EL «NÚMERUS CLAUSUS» EN LAS PROFESIONES SANITARIAS

 

La cuestión del númerus clausus es una cuestión, que en mayor o menor medida, es de constante presencia entra las autoridades educativas y sanitarias. Más allá de esto, nos planteamos su pertinencia en otras profesiones sanitarias distintas a la Medicina.

En un artículo publicado en la sección de profesión de Diario Médico(31/10/2008) se defiende por el autor, Miguel Ángel García,  la necesidad de permanencia de este sistema de limitación de acceso a los estudios de medicina. En su acepción académica el númerus clausus es la  «limitación del número de plazas establecido por un organismo o una institución». Para tal limitación ha de esgrimirse un motivo que contrarreste los derechos que, a priori y cumplidas unas condiciones preestablecidas, todos deberíamos tener de estudiar lo que nuestra capacidad (y economía) nos permita. El autor expone argumentos que van mucho más allá de la mera defensa de unos intereses corporativos. Desde una perspectiva de ética social puede cuestionarse con fundamento el libre acceso a una carrera universitaria. Así, además de los más que probables minusvaloración de un título y precarización laboral, debemos plantearnos el derroche de recursos económicos destinados a profesionales cuyo desempeño se verá impedido por un mercado de trabajo saturado. Y ¿qué ocurriría con la motivación de el profesional ante este panorama? En esta línea, el autor plantea la confrontación del derecho a la intimidad, tan presente en la relación profesional sanitario-paciente, con la disponibilización de los datos personales y de salud a un número previsiblemente mayor de pre y posgraduados en formación.

Bajo nuestro punto de vista la continuación del númerus clausus es útil para los médicos del presente y del futuro, y desde una perspectiva socio-ética, para toda la sociedad. Pero es más, como fisioterapeuta que ha visto nacer por doquier escuelas de fisioterapia, con el beneplácito de las autoridades educativas y sanitarias, esta limitación debería adoptarse para otras carreras sanitarias. La Fisioterapia es sufridora de las consecuencias previsibles de la inflación de profesionales. La remuneración, el reconocimiento social, la calidad de la docencia, no salen ganado con esta abundancia. Para el aspirante a fisioterapeuta la adopción del númerus clausus supondría una merma en sus derechos y para las universidades  y colegios profesionales una merma en sus ingresos. Para los venideros y actuales fisioterapeutas podría suponer un futuro profesional más esperanzador. Nos tememos que pocos querrán dar ese paso. Pero parece lógico que los mismos argumentos para el mantenimiento del númerus clausus en Medicina (una profesión con gran peso social) servirían para su implantación en Fisioterapia u otras carreras. Prestigio, reconocimiento, motivación, calidad, aumentarían en otro escenario.

LEER MÁS SOBRE FISIOTERAPIA.


Compartir:

Un comentario

Deja un comentario