El despertar de volcanes aparentemente dormidos puede tener consecuencias globales
En este ensayo publicado en Aeon, el investigador Mike Cassidy advierte sobre los volcanes silenciosos que podrían desencadenar desastres globales sin previo aviso. El autor relata el caso del volcán El Chichón, cuya erupción explosiva en 1982 sorprendió al mundo tras siglos de aparente calma. Cassidy también señala que la mayoría de los grandes episodios volcánicos han ocurrido en volcanes que permanecieron dormidos por décadas o siglos, lo que dificulta su detección temprana.
El artículo enfatiza la desigualdad en la vigilancia volcánica: muchos volcanes activos no cuentan con instrumentación para monitoreo, lo que limita nuestra capacidad para anticipar erupciones. También muestra cómo las erupciones pueden alterar el clima global, provocar crisis alimentarias o desencadenar efectos negativos en regiones remotas. La conclusión es clara: debemos reforzar la coordinación internacional, ampliar la vigilancia de volcanes “ocultos” y mejorar la prevención para evitar que calamidades inesperadas tomen por sorpresa al mundo.