Jaque a la dama: Rosalind Franklin en King’s College

autor: Miguel Vicente

La biografía de Rosalind Franklin atrae algún que otro comentario, no se si porque su figura despierta reacciones controvertidas, o porque son los otros tres protagonistas de la historia de la doble hélice quienes las provocan.
Puede que Rosalind Franklin no fuese la persona más llevadera del mundo, pero hay motivos para pensar que las equivocaciones y los aciertos posiblemente debieran repartirse con menos parcialidad. Su estancia postdoctoral en París, a una edad en la que fácilmente se pudo sentir atraída por unas ideas más liberales que las que prevalecían en la clase media británica de posguerra, puede que no la hiciesen especialmente atractiva al estamento investigador del King´s, que en general la consideraban afrancesada.



Rosalind Franklin en una excursión por la Toscana en 1950. Durante los años de postdoctoral en París adquirió un buen conocimiento del idioma y de la cocina francesa. Foto por Vittorio Luzzati.


Rosalind se dice que era bastante vehemente, algo por lo que me siento inclinado a comprenderla, e incluso agresiva, lo contrario que le ocurría a Maurice Wilkins, con fama de tímido, calculador y para quien el trabajo duro ocupaba más que la imaginación.
Traduzco en esta ampliación al artículo anterior un material que se encuentra en la página que recopila los documentos de Rosalind Franklin,  doy titulo a diferentes secciones e incluyo algún comentario mío sobre todo ello. En color azul aparecerá la traducción de los textos, y en negro lo que comento o añado y que obviamente es mi interpretación, a veces no muy comedida, utilizando los recursos mas atrevidos que me permite el uso del castellano en vez del inglés, y escrita para que la entienda el profano.
Para ponernos en antecedentes tomamos la acción cuando Rosalind Franklin se traslada desde París a Londres para trabajar en el departamento del Profesor John Turton Randall.

¿Por qué Maurice Wilkins le hizo el vacío a Rosalind Franklin?
En 1950 le fue concedida (a Rosalind Franklin) la beca “Turner y Newall” para trabajar por tres años en la Unidad de Biofísica de Randall en el King’s College de Londres. En un principio Randall dispuso que Franklin iniciase una sección de cristalografía y trabajase en el análisis de proteínas. Sin embargo por indicación del adjunto jefe del laboratorio, Maurice Wilkins,  Randall pidió a Franklin que en vez de ello investigase el ADN. Wilkins había comenzado a trabajar en la difracción de rayos X con unas muestras de ADN de excepcional calidad. Esperaba que Franklin y él trabajarían juntos, pero lo que le dijo Randall a Franklin no era así; le comunicó que el doctorando Raymond Gosling y ella harían el trabajo del ADN. Su relación posterior con Wilkins se resintió de este malentendido (y quizás del disgusto de Franklin con el ambiente de menos camaradería del King’s). A principio de 1951, a los seis meses de llegar a King’s, ya se relacionaban muy poco.

No me extraña que a Wilkins le sentase mal el que le metiesen a una recién llegada a trabajar en su tema. Conociendo el ambiente de los laboratorios y la peculiar idiosincrasia británica estoy seguro de que Rosalind se debió sentir como aterrizando en Marte. ¿Fue todo una metedura de pata de Randall o es que le tenía ganas a Wilkins por cualquier otro asunto? Es casi inconcebible que Wilkins hablara abiertamente con Rosalind sobre ello.

Y a pesar de todo es helicoidal.
Trabajando con Gosling, Franklin fue tomando fotos de difracción de rayos X del ADN cada vez más nítidas, y pronto descubrió que había dos formas- la seca y la hidratada- que producían imágenes muy distintas. Se dio cuenta de que la forma hidratada era probablemente de estructura helicoidal, con los fosfatos por fuera de las cadenas de ribosa. Sin embargo su análisis matemático de la forma seca no indicaba una estructura helicoidal. Fue al principio de 1953 cuando concluyó que las dos formas tenían dos hélices.

Rosalind debía estar ya al tanto de la hostilidad de Wilkins, y le pagaba con la misma moneda. Cuando tuvo resultados que  parecían contradecir que la forma seca de ADN no era fácil de asimilar a una hélice, una estructura que, sin tener pruebas, a Wilkins le atraía, anunció (no se sabe a ciencia cierta si con mucha difusión) un jocoso “party” para enterrar la difunta teoría; invitado de honor para hacer el responso: Maurice Wilkins. Las pruebas pusieron a Rosalind en su sitio y quizás a su pesar tuvo que admitir que los resultados de la forma B eran una doble hélice.

¿Sirve de algo la confidencialidad?
Watson y Crick no habían parado de cavilar sobre el ADN, y, deseosos de averiguar cuanto pudiesen de los descubrimientos en el King’s, se comunicaban frecuentemente con Wilkins. En enero de 1953, espoleados por la publicación por Pauling de un modelo de tres hélices (similar al que ellos habían hecho en 1951), decidieron que iban a resolverlo antes de que Pauling o cualquier otro lo hiciese. Dos pruebas del trabajo de Franklin fueron cruciales para su modelo correcto: la primera una nítida foto de la forma B tomada en mayo de 1952 y rotulada “51” que Gosling había dado a Wilkins como parte de su trabajo experimental de doctorado y que Wilkins enseño a Watson sin que Franklin lo supiese; y la segunda el informe al MRC que fue facilitado a Watson y a Crick por Max Perutz, miembro del comité del MRC que evaluaba el trabajo en el laboratorio de Randall. El informe tenía detalles del trabajo (no publicado) de Franklin, incluyendo su identificación de la celda unidad como perteneciente al grupo cristalográfico monoclínico C2 centrado en la cara. La foto confirmaba el patrón helicoidal, y el tipo de la celda unidad le indicaba a Crick, un físico con más conocimientos cristalográficos  teóricos que Franklin, que las hélices iban en direcciones opuestas. Ya a primeros de marzo tenían ellos el modelo.

Para situarse imagine el lector que los fichajes del Barcelona los hiciese el entrenador del Real Madrid, algo así es la evaluación que se hace en la investigación científica. Todo resultado científico es en principio confidencial y, en buena ley, no debe salir de las cuatro paredes entre las que se ha obtenido. Hasta que no se publican, las tesis doctorales son asimismo confidenciales y quien supervisa o corrige una de ellas, en todo o en parte, está obligado a no divulgar nada de lo que allí se dice. En este caso la confidencialidad fue claramente rota por Wilkins.

Especialmente estrepitosa fue la acción de Perutz, pues rompió la confidencialidad de un informe sometido para evaluar el trabajo de un grupo, algo que para el grupo es prácticamente obligatorio si quiere sobrevivir. No es extraño que los comités de evaluación sean mirados con cierto recelo. En otro ambiente estas acciones serían objeto de una denuncia, pero no es así en la investigación, donde todo acaba siendo asimilado, “para el bien de la ciencia”, en decisiones en las que cada científico se coloca según el poder que tiene. ¿Por qué? Porque los científicos son siempre evaluados y juzgados inicialmente por sus colegas, generalmente por los que tienen más poder que ellos. Es más el evaluador permanece anónimo para el evaluado, no al contrario. Lo más sorprendente es que nadie se haya rebelado ¿será que los investigadores no son tan inconformistas como ellos se pintan?

¿Qué es lo que le faltó a Rosalind Franklin?
Franklin, todavía descontenta en King’s, había gestionado irse al laboratorio de J.D. Bernal en el Colegio Universitario Birkbek, y se apresuraba a terminar el trabajo sobre la forma A antes de irse. No estaba enterada de que se corría la “carrera por la doble hélice”. No obstante en febrero de 1953 volvió a inspeccionar la foto nº 51 y comenzó a analizarla. Varios días después concluyó que tanto la forma A como la B eran hélices bicatenarias, aunque no tenía la solución para la disposición de las bases en su interior. Gosling y ella esbozaron hacia mediados de marzo un artículo sobre la estructura molecular más probable. Apareció en Nature el 25 de abril, corregido y aumentado, junto al anuncio de Watson y Crick, pero el borrador se había redactado antes de que se hubiesen enterado del modelo de Watson-Crick.

Se desprende de los cuadernos de Rosalind, y del borrador del artículo que escribió antes de tener idea del modelo que propusieron Watson y Crick, que llegó a deducir la estructura de doble hélice de manera independiente y puede que a la vez que la célebre pareja.  Le faltó sin embargo un aspecto fundamental, que explica la propiedad del ADN de contener la información genética de manera que su replicación genera automáticamente dos copias que llevan exactamente la misma información. Es lo que se conoce como “apareamiento de las bases”, el que frente a timina solo cabe que se coloque la adenina, y que la guanina se enfrente siempre a citosina. Si creemos a Watson a él se le ocurrió haciendo recortables con la forma de los cuatro compuestos y jugando a casar unas con otras. Ya puestos a hacer amigos, Watson y Crick dejaron a Jerry Donohue en el campo de los que se sintieron menospreciados, era un químico que le hizo ver a Watson que la forma química de las bases en el ADN no era la que él pensaba sino otra (la forma correcta es la que los químicos llaman ceto y no la enol).


La primera página del artículo de Gosling y Franklin en Nature. Puede verse que sigue (abrir el original) a continuación del de Wilkins, a su vez colocado tras el de Watson y Crick. La figura es la famosa foto 51.


Según Frederick Dayton, que fue su profesor en Cambridge, a Rosalind le faltaba la capacidad de ayudar a que el receptor de sus ideas viese que los hechos hablaban por sí mismos. Esto mismo Crick lo interpretó como que carecía de capacidad especulativa, lo que ciertamente a él y a Watson no les faltaba. Lynne Osman Elkin opina que Rosalind no desarrolló esa capacidad especulativa porque no tenía nadie en King’s con quien discutir.

Pero quizás a Rosalind le faltó algo de categoría en el escalafón científico, y sobre todo desparpajo, algo que Crick y Watson se prestaban mutuamente y que les permitía tener conexiones e informaciones que ella puede que nunca tuviese.

El sutil ejercicio del poder.
Traduzco a continuación la carta que Randall envió a Rosalind conminándola a dejar de pensar sobre el ADN. He intentado conservar el sabor que subyace a la literalidad de las palabras, pero recomiendo que quien se maneje en inglés intente leer el original, también es preciso estar un poco al tanto de los significados sutiles de la “cortesía” inglesa.



La carta que Randall dirigió a Rosalind. Para leerla en inglés, algo muy aconsejable, abrir el original.


KING’S COLLEGE, UNIVERSIDAD DE LONDRES
De J. T, Randall, profesor “Wheatstone” de Física F.R.S.

Abreviatura de “Miembro de la Real Sociedad”.
TEMple Bar 5653
Strand, W.C. 2

Todo lo anterior está impreso en el membrete, y ya es de por sí una exhibición de poder, las cartas de Rosalind Franklin, mas o menos con la categoría de postdoctoral, se escriben en papel con membrete genérico del King’s. También hay que advertir que la carta de Randall está mecanografiada, algo que Rosalind Franklin hace en los borradores de sus trabajos pero no en su correspondencia. No puedo saber exactamente las facilidades respectivas que tenían un catedrático y un postdoctroal en King’s pero creo que mecanografiar una carta denota dos cosas, un distanciamiento en la comunicación de una decisión desde una posición oficial, y la intervención de una mecanógrafa o al menos la disponibilidad de una máquina de escribir personal, las dos cosas símbolo en los cincuenta del estatus del catedrático.

17 de abril de 1953

Señorita R.E. Franklin
Laboratorio de Investigación del Colegio Birkbeck
Plaza Torrington 21
Londres W.C. 1

Querida señorita Franklin

Sin duda recordará que, cuando hablamos sobre su marcha de mi laboratorio, usted aceptó que sería lo mejor para usted dejar de trabajar en el tema del ácido nucleico y hacerlo en otra cosa. Entiendo que es difícil dejar de pensar de repente en un tema en el que usted ha estado tan profundamente involucrada, pero le agradeceré si en estos momentos pudiera recoger, o escribir, el trabajo de manera adecuada. Un asunto muy concreto sobre el que estoy algo preocupado es que obviamente no es bueno que Gosling sea dirigido por alguien que no esté específicamente en este laboratorio. Se dará usted cuenta de que la reorganización imprescindible para ello, que surge de su marcha, no puede efectuarse mientras permanezca usted, de forma intelectual, como miembro del laboratorio.

Atentamente

JTRandall
(firma autógrafa)

Comentaré dos puntos, el primero la frase “usted aceptó que sería lo mejor para usted”. Es una frase hipócrita en la que una imposición se hace no solo contra la voluntad de la persona a la que se le impone sino que, para más sarcasmo, se le intenta hacer aceptar que es por su bien. El segundo es que prácticamente se prohíbe a Rosalind Franklin que siga pensando sobre el ADN, y aún más se le prohíbe que se comunique científicamente con su anterior estudiante. Creo que no se precisa mas comentario.


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3 comentarios

  1. Querido Miguel, sólo desde tu autoridad se puede hablar con la precisión y claridad con que lo haces de la antropología del laboratorio. Es un lujo, ahora que todos tenemos un poco mñas de tiempo libre, acceder a la ciencia a través de tu tu blog.

    ¿Crees que alguien se atreverá a contarnos en un blog la vida de los CNBs, y la ciencia que en el se produce?

    Muchos lo agradeceríamos. No es cotilleo, es ciencia.

  2. Hola

    Perosnalmente a mi Rosalind Franklin ni me cae bien ni mal. Debía de ser todo un carácter, no se si porque las circunstancias la habían llevado a ello o si es que era de por si una persona difícil. Quizás fueron ambas cosas. En los 50 ya se conocía de sobra el efecto nocivo de los rayos X y sin embargo ella insistía en no ponerse mandiles de plomo. (Tampoco hay que irse tan lejos para las infracciones de seguridad laboral para con uno mismo o para con los compañeros de trabajo, solo hay que recordar el CIB de los años 80-90). Además, lo de poner anuncios en el centro de investigacion para un "funeral por la hélice" me parece que va más allá de la broma entre colegas, y si a eso añadimos lo del responso a cargo de Wilkins eso ya es de burla sangrante con adición de sal en la herida.

    Por cierto, creo haber leído que a Wilkins le atraía la estructura de hélice por una cosa. En el libro "¿Qué es la vida?" (1944) de Schroedinger (espero haberlo escrito bien) se teorizaba sobre que el material genético debía de ser una estructura repetitiva pero al mismo tiempo debía de contener diversidad. Schroedinger la definió como un "cristal aperiódico" y apostó por las proteínas porque en esa época ya se postulaba que las proteínas tenían estructura helicoidal (Atsbury, años 30). Cuando estaba claro que el material genético era el DNA, Wilkins no abandonó la idea de Schroedinger. La hélice cumple la condición de "cristal aperiódico".

    Pero es sólo una opinión más. De todas formas creo que lo que está claro es que los científicos somos como cualquier hijo de vecino. Con nuestras grandezas y nuestras miserias.

    Abrazos estivales

    http://curiosidadesdelamicrobiologia.blogspot.com/

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