Descubrir nuevas medicinas para combatir las infecciones: una tarea urgente pero difícil

autor: Miguel Vicente

El debate sobre las enfermedades infecciosas y los medios disponibles para combatirlas suscita interés por la creciente preocupación de los profesionales de la salud y del público en general con respecto al aumento de las infecciones causadas por microorganismos multirresistentes, la progresiva pérdida de la eficacia de los antimicrobianos y la falta de desarrollo de nuevos antibióticos. La aparición de enfermedades emergentes y la rápida propagación de las resistencias, hacen vital mantener políticas activas para incorporar los resultados de la investigación al sector productivo y para finalmente llevar nuevas medicinas hasta el paciente.

La Fundación madri+d en colaboración con el Centro Nacional de Biotecnología y el Programa COMBACT, organizan el próximo 29 de septiembre una jornada sobre “Nuevas herramientas para combatir enfermedades Infecciosas.


Los antibióticos que eran fáciles de descubrir son los que ya tenemos. Muchos de ellos, la penicilina incluída, son cada día menos eficaces porque muchos patógenos han adquiridoresistencias frente a ellos. La resistencia frente a la penicilina ya se había descubierto antes de empezar a usarse para tratar las infecciones en la segunda guerra mundial. Encontrar nuevos antibióticos es cada vezmás difícil y son menos los que llegan a utilizarse paratratar las infecciones.



No suele saberse que, actualmente, en Estados Unidos el número de muertes provocadas por un único patógeno bacteriano, MRSA (el Staphylococcus aureus resistente a meticilina), es mas elevado que las producidas por SIDA.También ocurre que algunas victimas del virus de la gripe H1N1, como suele ocurrir con muchos tipos de gripe, fallecen por infecciones bacterianas asociadas a la enfermedad y no como resultado directo del ataque vírico. Estos hechos contrastan con el interés relativamente bajo de la opinión pública y de los presupuestos asignados por las administraciones para el desarrollo de nuevas terapias para combatir a las bacterias patógenas. En España, en un mismo instituto, hay proyectos financiados de investigación en virus que consiguen el doble de financiación respecto a los proyectos que investigan bacterias.

Pese a que las vacunas hayan demostrado su utilidad en la prevención de algunas infecciones bacterianas específicas es poco práctico conferir inmunidad contra muchas bacterias que ocasionalmente se convierten en patógenos oportunistas, puesto que frecuentemente habitan el cuerpo humano, y en general son necesarias para mantener una flora bacteriana sana y equilibrada. Además, al ser las vacunas altamente específicas son efectivas contra un limitado rango de bacterias, y muy frecuentemente únicamente contra algunos serotipos específicos.

Estas son solo un par de razones para enfatizar la necesidad de desarrollar antibióticos para combatirlas infecciones una vez establecidas. A pesar de que el número de antibióticos disponibles permite el tratamiento de la mayoría de las infecciones, no ocurre lo mismo con un buen número de enfermedades en las que el patógeno ha adquirido resistencia contra los fármacos más comúnmente prescritos o incluso, como es el caso del VRSA (S. aureus resistente a vancomicina), contra antibióticos que solo se utilizan en los hospitales y que hasta hace poco se consideraban como la última arma contra las infecciones.

La necesidad de descubrir nuevos antimicrobianos para contrarrestar la propagación de resistencias ha sido reconocida entre la comunidad académica por más de una década. Sin embargo, hay un creciente desinterés por parte de la opinión pública, de las compañías farmacéuticas y del sector público en lo que se refiere al apoyo a los esfuerzos para desarrollar nuevos compuestos antibióticos. Es más, a medida que el número de nuevos antibióticos se reduce año tras año, parece ser más difícil descubrir nuevas entidades químicas que se puedan desarrollar como terapias eficaces. El abordaje intensivo para descubrir inhibidores capaces de bloquear específicamente una actividad o interferir en una interacción es muy laborioso y requiere un gran componente de investigación fundamental, lo que frecuentemente no se valora a la hora de asignar fondos destinados a la investigación prefiriendo financiar proyectos de aplicación más directa. Ya se han realizado sin éxito importantes investigaciones cuya brillante estrategia intentaba explotar las prometedores tecnologías “ómicas”. A los antibióticos, por otro lado, no se les valora como bienes de consumo y la mayoría, si no todas, las grandes compañías farmacéuticas los han abandonado en sus prioridades de investigación en favor de los llamados blockbusters, medicamentos que proporcionan beneficios anuales superiores a un millón de Euros.

Ante este escenario, la búsqueda de nuevos antibióticos exigirá grandes dosis de ingenio y un esfuerzo continuo de apoyo a la investigación en varios frentes. Mientra que es difícil predecir la estrategia de investigación que conducirá a resultados potencialmente explotables, la actual forma de financiación no garantiza una continuidad suficiente para completar los objetivos que conduzcan a un resultado final satisfactorio. Aún así, hay varios proyectos en curso que explorannuevas dianas y estrategias de inhibición para descubrir los antibióticos del futuro.


Para inscribirse en la jornada, obtener el programa y otros detalles se dispone de una página en la web de los foros de ciencia y tecnología mi+d.


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