Los microbios cavernícolas

¡Mira, papá, bueyes!, exclamó la niña al ver las pinturas. Así empezaba en 1879 la saga moderna de las pinturas de Altamira, a la vez que se aceleraba el proceso de su deterioro. Porque si hay algo seguro para una obra de arte es que tarde o temprano acabará destruida. Desde el momento en que María Sanz de Sautuola, abuela del actual presidente del banco de Santander, descubrió en la cueva de Altamira la sala de las pinturas polícromas, la de los bisontes, ciervos y caballos, el recinto que había permanecido casi despoblado desde que los seres humanos del Paleolítico ejecutaron las pinturas, comenzó a recibir curiosos, visitantes y después turistas. Y con ellos se colaron numerosos elementos indeseables, gases y nutrientes que junto con el aumento de temperatura que provocaban los visitantes, cambiaron el ambiente de la cueva favoreciendo el desarrollo de microbios y la degradación de las pinturas. Pasado el tiempo la solución que se adoptó para alargar la vida de lo que muchos consideran la capilla Sixtina del arte paleolítico fue la de cerrarla al público. ¿Pero se garantiza con eso su permanencia?

 


Altamira-1880
Reproducción de la sala de las pinturas polícromas realizada por Marcelino Sanz de Sautuola.
La cueva había sido redescubierta en 1868 por Ernesto Cubillas, un cazador, pero no había sido explorada hasta que en 1879 María Sanz de Sautuola advirtió la presencia de pinturas de bisontes que ella pensó eran bueyes. Dibujo publicado en 1880. Fuente:
Wikimedia Commons.

Para conocer mejor el ambiente de la cueva en un reciente estudio se han medido varios gases- CO2, CH4 – en los diferentes recintos de Altamira. Los resultados han deparado más de una sorpresa, ya que la concentración de los gases no sigue lo que la lógica hubiera predicho, que cuanto mas dentro de la cueva más CO2 habría. Por el contrario, la concentración de este gas disminuye en las zonas más recónditas. La cantidad de metano (CH4), por otra parte, debiera disminuir al adentrarse en el recinto, cosa que tampoco ocurre sino que al pasar de un punto empieza a aumentar. De estos datos han deducido los investigadores que Altamira debe tener otra vía de comunicación con el exterior diferente a la entrada.

 
CO2

La concentración de dióxido de carbono (CO2) en la Cueva de Altamira. Cuanto más oscuro es el color (en el centro de la cueva) mayor concentración. Se deduce que el centro de la cueva es el recinto más aislado del exterior. Fuente: REFERENCIA.

En paralelo han estudiado la cantidad de microbios que hay en el aire de la cueva. También la cantidad de hongos y bacterias hallados en Altamira a diferentes profundidades concuerdan con la existencia de dos vías de comunicación con el exterior. Entre los hongos el más abundante es Cladosporium y Epicoccum que son los géneros más frecuentes en el ambiente. También en menor cantidad hay Acremonium, Aspergillus y Penicillium, otros géneros menos abundantes pero comunes en el ambiente.

 
Bacteria

Concentración de bacterias en la Cueva de Altamira. La mayor concentración (color más oscuro) se presenta en la entrada y en la zona más profunda. Se concluye que estas dos zonas son las que más comunicación tienen con el exterior. Fuente: REFERENCIA.

Las especies de bacterias que habitan Altamira, en su mayor parte de los géneros Micrococcus, Pseudomonas y Bacillus son también residentes habituales del ambiente. Es interesante, pero nada sorprendente, que en Altamira Escherichia coli, bacteria ligada al intestino de los vertebrados, solo aparece en el recinto más próximo a la entrada. Aunque la mayoría de las bacterias de Altamira son más peligrosas para la salud de la propia cueva que para las personas sanas, hay alguna, como Stenotrophomonas maltophilia que es un patógeno oportunista, es decir que puede infectar a personas con bajas defensas, cosa más frecuente en los ambientes hospitalarios y también en pacientes aquejados de fibrosis quística, una enfermedad hereditaria que provoca defectos en la función de las membranas de las células, especialmente en el tracto respiratorio. Hay también una bacteria, Aureimonas altamirensis que, como indica su nombre, fue identificada por vez primera en muestras de Altamira, y puede ser patógena en casos parecidos.

Aunque hoy en día la cueva de Altamira ya no se pueda visitar, su clausura tan solo asegura que el deterioro puede ser más lento. La existencia, como prueban estos estudios, de otras comunicaciones entre la cueva y el exterior diferentes a la entrada conocida complicará las tareas de conservación. Los microbios son grandes enemigos del arte. literalmente se lo pueden comer. Pero a mi entender, para una obra de arte siempre será más digno acabar destruida por la Naturaleza que a consecuencia de la ignorancia o el fanatismo de las personas. Hay muchos casos en los que el arte ha sido deliberadamente destruido, y uno de los ejemplos más recientes ha sido la incineración de unos cuadros de Matisse, Picasso y Monet que habían sido robados del Centro de Arte de Rotterdam. Se sospecha que la madre del ladrón los quemó para eliminar las pruebas y evitar que la policía le detuviese.

 
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Hueco dejado en 2012 tras el robo del cuadro de Matisse La lectora en blanco y amarilloen el Centro de Arte de Rotterdam. Fotografía de Peter Dejong/AP vía TheGuardian.

 

REFERENCIA: E Garcia-Anton, S Cuezva, V Jurado, E Porca, A Z Miller, A Fernandez-Cortes, C Saiz-Jimenez, S Sanchez-Moral. Combining stable isotope (δ(13)C) of trace gases and aerobiological data to monitor the entry and dispersion of microorganisms in caves. Environmental Science and Pollution Research. 06/2013; doi:10.1007/s11356-013-1915-3.

ACTUALIZACIÓN: La madre del ladrón se ha retractado de las declaraciones según las cuales había quemado los cuadros. Queda pues la esperanza de que no estén destruídos y puedan ser recuperados. Noticia en EL PAÍS el 13 de agosto de 2013.

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9 comentarios

  1. Que tapen las pinturas, pasen luz ultravioleta y asunto arreglado. Con los turistas fuera, claro, o nos pondremos morenitos en una cueva. ¡¡Un blog de microbios en El País!! No lo sabía. Voy a tener que dedicarle menos tiempo a esto… Empiezan las vacaciones y os la deseo muy buenas a todos. Salu2

  2. El autor de este artículo debería haber mencionado algo más sobre su verdadero descubridor; aquel que investigó y presentó diversos escritos sobre la cueva que a día de hoy nos sirve de estudio a muchos que estudiamos Arte, Marcelino Sanz de Sautuola.
    Desde mi punto de vista, es primordial el cuidado y la conservación de esas pinturas. Son un ejemplo único del arte parietal de la época, que hemos de conservar cueste lo que cueste. Y más aún si tenemos en cuenta que, después de la cueva de Lascaux, es uno de los hallazgos más importantes de época prehistórica que se conservan.
    Si para ello es necesaria la eliminación de esos microorganismos que deterioran la cueva, que se invierta y se lleven a cabo las acciones que sean necesarias para su cuidado. Realmente desde mi punto de vista es una lástima que el público no tenga acceso a ellas, puesto que obras de arte como éstas deberían estar al alcance de cualquiera (así como el conocimiento de las mismas). Pero lamentablemente es necesario para poder conservarlas. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con las tumbas de faraones egipcios (aunque en este caso entro en conflicto conmigo misma).
    Aconsejo a todos aquellos a los que les guste la cueva, la Prehistoria y el Arte en general, la lectura de «Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos», donde Sautuola describe minuciosamente (además de expresar sus propias teorías sobre la periodicidad de la cueva) todo aquello que encontró en ésta durante su estudio, incluyendo reproducciones como
    la expuesta en este artículo.
    Un saludo.

  3. Puestos a mencionar el ‘origen’ de la cueva, podía haber mencionado la faena de los franceses de negar su autenticidad hasta que aparecieron las suyas de Lascaux, etc. Así se denominaron fases de la prehistria con los nombres franceses, en lugar de los españoles.

  4. Respuesta a «Jose».
    Hola,
    ojalá fuese así de fácil. Entre los problemas que habría se encuentra el que no se trata de una superficie lisa, uniforme ni sellada, por lo que los microbios que se encuentren tapados por ligeras protuberancias o por estar en grietas y poros no recibirían la irradiación. Habría que proteger muy bien las pinturas, por lo que los microbios que estuviesen en las áreas con pigmento no se verían afectados. Hay microbios que son más resistentes que otros a la radiación. Se tendría que irradiar periódicamente porque de otra forma nuevos microbios sustituirían a los anteriores. Y lo que es más importante, se alteraría gravemente el delicado equilibrio de la microbiota de la cueva con resultados impredecibles ya que las especies que ahora existen quedarían sustituidas por otras cuyo efecto sería desconocido.
    Puedes leer más sobre esto en:
    http://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00114-009-0540-y
    http://link.springer.com/article/10.1007%2Fs00114-009-0561-6

  5. Hola. Menos mal que me puedo bajar los artículos sin pagar, porque si no me arruino. ¡Gracias! Siento que me haya tomado en serio, pero por el primer paper veo que hay quien pensó la misma chorrada y la llevó a cabo, ja ja ja. Hombre, todos los microbichos no se matarían, pero quedarían muchísimos menos. También se generaría una barbaridad de ozono que oxidaría las pinturas, y que no sólo son los microorganismos los que deteriorarán los pigmentos, sino también el CO2, como dices, y mil cosas más que trae la afluencia de personas. Era una tontería para decir que no conocía este blog y que me gusta. Veo que eres del CSIC. Menos mal que empiezan las vacaciones y que no creo que vayas a ir a trabajar (no por las vacaciones, sino porque apuesto a que os cortarán el aire acondicionado). ¡A quitarse la guerra de encima, escribir otra entradita sobre bichos de las playas y descansar! Un saludo.

  6. Respuesta a «Genieveve» y a «tatu»:

    Hola,
    mi respuesta breve es que este es un espacio sobre los microbios, su biología y sobre la ciencia y los científicos que los estudian. Ya he incluido un enlace al principio en el que se pueden consultar los aspectos históricos de la cueva, de su descubrimiento y alguno de los avatares por los que pasó Marcelino Sanz de Sautuola hasta que se reconoció la autenticidad y el origen de las pinturas.

    Quien desee más información puede encontrarla en el libro de García Guinea (1979). Altamira y otras cuevas de Cantabria. Madrid: Sílex Ediciones. ISBN 84-85041-34-8.

    Es una lástima, efectivamente, que la cueva no se pueda visitar, pero ha de considerarse que por ejemplo el impacto térmico producido por las visitas tardaba más de medio día en desaparecer. Existen, sin duda, medios técnicos para disminuir el impacto de los visitantes. Por ejemplo, para visitar los frescos de Giotto en la Capilla de los Scrovegni en Padua se ha de permanecer un cuarto de hora en una antesala en donde se equilibra la temperatura y humedad del visitante (en grupos de 25) con las del interior. La visita dura luego otros 15 minutos. Esta solución posiblemente fuese mucho más compleja de establecer en la cueva, que me parece es un recinto más grande y que, como el artículo comentado prueba, no es estanco. http://www.cappelladegliscrovegni.it/index.php/en/information/how-to-visit

    He estado dos veces en la cueva, y la verdad es que me produjo una gran satisfacción emocional, pero para apreciar en todo su detalle las pinturas hubiese necesitado permanecer en el recinto el triple como poco del tiempo que duraba la visita, y preferiblemente estando solo. Además las dos veces me resbalé por la humedad del suelo, la primera antes de entrar y la segunda ya en la sala de entrada. Me caí, y sí me hice daño, las dos veces.

    No he visitado la reproducción que han hecho de la sala de las pinturas polícromas, por lo que me abstengo de opinar sobre ella. También los manuscritos miniados originales que se mostraban en la biblioteca de El Escorial fueron sustituidos en los años noventa por copias en color sobre cartulina. A veces hay que elegir entre la conservación de las obras y su accesibilidad para un número al parecer ilimitado de visitantes.

    Por último he de decir que también hubiese necesitado el triple de tiempo como poco para apreciar a placer los frescos de Giotto…

  7. pues es facil se cierra y se le ponen camaras por todo el recinto y el que las quiera ver que compre el video o visite la pagina web y asi no se destruira por que eso no se puede ni se deve destruir es historia y la historia no se deve destruir ya destruyeron bastante nuestros antepasados no hagamos lo mismo

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