¿Puede un empleado ser fan de su empresa?
Es frecuente ver en competiciones deportivas o grupos musicales, a un gran número de fans. Que siguen a sus jugadores o a sus cantantes allí donde van, para apoyarlos. Últimamente algunos expertos en Recursos Humanos se están preguntando si se sería posible que un emplead@ llegase a ser fan de su empresa. En una línea parecida Esther Casademont afirma: “La gente no abandona los trabajos, abandona a los jefes porque no se identifica con sus proyectos”. Por ello es fundamental poder identificar el talento interno y la actitud de los emplead@s, para detectar a aquell@s que tienen una verdadera implicación, que ven sentido a lo que hacen, se emocionan, sintieran los colores de la empresa como si fuese el equipo al que siguen”.
Cuando leía esto, no pude evitar pensar que esto no es tan sencillo, y recordé que hace años escribiendo sobre empresas con cultura socialmente responsable, descubrí a la start up Zappos, esta tienda online de calzado, hoy propiedad de Amazon, es admirada por clientes y empleados a partes iguales. El 96% de los trabajadores de Zappos afirma sentir un “gran orgullo” por pertenecer a la compañía, y otro tanto destaca la “buena atmósfera” que se respira en el lugar de trabajo. Y una de sus máximas es “Empleados felices crean un mejor servicio al cliente”. Tal vez esto sea lo más parecido a ser fan.
En una línea argumental parecida, el periódico Cinco Días publicaba un interesante artículo donde se indicaba que tal vez se tendría que sustituir el término headhuntingpor el de fanhunting, encontrar internamente gente que busca un proyecto vital en la empresa y que trabaja más allá de su tarea. Porque en muchas organizaciones hay mucho más talento del que se imagina. Así, un estudio elaborado por la consultora de recolocación y detección del talento Lee Hecht Harrison, el 60% de los trabajadores tiene su talento dormido. La pregunta sería ¿Sería posible despertar el talento dormido? Todos los expertos en gestión del talento coinciden, que es fundamental evitar la pérdida de motivación, que actualmente es la gran enfermedad de las organizaciones. Y para ello es imprescindible: contar con un liderazgo motivador, diseñar una estrategia empresarial innovadora y ofrecer retos ilusionantes para sus emplead@s que les permita desarrollar su creatividad. En mi opinión, no es sencillo.
Me gustaría finalizar, con la frase de Tony Hsieh gurú de Zappos: Las empresas a menudo se olvidan de la cultura, y en última instancia, sufren por ello porque no se puede ofrecer un buen servicio de los empleados descontentos.