 

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4 comentarios

  1. Estimado Antonio, lamento tener que corregirle, las centrales nucleares no consumen agua en grandes cantidades, emplean eso sí mucha agua para refrigerar el condensador y por tanto necesitan una fuente abundante, que puede ser fluvial, pero también puede ser el mar, y lo que hacen es tomar el agua y devolverla al mismo medio, sea un río o el mar, un poco más caliente, es decir a unos pocos grados de temperatura por encima que como la tomaron.
    Este es un foro científico y usted una persona a la que se le presupone rigor académico. Para desinformar sobre la energía nuclear ya hay gente de sobra en otros medios. Gracias.

  2. Gracias por el comentario. En España todas las centrales nucleares están a orillas de ríos de considerable caudal. Que yo sepa no hay centrales sobre el Manzanares, o el Duratón. En Francia muchas centrales paran en los veranos de canícula. Pero si usted dice que no se necesita agua …. Si lee usted bien el post, yo no he dicho que se consuma agua. He dicho que se precisa tener garantizada una considerable cantidad de agua durante todo el año, incluidos los veranos. Considerando los regímenes fluviales españoles, las centrales existentes, y las cerradas son y eran las que podíamos tener. Adicionalmente cada central proporciona 2 Gw de potencia. Montar una o dos nuevas no añade realmente nada al panorama energético español y son muy caras. De todas formas, sí he escrito que se podrían montar centrales nuevas en los lugares de las cerradas recientemente. Yo no estoy en contra de la energía nuclear. Solo digo que realmente no es una panacea. Ni mucho menos es la solución para el problema actual pues se tardan unos diez años en montar una de ellas. Pienso que el «mix» energético español es bastante razonable. Saludos.

  3. Estimados Antonio y Oscar,
    Por concretar con datos, «Cada central nuclear tiene una concesión de consumo de agua. Por ejemplo, una central nuclear de 1.000 MW utiliza entre 15 y 20 hm3/año. De esta cantidad se devuelve al medio alrededor del 95%. En todos los casos la devolución del agua al mar, río o embalse, se vigila de acuerdo con la normativa vigente y después de pasar a través de un sistema de enfriamiento, para que no haya un cambio térmico brusco en el ecosistema». (De foronuclear.org), es decir, en el mayor de los casos el consumo final sería de 1 hm3/año (1.000.000 m3/año). Por ponerlo en perspectiva, una ciudad como Teruel, con 35.700 habitantes, consume aprox 3.540.000 m3/año (Diario de Teruel)

  4. Sr. Valle, gracias por su comentario. Vuelvo a repetir mi argumento, y lo siento, porque no parece que me haga entender. Las centrales nucleares necesitan mucha agua, incluso en verano. Si deja de haber agua en Teruel, los habitantes regaran menos los jardines y lavaran menos. Si deja de haber agua en los campos de Murcia, las plantas se secaran. Pero si deja de haber agua en, digamos, el Alberche, una central colocada a orillas de ese rio tiene que parar. Y esto durante 4 meses al año. Las centrales precisan un suministro de agua considerable y constante, y eso en España se da en muy pocos lugares. Si se quiere, se pueden recuperar los sitios donde había centrales ahora cerradas, pero no parece importante para el mix eléctrico montar otras adicionales. Supongamos que se abre la posibilidad de hacerlo. Tras diez años de trabajos y una inversion considerable, se pone en marcha una central de 2 Gw. Durante esos diez años se han montado aerogeneradores en tierra y en el mar que producen 10 Gw. Bien venida esa central de 2Gw. Pero carece de importancia. FIJENSE QUE DIGO «BIEN VENIDA». No soy antinuclear, pero pienso que no las necesitamos ya hoy. Saludos cordiales!!

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