MAREAR LA PERDIZ
El Estatuto de la Función Docente está congelado, habría que decir que ha vuelto a ser congelado. Ese Estatuto arrancó, como idea, o como sueño, hace más de veinte años. Los sucesivos Gobiernos le han ido dando largas o echando toneladas de hielo para evitarse un conflicto que, mal planteado, enfrentaría a los funcionarios docentes con el resto del funcionariado; solo mal planteado. Que la cuerda se rompa por el lado más débil parece ser la norma de los diferentes Gobiernos. Y ya sabe cuál es esta.
MIGUEL GARCÍA-POSADA