Las clases sociales en la España del siglo XXI (I): La Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC)

Por Javier Segura del Pozo

Médico salubrista

A partir de hoy, dedicaremos varios artículos a analizar los cambios que se han producido en la clases sociales españolas en la última década (1999-2010), aprovechándonos de algunos estudios muy recientes de sociólogos españoles, como el profesor Miguel Requena. Y reflexionaremos cómo estos cambios pueden afectar a los estudios de epidemiología social. Para ello, se volverá a utilizar la  aproximación a las clases sociales construida a partir de agrupaciones de ocupaciones (es decir, clases ocupacionales). En este caso, se usará una interesante adaptación a la tradicional clasificación de John Goldthorpe: La Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC, por sus siglas en inglés). Mediante ella, discriminaremos las nuevas y las viejas clases medias, el nuevo y el viejo proletariado.

 

 Figura 1: Las 10 «clases sociales», según la Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC, por sus siglas en inglés). Fuente: Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro. Accesible en: http://www.fund-encuentro.org/informe_espana/descargar.php?id=2011-C5

Clase ocupacional

Como ya dijimos en nuestro Curso de Desigualdades Sociales en Salud (DSS) para “atrapar” las clases sociales se usan diferentes aproximaciones: La clase social (Lección 10), la Ocupación (Lección 11), la Educación ((Lección 12), los Ingresos (Lección 13), la Privación social en areas geográficas (Lección 14). En España la más usada en los estudios de salud es la clasificación propuesta en el año 2000 por un grupo de trabajo de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFyC)[1], a partir de una adaptación de la Clasificación Nacional de Ocupaciones, que se basaba a su vez en la de John Goldthorpe[2]

Hace poco tuve la suerte de escuchar una conferencia de Miguel Requena y Diez de Revenga, catedrático de Sociología de la UNED, dentro del interesante ciclo de conferencias «Demography today» que organiza periodicamente en Madrid el Dr. Diego Ramiro Fariñas, del Instituto de Economía, Geografía y Demografía  del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (por cierto, todos los videos de las sesiones de este ciclo están disponibles a través de www.demografia.tv). En ella, Miguel expuso parte de su valioso trabajo, recientemente publicado en el «Informe España 2011» de la Fundación Encuentro. El capitulo V de este informe, que mencionaremos repetidas veces en los próximos artículos, titulado “Estratificación y clases sociales”[3] me acercó a un interesantes esfuerzo por retratar los cambios que las clases sociales habían sufrido en España en la ultima década (1999-2010). Para ello, utilizó los datos de la Encuesta de Población activa del INE y la ESeC.

En el mundo sociológico dominante de Europa se ha seguido con esta tradición weberiana (Max Weber), desarrollada  por el británico John Goldthorpe, de retratar las clases sociales a partir de la posición de las personas en el mercado de trabajo, determinada por su ocupación y su nivel de educación. Es decir, se construyen las clases como una agrupación de ocupaciones, que por sus características (estatus de empleo, tipo de contrato, etc.) mantienen una posición similar en el mercado de trabajo. Cada una de estas agrupaciones tiene diferentes relaciones con los empleadores, diferentes niveles de salario, de autonomía y supervisión, de condiciones de trabajo, de estabilidad laboral, y diferentes oportunidades de promoción. Estas diferencias determinarían las desigualdades sociales, incluidas las de salud.

  

Las 10 clases sociales de la ESeC

La ESeC[4] tiene diez categorías o clases (ver figura 1). Aunque la ordenación del 1 al 10, y la descripción de las características de las mismas, pudiera sugerir un orden jerárquico (de clase más alta a clase más baja), esta relación ordinal no es tan clara, habiendo algunas agrupaciones de ocupaciones que tienen, por término medio, una situación social y económica similar, o inluso superior, a otras situadas por encima de ellas. Goldthorpe, al parecer, insistía en este caracter más descriptivo que jerárquico de su clasificación.

Reproduciremos a continuación algunas partes del texto citado de Miguel Requena[5]:

  • La clase 1 incluye a los grandes empleadores, los altos directivos de las empresas y la Administración Pública y los profesionales de nivel alto. Los grandes empresarios (empresas de más de diez trabajadores) y los altos directivos representan una parte relativamente pequeña de esta clase, que está numéricamente dominada por los profesionales de nivel alto. Incluye ocupaciones como las de abogado, médico o ingeniero. (…)

 

  • La clase 2 agrupa a los directivos y profesionales de nivel bajo, aunque también a los técnicos superiores. Incluye ocupaciones como las de maestro, trabajador social o personal de enfermería. También a los directivos y gerentes de nivel bajo (por ejemplo, los directores de departamento en las empresas) y a los llamados técnicos y profesionales de apoyo. (…)

 

  • En la clase 3 se integran los empleados de cuello blanco de nivel alto. Las ocupaciones que componen esta clase, entre las que destacan sobre todo los empleados administrativos, (…) El grado de especificidad de sus cualificaciones es bajo, aunque esto no implica que los empleadores no tengan problemas de supervisión de sus empleados en estas categorías. En todo caso, tanto las retribuciones como las perspectivas de promoción de estas ocupaciones son claramente inferiores a las de los profesionales.

 

  • Con las clases 4 y 5 (formadas por los pequeños empleadores y por los trabajadores autónomos no profesionales) se entra en el mundo de la pequeña burguesía tradicional. Sus relaciones de empleo son peculiares. Los pequeños empleadores (menos de diez trabajadores) compran trabajo a sus empleados, sobre los que ejercen autoridad y control. Los trabajadores autónomos trabajan por cuenta propia, es decir, no compran ni venden trabajo. Aunque a menudo se funden en una sola categoría, la clase 4 incluye a los pequeños empresarios y autónomos en ocupaciones no profesionales no agrícolas. Si ejercen sus ocupaciones en la agricultura y la pesca forman la clase 5.

 

  • En la clase 6 se ubican los supervisores y técnicos de rango inferior. Esta clase incluye ocupaciones que implican trabajo manual cualificado con ejercicio de la función de supervisión sobre otros trabajadores, como los encargados, jefes o capataces. Puesto que de alguna manera las relaciones de empleo en estas ocupaciones tienen elementos mixtos (servicio y contrato) y dado que se trata de una clase muy poco numerosa, se la suele unir a la clase 3 para formar la llamada clase de las ocupaciones intermedias.

 

  • La clase 7 incluye a los trabajadores del comercio y los servicios de rango inferior. Sus miembros realizan trabajo no manual y sus relaciones de empleo se regulan mediante contratos de trabajo. Constituyen el mundo de los empleados de cuello blanco de nivel bajo. Además de los dependientes de comercio, agrupa a los trabajadores en los servicios personales. Se trata de una clase con una composición fundamentalmente femenina.

 

 

Las “nuevas clases trabajadoras”: los trabajadores del comercio y de servicios de rango inferior. A la derecha, dependienta en comercio (http://www.trabajoensi.com/2011/10/trabajo-de-dependiente-en-valencia.html); a la izquierda, ejemplo de un nuevo tipo de trabajo, alienante,  precario y de bajo salario, en el sector servicios: operarias en un “Call Center”. Fuente: http://www.businessturkeytoday.com/700-news-jobs-at-new-call-centers-in-eastern-turkey/

 

  • Pertenecen a la clase 8 los trabajadores manuales cualificados. Aunque sus relaciones de empleo se rigen por contratos laborales típicos, en las ocupaciones que se sitúan en esta clase, la especificidad de las cualificaciones requeridas es relativamente alta y los empleadores tienen ciertos problemas de supervisión de la calidad del trabajo. Compuesta fundamentalmente de hombres, incluye a los trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, la construcción y la minería. Son ocupaciones muy representativas de esta clase los electricistas, moldeadores, soldadores y mecánicos.

 

  • La clase 9 está integrada por los trabajadores no cualificados. Pertenecen a esta clase quienes desempeñan las denominadas ocupaciones elementales, a veces también llamadas de rutina. Se trata de trabajos que exigen poca cualificación para su desempeño –lo que hace que estos trabajadores sean fácilmente sustituibles– y en los que los empleadores no tienen especiales problemas para ejercer la función supervisora, por lo que el contrato de trabajo prevalece como relación de empleo dominante. Los peones en la industria, la agricultura y la construcción forman parte de esta clase, al igual que los trabajadores no cualificados de los servicios, como limpiadores, ordenanzas y empleados domésticos.

 

  • Por último, la clasificación contempla la posibilidad de distinguir una clase 10 formada por los involuntariamente excluidos del mercado de trabajo, básicamente buscadores de empleo sin previa experiencia laboral y parados de larga duración.

  

 Las viejas y las nuevas clases medias

 Siguiendo citando el mismo texto de Miguel Requena:

(…) Las clases medias las integran, por un lado, los profesionales de todos los niveles (clases 1 y 2), las ocupaciones intermedias o trabajadores de cuello blanco de nivel alto (clases 3 y 6) y, por otro, los pequeños empleadores y autónomos tanto agrarios como no agrarios (clases 4 y 5). Claramente, las tres primeras clases (clases 1, 2, 3 y 6) constituirían las nuevas clases medias, cuya posición en el sistema de estratificación se basa en el trabajo técnico cualificado y en una relación laboral de servicio a los empleadores, frente a la relación puramente contractual de intercambio de trabajo por salario propia de las clases trabajadoras. Las dos últimas (clases 4 y 5)  se corresponden con la idea convencional de las viejas clases medias (la pequeña burguesía tradicional) y basan su posición en la propiedad de los recursos productivos que utilizan.

 

 El viejo y el nuevo proletariado

Asimismo, las clases 8 y 9 representarían las viejas clases trabajadoras. Sin embargo, como veremos, el incremento del sector servicio paralelo a la perdida de importancia de la industria, ha traído consigo una disminución importante de los trabajadores manuales cualificados (clase 8), la clásica base proletaria de los sindicatos y partidos de izquierda, y un aumento de un nuevo proletariado de los servicios: la clase 7 trabajadores del comercio y los servicios de rango inferior, con unas condiciones de empleo y explotación que, en muchos casos, son comunes a los de la clase 9. Este precariado, junto con  los excluidos del mercado de trabajo (clase 10), constituirían en nuevo proletariado.

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En la próxima entrega, veremos como se distribuye la población ocupada española, de acuerdo a esta clasificación ESeC.

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Este artículo forma parte de la serie “Clases sociales y Salud Pública”  , escrita por Javier Segura del Pozo, que se completa con:

A) Dos artículos-lecciones del Curso de Desigualdades Sociales en Salud:

 B) De la serie “Desigualdades sociales en salud de la Comunidad de Madrid”:

C) La serie “Las clases sociales en la España del siglo XXI”, que tiene el siguiente índice (los artículos publicados hasta la fecha tiene el vínculo de acceso incluido):

  1. La Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC)
  2. La distribución de clases en España
  3. Los ricos no se retratan en las encuestas
  4. El declive de la vieja clase obrera
  5. Las nuevas clases oprimidas
  6. El auge de los profesionales
  7. El auge de los servicios y el comercio
  8. Los empleados del Estado de Bienestar social
  9. Los inmigrantes nos hicieron más ricos a los españoles

 

D) Se complementó con estos dos artículos escritos por Javier Ugarte Perez:

  1. Observaciones sobre los criterios de división en clases sociales que aparecen en el Informe España 2011 (Fundación Encuentro)
  2. Clases sociales e identidades (homo)sexuales

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Como hemos dicho, esta serie, forma a su vez parte del Curso de Desigualdades Sociales en Salud, escrito por Javier Segura del Pozo, que hasta ahora ha editado las siguientes entregas o lecciones (si queréis acceder a ellas, pinchad en cada titulo):

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[1] Grupo SEE y Grupo SEMFyC. Una propuesta de medida de la clase social. Atención Primaria 2000; 25: 350-63.

[2] Goldthorpe, J. H. (2012): “De vuelta a la clase y el estatus: por qué debe revindicarse una perspectiva sociológica de la desigualdad social”, en Revista Española de Investigaciones Sociológicas, en nº 137. Pag 201-216.  (citado en Miguel Requena. Ibídem). http://www.reis.cis.es/REIS/jsp/REIS.jsp?opcion=articulo&ktitulo=2286&autor=JOHN+GOLDTHORPE

 [3] Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro. Accesible en: http://www.fund-encuentro.org/informe_espana/descargar.php?id=2011-C5

 [4] Rose, D. y Harrison, E. (eds.) (2009): “Social Class in Europe. An introduction to the European Socio-economic Classification”. Abingdon: Routledge. Citado en: Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro. Pag 309. 

[5] Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro. Pag 306-309. 

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