Tomás Segovia: Poetas del exilio, poetas del reencuentro

Tardes otoñales, como la de hoy, sirven para leer, releer y volver la vista a la poesía. Armarse de valor para sacar de cada verso una idea, un significado, una expresión. Leer para comprender y para disfrutar de lo que cada momento nos ha regalado la vida. Y si es con poetas que se fueron, que pudieron volver, que no guardan rencores y que sobre todo aman la literatura.  A uno de ellos, Tomás Segovía tuve la suerte de conocerle, de escucharle, en una tarde de otoño, en la Fería del Libro de Guadalajara (Jalisco) cuando le conceden el Premio Juan Rulfo. Allí, frente a varios cientos de alumnos, contestando una y varias preguntas, siempre con pausa, con rigor, con corazón.

El como Niño de la Guerra recordaba entonces: «Sí, yo fui un hijo de exiliado, que no es lo mismo que ser un exiliado. Pero ahora el mundo está repleto de gente que padece esta situación, como los paquistaníes de Londres, los turcos de Berlín, los magrebíes de España o los mexicanos de Estados Unidos. Y ese exilio también es un exilio político, porque si no hubiera la política que prevalece en el mundo esta gente no se moriría de hambre y ni los turcos, ni los magrebíes ni los mexicanos pasarían por lo que pasan. Son consecuencias económicas de una política desastrosa.

Algunos datos:
Poeta, dramaturgo, novelista y traductor nacido en Valencia, EspañaPoeta, dramaturgo, novelista y traductor nacido en Valencia, España, en 1927.
A los nueve años de edad emigró con su familia a Francia, luego a Marruecos y posteriormente a México, su país de adopción, donde residió la mayor parte de su vida. Estudió filosofía y literatura en la Universidad Autónoma de México y en el año de 1957 ingresó como profesor de la UNAM,  donde dirigió la Revista Mexicana de Literatura.
Publicó sus primeros poemas en 1950 obteniendo una beca Guggenheim. Fue profesor de la Universidad de Princeton y director de importantes revistas americanas y europeas.
Ha escrito una veintena de libros de poesía entre los que se cuentan, «La luz provisional» en 1950,  «Apariciones» en 1957, «Cuaderno del nómada» en 1978, «Cantata a solas» en1985, «Lapso» en 1986, «Noticia natural» en 1992 y finalmente en 1996 «Fiel imagen».
Obtuvo los premios Xavier Villaurrutia en 1972, Magda Donato en 1974, Alfonso X de Traducción en 1982, 1983 y 1984 y Octavio Paz en el año 2000.

DIME MUJER

(Para Luci Fernández de Alba, que se sorprendió)

Dime mujer dónde escondes tu misterio
mujer agua pesada volumen transparente
más secreta cuanto más te desnudas
cuál es la fuerza de tu esplendor inerme
tu deslumbrante armadura de belleza
dime no puedo ya con tantas armas
mujer sentada acostada abandonada
enséñame el reposo el sueño y el olvido
enséñame la lentitud del tiempo
mujer tú que convives con tu ominosa carne
como junto a un animal bueno y tranquilo
mujer desnuda frente al hombre armado
quita de mi cabeza este casco de ira
cálmame cúrame tiéndeme sobre la fresca tierra
quítame este ropaje de fiebre que me asfixia
húndeme debilítame envenena mi perezosa sangre
mujer roca de la tribu desbandada
descíñeme estas mallas y cinturones de rigidez y miedo
con que me aterro y te aterro y nos separo
mujer oscura y húmeda pantano edénico
quiero tu ancha olorosa robusta sabiduría
quiero volver a la tierra y sus zumos nutricios
que corren por tu vientre y tus pechos y que riegan tu carne
quiero recuperar el peso y la rotundidad
quiero que me humedezcas me ablandes me afemines
para entender la feminidad la blandura húmeda del mundo
quiero apoyada la frente en tu regazo materno
traicionar al acerado ejército de los hombres
mujer cómplice única terrible hermana
dame la mano volvamos a inventar el mundo los dos solos
quiero no apartar nunca de ti los ojos
mujer estatua hecha de frutas paloma crecida
déjame siempre ver tu misteriosa presencia
tu mirada de ala y de seda y de lago negro
tu cuerpo tenebroso y radiante plasmado de una vez sin titubeos
tu cuerpo infinitamente más tuyo que para mí el mío
y que entregas de una vez sin titubeos sin guardar nada
tu cuerpo pleno y uno todo iluminado de generosidad
mujer mendiga pródiga puerto del loco Ulises
no me dejes olvidar nunca tu voz de ave memoriosa
tu palabra imantada que en tu interior pronuncias siempre desnuda
tu palabra certera de fulgurante ignorancia
la salvaje pureza de tu amor insensato
desvariado sin freno brutalizado enviciado
el gemido limpísimo de la ternura
la pensativa mirada de la prostitución
la clara verdad cruda
del amor que sorbe y devora y se alimenta
el invisible zarpazo de la adivinación
la aceptación la comprensión la sabiduría sin caminos
la esponjosa maternidad terreno de raíces
mujer casa del doloroso vagabundo
dame a morder la fruta de la vida
la firme fruta de luz de tu cuerpo habitado
déjame recostar mi frente aciaga
en tu grave regazo de paraíso boscoso
desnúdame apacíguame cúrame de esta culpa ácida
de no ser siempre armado sino sólo yo mismo.

Fuente:
http://amediavoz.com/segovia.

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7 comentarios

  1. ¿cómo un poema puede transmitir a la vez sentimientos tan contradictorios?

    miedo, inseguridad, amor, paz, incertidumbre, deseo, respeto, cariño, ternura, confianza, rechazo,posesión, incertidumbre,añoranza y admiración.

    excelente

  2. Me llama la atención como poetas de la "antigua escuela" como lo es Tomás Segovia, escriben sus poesias de manera natural y abierta, y que con palabras como estas expresan los sentimientos más primitivos que yacen en el interior de una persona. Concretamente la poesía de Tomás Segovia consigue transmitir una gran mezcla de sentimientos de una forma clara y con un estilo moderno que facilita su comprensión siendo muy agradable incluso simpatica su lectura.

  3. Admiro el trabajo de los poetas que son capaces de describir aquellos sentimientos o experiencias para los que el resto de personas no tenemos palabras. Sin duda uno de ellos es Tomás Segovia.

    Considero que no es extrañar la reacción de la destinataria del poema ("que se sorprendió"), cuando yo misma, ajena por completo al autor, me he emocionado con sus palabras, que en cada lectura llevan a una nueva reflexión.

  4. Me asombra ver como es capaz de describir y ensalzar a la vez a la mujer en su poema.Antes pensaba que hacer un poema era hacer simples rimas , pero eso ya pasó me he dado cuenta que un poema es algo más que un escrito, hay que ser bueno para ser capaz de trasmitir tantos sentimientos en pocas palabras, y Tomás Segovia lo es.

  5. Las palabras del poeta describen perfectamente sus sentimientos y el cuerpo de la mujer amada de una forma delicada y suave. El trabajo de un poeta no solo es hacer una rima bonita y ya está, sino transmitir de forma sencilla un determinado sentimiento, pensamiento… y en este poema Tomás Segovia nos da un claro ejemplo de ello.

  6. Así dice la mujer, así habla. Entonces, que un hombre la escuche y aún más deje escrito lo que ella tanto dice, envuelve en una atención e interés por comprender cómo es que se da cuenta él. Es lo que la mujer incansablemente da, y el hombre incansablemente necesita. Es lo que una mujer quiere que le pidan y anhela dar siempre a él, que escucha lo que la mujer dice. El poema me encuentra, me repite, me arremeda momentos en los que "hablo" de ser mujer.

  7. que decir la verdad esta increible, estoy leyendo la antologia 1943 a 1997 y estoy encantado con la lectura

    gracias por toda la poesía escrtita sr. Tomás segovia

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