Una nueva propuesta recomienda incluir a ingenieros y arquitectos en la actual Formación Sanitaria Especializada. Los resultados del trabajo señalan que la formación de especialistas competentes en arquitectura e ingeniería sanitaria proporcionaría beneficios directos en la eficiencia, calidad y sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud
El diseño, mantenimiento y adaptación de los centros sanitarios son aspectos fundamentales para garantizar una atención segura, eficiente y centrada en el paciente. Sin embargo, hoy en día, en España no existe una vía oficial de especialización sanitaria para profesionales de la arquitectura e ingeniería, como sí la hay para las profesiones sanitarias. Un equipo de científicos, del que forma parte Laura Cambra Rufino, arquitecta de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), plantea cambiar esta situación.
Los investigadores proponen extender el modelo de Formación Sanitaria Especializada —reservado hasta ahora a disciplinas como medicina o enfermería— a otras como la arquitectura y la ingeniería mediante residencias remuneradas en hospitales y centros de salud. El programa sugerido tendría una duración de tres años e incluiría formación teórica, rotaciones por servicios sanitarios, participación en proyectos reales de mejora y elaboración de un trabajo final. Además, no se limitaría a hospitales, abarcaría centros de salud, especialidades y centros de media y larga estancia, incorporando así toda la diversidad del sistema sanitario. Los resultados del estudio han sido publicados en la Revista Española de Salud Pública, del Ministerio de Sanidad.
La propuesta se inspira en experiencias ya consolidadas en Argentina, donde existen desde hace más de una década residencias hospitalarias para profesionales de la arquitectura. Estas han demostrado beneficios tangibles en el diseño, mantenimiento y planificación de las infraestructuras sanitarias.
“El sistema sanitario no solo necesita buenos profesionales, sino también infraestructuras bien diseñadas, seguras, eficientes y adaptadas a las nuevas demandas”, explica Laura Cambra-Rufino, profesora de la ETSAM (UPM).
Además del impacto formativo, la iniciativa busca aprovechar los propios centros sanitarios como una fuente intensiva de conocimiento, facilitando una comprensión profunda del funcionamiento interno de estos espacios. De este modo, los residentes no solo adquirirían competencias técnicas, sino también una visión integral del sistema de salud. Como señala Cambra-Rufino, “formar profesionales técnicos con conocimiento profundo del entorno sanitario puede mejorar la seguridad del paciente, optimizar recursos y liberar de carga de gestión a otros perfiles clínicos”.
Este proyecto formativo podría generar un impacto significativo en la consolidación técnica del Sistema Nacional de Salud. Resultaría especialmente valioso para identificar las necesidades físicas de cada centro, planificar reformas y coordinar las obras con empresas externas, aliviando a los profesionales asistenciales de tareas que no les corresponden.
En definitiva, esta iniciativa representa una oportunidad para repensar el papel de la arquitectura y la ingeniería en la salud pública, incorporando nuevas disciplinas a un Sistema Nacional de Salud en constante transformación.
Referencia bibliográfica:
Cambra-Rufino L, Ibarrola-Leiva F, Paniagua-Caparrós JL. ¿Y si ampliamos la Formación Sanitaria Especializada para la arquitectura e ingeniería? Rev Esp Salud Pública. 2024; 98: e202407042.