EL PRÁCTICUM DE FISIOTERAPIA: PROPUESTA DE DESARROLLO

Los pasados 29, 30 y 31 de octubre de 2024 la Facultad de Educación de la UNED en Madrid acogió las I Jornadas Internacionales de Innovación Docente, con el título El Prácticum en los títulos universitarios, elementos que potencian su valor formativo.

Las jornadas se propusieron desde el Grupo de Innovación Docente, Prácticas Profesionales (GID PiP) de la UNED, encabezado por la profesora Ana María Martín Cuadrado.

Como profesores de la asignatura Prácticum presentamos allí, junto con la profesora Gema Gallardo Sánchez, la comunicación El prácticum en Fisioterapia: propuesta de desarrollo. Transcribimos aquí el texto de la misma, como el afán de divulgar el trabajo desarrollado por los autores durante 17 años de actividad tutorial como profesores asociados de la Universidad Rey Juan Carlos en el Hospital Universitario de Fuenlabrada, y ya más de 10 años en el marco de la titulación del Grado.

“Tal y como figura en la guía docente de la asignatura Prácticum de la Universidad rey Juan Carlos se trata, cuando hablamos de ella, de un elemento absolutamente fundamental en la formación de profesionales de la fisioterapia. Es decir, tiene, sobre el papel, una alta consideración desde el ámbito académico. Supone, además, la asignatura más amplia de varias titulaciones sanitarias, entre ellas la fisioterapia.
En nuestra concepción de la labor docente, incardinada en la labor primordialmente de carácter asistencial, incorporamos una serie de asunciones o premisas que configuran nuestra visión de la tutorización. Consideramos terminológica y conceptualmente el prácticum una formación profesionalizante, abarcando aspectos técnicos, procedimentales, científicos, relacionales o éticos. Ello requiere una didáctica, una estructuración, una sistemática, un plan premeditados y con la flexibilidad suficiente para adaptarse a situaciones cambiantes y complejas propias de la habitualidad de la práctica asistencial de un hospital público. Ello aboca, idealmente, a una implicación de los profesionales docentes, pero también de las instituciones académicas, la Universidad, y de los centros receptores de los estudiantes, con una redefinición de los papeles, líneas de acción, prioridades de los mismos en relación con su función docente. Por nuestra parte, con inquietud docente compartida, de una manera a veces más meditada, otras de forma más improvisada, hemos introducido prácticas con la intención de alterar una dinámica continuista, conservadora. Se puede decir que hemos tratado de innovar con propuestas que ampliaran una visión limitada, restringida, en la línea de lo que eran las prácticas clínicas, en las que se proyectaba un aprendizaje esencialmente técnico, procedimental e imitativo.
Recogemos aquí algunas de esas propuestas que facilitan la implicación, la motivación o la reflexión. En definitiva, un aprendizaje más extenso y profundo que el adquirido por el simple tránsito por un entorno clínico.

Como información y preparación para la llegada se envía un correo electrónico de bienvenida a los estudiantes con documentación sobre el entorno y personas que conocerán en el prácticum, además de tareas y criterios de evaluación, rúbricas incluidas. El primer día de hace la recepción formal, con entrega de acreditaciones que les vinculan a su nuevo centro. Se muestra nuestro interés por sus necesidades, situaciones previas, a través de una encuesta y se les procura unas claves de acceso a la información clínica de sus futuros pacientes y a internet para consulta de todo lo necesario para su desempeño.
Cambios. En este capítulo ponemos en juego dos procesos interdependientes. En la mitad del periodo de prácticum de cada rotación, que actualmente es de ocho semanas, los profesores intercambian los estudiantes que han tutorizado hasta entonces. En el mismo momento, cuando hay al menos tres alumnos por profesor, se produce también el intercambio temporal entre los compañeros, promoviendo una nueva interrelación con comunicación de información entre ellos. Ello obliga a poner en juego habilidades transversales como dominio del lenguaje verbal y escrito o la capacidad de síntesis.
La introducción de tecnologías de información y comunicación (TIC) ha sido una constante en nuestro prácticum. En este capítulo está el uso de blog y redes sociales (en concreto X, otrora Twitter). Se propuso a los estudiantes la publicación, previa auditoría por parte de los profesores, de entradas en una bitácora de la asignatura. Se suspendió en su momento por indicaciones de los coordinadores académicos, pero estamos interesados en su reintroducción. Usamos X como propuesta de comunicación abierta, expuesta a la comunidad docente y clínica interesada. Se usa como “ampliación del aula” para guiar y proponer tareas, recordatorios, información profesional, difusión de eventos, o como una manera de “hacer comunidad” interna y externa.
También dentro del uso de las TIC, proponemos el uso de los medios que se ponen a disposición del estudiante (equipos informáticos, biblioteca virtual de la Consejería de Sanidad, biblioteca hospitalaria) para buscar información y literatura científica en contextos reales. Ello se acompaña de una charla del bibliotecario documentalista del hospital sobre búsqueda en bases de datos científicas. Además de concienciar sobre la necesidad del uso de estos medios en la práctica cotidiana se dan a conocer esos recursos humanos, físicos y virtuales.
En los últimos días del periodo de prácticum proponemos el uso de los recursos expuestos previamente y los conocimientos adquiridos o ya poseídos por los estudiantes para exponer “públicamente” el contenido de un trabajo científico, generalmente un artículo en lengua extranjera. En general, usan programas a tal fin y requiere poner en juego habilidades expositivas, de traducción e interpretación y de síntesis. También puede involucrar uso de herramientas como la inteligencia artificial (IA) en todo ello.
Hemos empleado el diario reflexivo desde la instauración del Grado. Está expresamente recogido en el guía docente de la asignatura. Tenemos, por tanto, un trayecto acumulado de más de 10 años, superando ampliamente el millar de diarios recibidos. Dentro de la flexibilidad en su elaboración tiene como objetivo primordial la reflexión sobre el proceso, incluyendo mucho más que un relato o descripción de lo acontecido. Únicamente destacar, en relación con los propósitos de esta comunicación, que, aunque supone un trabajo intenso y a veces genera descontento, es habitualmente bien valorado por las estudiantes. Supone, en su conjunto, una promoción de aprendizajes profundos y que requiere la movilización de competencias como el dominio del lenguaje profesional, capacidades de síntesis e indagación, creatividad o crítica.
Finalmente, algo que para nosotros es importante. Tratamos de expandir el prácticum, sacarlo de su entorno físico más habitual. Propiciamos el contacto con otros espacios y sus “moradores”, con visitas intencionadas o espontáneas a otras unidades, departamentos del hospital, relacionadas o no con la práctica cotidiana del fisioterapeuta. Así, visitamos dependencias de psiquiatría, radioterapia, tratamientos oncológicos, laboratorios o el aula hospitalaria a la que acuden niños y niñas ingresados. Nuestra experiencia es que se sorprenden, reflexionan y disfrutan con esas visitas. Todo ello queda reflejado en sus diarios.
También instamos y aconsejamos a los estudiantes a acudir a sesiones, charlas, jornadas o congresos que se celebran en el hospital o en otros lugares como la facultad, no solo para aprovechar sus contenidos, sino como forma de acercarles a eventos que serán parte de su profesión.
Concluimos. Dejamos algunas ideas finales de nuestra experiencia. De lo dicho queremos incidir en que, partiendo de las premisas expresadas al principio, para nosotros el prácticum tiene una naturaleza integral, es decir, ha de contener los ingredientes de una educación clínica, no sólo de una práctica clínica. Y lo debe hacer activamente, recogiendo propuestas, sugerencias, aspectos del ámbito clínico, didáctico e institucional. Con ello se pretende el despliegue y adquisición de competencias generales y específicas, poniendo al estudiante en el centro para promover su aprendizaje e integración lo más completos, como persona y profesional. Constatamos que estas ideas no son generalizables a todos los espacios de prácticum. Hay una cierta dispersión, heterogeneidad en la asignatura, con posiciones y propuestas más o menos planificadas, voluntaristas, distintos grados de implicación, control o coordinación con la Academia.
Como pregunta corolario proponemos la cuestión ¿debemos profesionalizar la labor tutorial como elemento de mejora e innovación?, dicho de otra manera, ¿profesorizamos la labor tutorial? Muchas gracias”.

Si el lector lo prefiere puede ver la presentación locutada:

 

Además:

Serie de vídeos con ponencias y debates de las Jornadas.

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