Por Javier Segura del Pozo

Médico salubrista

 

Como continuación de nuestros últimos post de la serie Desarrollo comunitario (DC) (ver Desarrollo comunitario), basados en el enfoque ABCD (Asset Based Community Development), hoy comentaremos el método de la investigación apreciativa (Appreciative inquiry), que mediante varios instrumentos de movilización (grupos de discusión, compartir historias-storytelling, tertulias de café, etc.), indaga en las fortalezas de una comunidad y promociona proyectos colectivos de cambio. Sin embargo, no debemos olvidar que la teoría apreciativa es de raíz religiosa y está inspirada en el pensamiento positivo. Evita análisis sociales causales y huye de una visión social conflictiva. Y por ello, tiene el riesgo de ser un instrumento más de control social, en vez de una herramienta para el cambio social.

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Sesión de investigación apreciativa, como parte del culto de la iglesia «First Presbyterian Church
«en Charlottesville, Virginia, EE.UU., marzo 2010. Fuente:
http://www.flickr.com/photos/bsabarnowl/4414607071/

 

¿Qué es una  investigación apreciativa (Appreciative inquiry)?[1]

Es un método de consultar una comunidad, basado en el modelo ABCD , que busca valorar y reproducir las fortalezas presentes en un grupo, una comunidad o una organización, y los éxitos alcanzados en su historia. El fin es desarrollar una visión realista y posible sobre el futuro y un compromiso de una acción sostenible para alcanzarlo

El principio

Aprende de los éxitos: mira lo que funciona bien y haz más de ello.

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Fuente: Federico Varona, “Todavía es posible soñar: Teoría apreciativa  y  comunicación empresarial”. San José State University Communication Studies Department. http://appreciativeinquiry.case.edu/uploads/TACOR%2020033.pdf

Las 5 fases de la intervención apreciativa

  1. Define: Los socios claves acuerdan el enfoque positivo de la investigación. Por ejemplo, “cómo hacemos d este lugar una ciudad libre de humos”, en vez, de “cómo evitamos que la gente fume”. Es decir, aunque esta fase empiece con un problema, lo transforma en una visión positiva.
  2. Descubre-Valora. A través de técnicas narrativas (storytelling), o un proceso de investigación grupal, utilizando encuestas o conversaciones apreciativas, el grupo va descubriendo experiencias positivas y habilidades presentes. Va acordando colectivamente lo que funciona y lo que podrían llegar a alcanzar, basado en este conocimiento pasado y presente.
  3. Sueña-imagina: ¿Qué es lo que podría ser? A partir del descubrimiento. El grupo desarrolla un sueño o una visión compartida del futuro. Es presentada en forma de series de “propuestas provocadoras”, que sintetiza lo que el grupo le gustaría trabajar en el futuro. Las propuestas tienen que ser positivas, constituir un reto, ser innovadoras y basadas en experiencias reales.
  4. Diseña-Construye: a partir de su experiencia colectiva, ¿qué es lo que tendrían que hacer para crear la visión ideal del futuro? ¿Qué vías innovadoras pueden encontrar para realizarlo?
  5. Ejecuta-mantiene: Planifica la acción para ejecutar el sueño. ¿Cómo puede el grupo asegurar la sostenibilidad de los cambos?

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Gráfico sobre los cinco pasos de la investigación apreciativa. Fuente imagen: http://www.solutionsbymikki.com/ai.htm

Como técnicas de investigación y movilización social para el desarrollo comunitario, asociadas al enfoque ABCD, y utilizadas en las investigaciones apreciativas, destacan la investigación narrativa (Storytelling) y las tertulias de café (The World Café)

Investigación narrativa (Storytelling)

Es un método informal y apreciativo de recoger información sobre la propia experiencia de las personas,  de sus proyectos y actividades exitosas, sus propias habilidades, triunfos y esperanzas. Se invita a las personas a contar y compartir historias sobre formas y modos como se han enfrentado en el pasado a situaciones difíciles o retos (por ejemplo, cuidar un enfermo terminal; ver en este blog el post Las comunidades compasivas: el bienestar en el  final de la vida). El hecho de compartir y valorar estas historias, aparentemente “particulares” y “especificas”, proporciona confianza en sus miembros y les ayuda a descubrir los aspectos comunes de estos problemas. Además, produce hondos lazos de solidaridad y comprensión mutua, llegando a la conclusión de que lo que sirvió a uno, puede volver a servir a otros. Se socializa el conocimiento, y se analiza su aplicación y adaptación a la situación actual.

 

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Portada del libro: “The First Primrose. Stories for wellbeing at the end of the life” (La primera prímula. Historias de bienestar al final de la vida). Editada por Maria Whatton y Manjula Patel. Maria es una escritora y cuenta-cuentos que ayudó a Manjula, la coordinadora del programa de comunidades compasivas en Sandwell, a recoger historias de gente que había sufrido pérdidas y duelos. Se puede descargar en inglés en: http://www.wellbeingindying.org.uk/pdf/firstprimrose.pdf

 

Las tertulias de café (The World Café)

Es una forma de atraer a un número importante de personas a una conversación, sobre un tema candente que les importa a todos, en un ambiente relajado y con un encuadre, que permite que emerja toda la sabiduría presente, que se multiplique mediante la interacción y que se enriquezca mediante la confrontación de los diferentes puntos de vista. En el café, unas 5 o 6 personas están sentadas alrededor de cada mesa, charlando entre si y con una persona que hace de anfitrión. Al cabo de 20 minutos, se cambian de mesa y el anfitrión se queda para resumir a los nuevos la discusión previa. Al final, se recogen y extraen los temas e ideas emergentes por parte de todo el grupo. Ver http://www.theworldcafé.com/articles/cafetogo.pdf

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Fuente imagen: http://www.iyi.org/community-connection/youth-worker-cafes.aspx

 

Interrogantes sobre una teoría postmoderna

 

Nada me fastidiaría más, que contribuir a propagar la idea que una técnica o un método no están asociados a una teoría o a una forma de ver el mundo. Lo mismo ocurre con la investigación apreciativa. Es importante saber sus raíces y lo que supone para nuestra forma de trabajar en una comunidad.

 

Cómo dice Federico Varona, en su interesante trabajo sobre la teoría apreciativa[2], ésta pretende ser una vía alternativa  a las formas convencionales de investigación-acción, que además reivindica ser más eficaz para despertar la imaginación, favorecer el dialogo y alcanzar el compromiso de las comunidades y grupos sociales. Es una teoría postmoderna que, aunque pretende el cambio social, renuncia a comprender la existencia social en su totalidad:

 

Su objetivo no es establecer las relaciones causales que pueden existir entre variables organizacionales tales como tecnología, ambiente, tamaño, y estructura organizacional. Por el contrario, la teoría apreciativa se embarca en perspectivas investigativas que dan preeminencia a esquemas interpretativos, que están históricamente situados y constantemente cambiando y que son usados por los miembros de determinado grupo para dar vida y sentido a sus acciones y decisiones”.

 

Se basa en el pensamiento positivo, muy en boga en los círculos de gestión empresarial, que invita a “reconocer lo bueno en vez de lo malo que nos rodea”, “el vaso medio lleno, en vez de medio vacío”.  El autor del pensamiento positivo fue un predicador norteamericano, que escribió el primer libro de auto-ayuda y que tuvo un gran éxito mediático, en la segunda mitad del siglo pasado: Norman Vincent Peale. Según la Wikipedia, Peale (1898-1993), autor de El Poder del Pensamiento Positivo y creador de la teoría del pensamiento positivo, fue uno de los más famosos predicadores de Nueva York y conferenciante sobre la motivación. Fundó la revista Guideposts y varias organizaciones que incluyen Peale center, Positive Thinking Foundation y Guideposts Publications

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Norman Vincent Peale, autor de la teoría del pensamiento positivo, en una portada de la revista Guideposts de 1989. Fuente: http://www.alladdictsanonymous.org/articles_peale.htm

Pero, digo yo: centrarnos en lo positivo y evitar lo negativo, ¿supone no fijarnos en lo conflictivo, incluido el conflicto de intereses? ¿Supone evitar la idea de que hay responsables o culpables en una situación de explotación o discriminación en una comunidad? ¿Supone renunciar a la crítica? ¿Podemos usar el pensamiento positivo, sin renunciar a considerar la existencia de un conflicto de clases y su impacto en la realidad social que pretendemos cambiar? ¿Cómo podemos huir de dos tipos de simplificaciones, que, por diferentes razones, no consiguen cambiar el injusto status quo social, que destruye la salud de las comunidades: una que nace del modernismo y otra del postmodernismo?

Una es la que nos dejaron ciertos desarrollos históricos del modernismo, intentando abarcar la complejidad de la realidad mediante una teoría integral, una ciencia única y verdadera, y a través de acciones a gran escala, con «organizaciones de masas»; a la vez que desatendía lo micropolítico, lo psicosocial, lo cultural, lo individual, y que laminaba lo periférico, lo que se sale de la norma….No teniendo en cuenta, como «el poder» y «la dominación», no solo son elementos inherentes a las formas de organización del estado, sino que están presentes en todas las relaciones, incluso las interpersonales. A partir de esta perspectiva del poder, se entiende la irremediable tendencia a la burocratización de las organizaciones (políticas, sindicales, de derecho, científicas), que aunque fueran creadas para fines tan loables como el bienestar, la justicia, la emancipación y la búsqueda del conocimiento, acaban convirtiéndose en maquinarias conservadoras del poder y del saber. Se transforman en otros instrumentos de dominación y de defensa del status quo general y de los privilegios particulares de quienes las gestionan y sustentan. Todo ello, bajo la invocación de la defensa del fin último, que justifica los medios, bien sea bajo la forma de la defensa de «los nuestros»,  o de la razón de estado (o de la de partido, sindicato, o profesión) o de la ciencia verdadera (ver nuestra serie de «Biopolítica y Salud Pública«) .

Cuando estas teorías totalizantes chocan con la compleja realidad, cuando no son capaces de resolver los problemas de los dominados y son visualizados por éstos, cómo otro instrumento de control social o nido de privilegiados, los movimientos sociales, que inicialmente las sustentaron confiando en su potencial emancipador, se deshacen como azucarillos. Dejan «campos sociales quemados», sin esperanza ni expectativas en el futuro (Non future), donde el valor de la acción colectiva y la Política quedan desprestigiados. Incluso lo más dominados, quedan encerrados en sí mismos, conformándose con su destino y centrados en el «sálvese quien pueda» o «virgencita, que me quede como estoy» o en el «todos los políticos son iguales» ¡Qué pereza el reconstruir de nuevo teorías tan abarcadoras, que den cuenta de la realidad… y que sean eficaces para su transformación! ¡Qué desconfianza hacia las organizaciones y «los políticos»!

Esta situación nos empuja fácilmente a una estrategia de confiar solo en nuestro próximo (amigo, familiar, vecino, paisano, compañero de equipo de futbol) y, como mucho, a valorar los pequeños cambios de la vida cotidiana y las acciones más micropolíticas, que, aunque sepamos que no ponen en peligro el injusto status quo político social (considerado intocable, cuando no «un mal menor»), alivian las situaciones más extremas y construyen pequeñas redes de solidaridad (véanse las experiencias que vamos contando en nuestra serie de DC). Unos, consideran que esto es lo máximo que se puede esperar en la acción social. Otros, lo valoran como micropolíticas útiles en lo local, alternativas al pasotismo y el individualismo; estrategías provisionales o transicionales, que permiten ir tejiendo una red de aprendizaje mutuo y preparar el terreno, para la llegada de las condiciones objetivas, que permitan: hacer confluir estas acciones colectivas locales, construir una nueva razón crítica, poner en píe una alternativa global y romper, al fin, este injusto status quo global.

Pero otra simplificación, es  la de estas teorías postmodernas, que a veces dan la cara como meros métodos de auto-ayuda, que con el pretexto de huir del conflicto, de «lo político», de centrarnos en “el buen rollo” y conformarnos con pequeños cambios, a pequeña escala; pueden simplificar y mutilar la realidad, reprimir los discursos críticos y , no solo, neutralizar los cambios radicales (es decir, los que van a la raíz de las situaciones, que queremos cambiar), sino contribuir al control social.  Son teorías que se centran en lo individual (o en el grupo de vecinos o próximos), y confían en la fuerza de la mente y la voluntad del individuo, desatendiendo lo más social, estructural, lo macro, lo global, lo que (sobre e «inter») determina lo psicológico y lo individual. Las que acaban en una mera receta de cocina para cambiar la realidad cotidiana individual.  Tengo dudas, que a  partir de planteamientos, como los del pensamiento positivo, podamos construir el conocimiento-emancipación, que reivindican pensadores postmodernistas como Boaventura de Sousa Santos («Critica de la razón indolente. Contra el desperdicio de la experiencia», Edit Desclee, 2003). ¿Es este el camino para poder formular «las preguntas sencillas adecuadas» sobre nuestra realidad, para construir un nuevo sentido común emancipador? ¿Que opináis? ¿Me podéis ayudar con estas dudas?

Otra pregunta, que me gustaría que me ayudáseis a contestar: al trabajar en DC, ¿podemos ser eclécticos con los métodos y las técnicas que nacen de diferentes enfoques teóricos? ¿Qué podemos aprovechar y qué debemos desechar?

 

Si quieres saber más:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=u5um8QWWRvo[/youtube]

 

 

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Este post forma parte de la serie “Desarrollo comunitario”, escrito por Javier Segura del Pozo, que lleva las siguientes entregas publicadas hasta ahora:

  1. Desarrollo comunitario-Community development
  2. Desarrollo comunitario radical, según Margaret Ledwith
  3. Las uniones de crédito (”Credit union”)
  4. Las comunidades compasivas: el bienestar en el  final de la vida
  5. Food mapping: midiendo el acceso a alimentos saludables
  6. Salop Drive Market Garden, un ejemplo de Agricultura Urbana.
  7. El enfoque ABCD de desarrollo comunitario
  8. El mapa de recursos de una comunidad (Asset mapping)
  9. La investigación apreciativa (Appreciative inquiry)
  10. El banco de tiempo
  11. José María Arizmendarrieta y el movimiento cooperativo de Mondragón
  12. “Healthy living centres” o centros de vida saludable, Gran Bretaña (1999-2010)
  13. Saul Alinsky y las reglas del buen rebelde

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[1] La primera parte de este artículo se basa en la traducción propia del documento: A glass half-full: how an asset approach can improve community health and well-being. IDEA. March 2010. Pág. 26-27. Se puede descargar en: http://www.idea.gov.uk/idk/aio/18410498

 

[2] Federico Varona, “Todavía es posible soñar: Teoría apreciativa  y  comunicación empresarial”. San José State University  Communication Studies Department  San José, California. USA , 2003. Accesible en: http://appreciativeinquiry.case.edu/uploads/TACOR%2020033.pdf

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11 comentarios

  1. Excelente trabajo, Javier. Me sigue sorprendiendo tu forma de mirar a través de los infinitos rincones de la existencia.¡Aupa¡

  2. Excelente entrada, que ha llegado a mis manos porque forma parte de la bibliografía, que se adjunta en el artículo de Botello B, et al. Metodología para el mapeo de activos de salud de una comunidad. Gac. Sanit. 2013 Mar; 27 (180-3, de lectura obligada en el curso de Salud Comunitaria de la CAMFiC, que estoy realizando y en el que participa Juan Gervas y se citan artículos de Rafa Cofiño, conocidos para mi desde hace pocos años a través de sus blogs

    Desearía poder acceder como usuario a tu blog, para lo cual es preciso una contraseña, que no averiguo a saber como se obtiene, puesto que encuentro muy interesantes los temas que aborda la Salud Comunitaria, esa gran desconocida para mi, y creo que para la mayoría de médicos de familia.

    Javier, enhorabuena por tu trabajo y muchas gracias.

    Salvador Medina García
    Medico de Familia
    Barcelona

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