La verdad es que llevamos una temporada movidita con diversos brotes que hacen saltar las alertas. El brote del que hablábamos el otro día: Carbunco en Usuarios de drogas intravenosas UDI (abro paréntesis para señalar que estoy hasta el copete de las siglas y de que estas siglas cambien tan a menudo) y los brotes de Hepatitis A que vamos a comentar ahora. 

Hagamos un breve recordatorio de la enfermedad:

La Hepatitis A es una enfermedad de origen viral y transmisión fecal-oral.

El virus está presente en las heces y el pico viral se sitúa 1-2 semanas antes del inicio de los síntomas la transmisión es por contacto directo de persona a persona facilitada por el hacinamiento y la falta de higiene en el lavado de las manos, hábitos sexuales con contacto oral-anal o ingestión de agua o alimentos contaminados, también por verduras frescas, agua, leche, frambuesas y fresas congeladas contaminadas por riego con aguas residuales.

La hepatitis, es más grave según aumenta la edad de los pacientes, aparece en adultos manifestándose con fiebre, malestar general, anorexia, nauseas y molestias abdominales seguidas a los pocos días de ictericia. La enfermedad varía desde una forma leve, que dura 1-2 semanas, hasta una forma grave, incapacitante que dura varios meses y en un 15% de los casos incluso un año.  La gravedad de la enfermedad aumenta con la edad pero lo común es el restablecimiento completo sin secuelas.

 En el mes de junio de 2009 se inicia el aumento de casos de hepatitis A en Australia, hasta el 2 de noviembre se han confirmado 111 casos de esta enfermedad y la investigación llevada a cabo para descubrir el origen de la contaminación identifica el consumo de tomates semisecos procedentes de Turquía como foco de la misma. Una característica diferencial de este brote es que la tasa de hospitalización ha sido del 50% habiéndose presentado casos de hepatitis fulminante lo que no es muy habitual en esta enfermedad.

 

En noviembre de 2009 empiezan a aparecer casos relacionados entre sí en Francia y la actualización a 1 de marzo de 2010 nos dice que se han detectado 55 casos de esta enfermedad relacionados, en 18 departamentos metropolitanos diferentes, encontrándose en la investigación epidemiológica el antecedente de consumo de tomates secos importados de Turquía. La encuesta de trazabilidad alimentaria ha demostrado que estos tomates provienen del mismo lote de tomates congelados importados de Turquía que fueron distribuidos desde el comienzo de octubre de 2009 hasta finales de enero de 2010; de confirmarse esta hipótesis el riesgo habría desaparecido y si se registraran más casos provendrían de una transmisión persona a persona entre los contactos de los casos.

 

Los informes completos están disponibles en los siguientes enlaces:

 

 Consuelo Ibáñez Martí

Médico salubrista

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