La sostenibilidad empresarial y el color verde
Cuando a partir de la década de los 60 los astronautas vieron nuestro planeta, afirmaron que la Tierra es Azul. No por los mares que la recubren, sino por la atmósfera que la envuelve. Sin embargo, en las representaciones del pasado, la Tierra era de diferentes colores, por lo general se indicaba que era marrón o verde, parecida a un mapa geográfico o un mapamundi.
Desde hace años, el término sostenibilidad con frecuencia se asigna al color verde como algo natural y sin contaminación, además del compromiso ambiental de las organizaciones. Me he puesto a indagar sobre el verde y me he encontrado que Plinio afirmaba “El verde alegra la vista sin cansarla”, para el pintor Kandinsky le parece que es el color más tranquilo que existe, e incluso lo llama del aburrimiento. Su simbolismo se ha organizado por entero en torno de esta idea: representa todo lo que se mueve, cambia. Es el color del azar, del juego, del destino, de la suerte, de la fortuna y la esperanza.
También este color está vinculado a las estaciones sobre todo a la primavera y al resurgir de la vida, o cómo dijo el poeta Pablo Neruda “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.
“Todas las sociedades han formulado desde siempre sistemas simbólicos en los que reconocerse y en los que el color ha tenido un papel fundamental. Lo que es nuevo en el mundo moderno es la inclusión de tales prácticas en procedimientos tecnológicos y de intercambios comerciales que por una parte las amplían y por otra las estandarizan”
“Por estas razones, hoy en día el color no es solo una percepción o una cualidad de las cosas, sino una categoría psicológica que existe junto al modo de producirlo, difundirlo y de representarlo”.
Hoy cuando una empresa tradicional o las startups tecnologías quieren mostrar que son sostenibles muchas de ellas utilizan el verde, de esta forma se está produciendo un simbolismo que ya intuyó una marca de cervezas en su eslogan “piensa en verde” o yogures que cuando hablan de alimentación sana recurren al verde en su parte de su envase, o la agricultura sostenible, las empresas textiles con sus etiquetas de reciclad, o la incluso perfumería cada vez a más colonias dicen que son sostenibles y que contienen componentes naturales para atraer a los consumidores. Por no hablar de los numerosos artículos como “Acelerando hacia el cero neto: la oportunidad de construir negocios verdes”.
Incluso en nuestra década se está profundizando en el diseño de algoritmos verdes en esta línea expertas como Coral Calero , directora del área de Algoritmos Verdes de OdiseIA y catedrática de la Universidad de Castilla-La Mancha, indica que: “Las empresas que desarrollan software se están dando cuenta de que los algoritmos verdes tienen que formar parte de su manera de trabajar y están empezando a implantarlos, con lo cual es algo incipiente pero imparable”.
Analizando esta apuesta por la sostenibilidad, me ha venido a la mente el filósofo Emilio Garroni , que sugería la sugestión que tenemos los ciudadanos ante las imágenes y el color en este caso el verde, Garroni afirmaba que en ocasiones conocemos el mundo a través de los sentidos, incluyendo la reflexión“… un insecto fósil encerrado en el ámbar. Nosotros, como el insecto, estamos inmersos en el medio a través del que miramos…”. La exaltación de la sostenibilidad está llevándonos, a estandarizar nuestra mirada, hacerla previsible y eventualmente dominable. Esto puede repercutir en las personas en un seguimiento de ciertos eslóganes o creencias, haciendo que asociamos cuando se habla de empresas o negocios verdes a la sostenibilidad. Sin embargo, seria simplista pensar que la responsabilidad es de multinacionales o del consumismo; pues también depende de toda la ciudadanía. Es importante que analicemos con detalle los mensajes que recibimos cómo verdades, e indagar qué características tiene esa sostenibilidad y que actuaciones objetivas se están llevando a cabo para que el verde asociado, no sea puro marketing.Para los diferentes países el verde representa la riqueza natural, pues es el color más extendido del planeta, pero el verde un es solo adjetivo puesto que está vinculado al bosque, a la hierba, a líquenes, a cultivos, frutas, al mar, etc. y por tanto tendrá sus matices, con olores potentes o más suaves, texturas rugosas o lisas, etc.
Para finalizar, en el mundo actual la sostenibilidad de las organizaciones supone un compromiso imprescindible, espero que haya una inclusión desde los Consejos de Administración y la Ata Dirección que permita un crecimiento económico que proporcione los recursos financieros necesarios para contener el cambio climático, promover el capital natural y la biodiversidad. Por cierto, esta próxima semana se celebra el Foro Económico Mundial, en Davos seguramente se hablará de la descarbonización para la sostenibilidad.