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¿Peor el remedio que la enfermedad?
Los antibióticos nos salvan de muchas infecciones que antes eran graves y con frecuencia mortales, pero no saben distinguir entre los patógenos que nos infectan y las bacterias que el intestino debe albergar para funcionar correctamente. Es por eso que a veces provocan efectos secundarios no deseados, de los que los desarreglos intestinales son lo más leve. Pero un antibiótico administrado a destiempo puede dejar huellas desagradables y que perduran en el tiempo, como una mayor propensión a desarrollar asma.…