MÁS EN TORNO AL CERVANTES

Un amable lector ha pretendido identificar el Cervantes concedido a Gamoneda con el que en su momento recibió Francisco Umbral. Ese lector es víctima, más de cuatro años después, de la insidiosa manipulación que, por no ser hombre de la Casa, el premiado, que dio un portazo cuando vio que lo ninguneaban, hizo un destacado periódico nacional en una operacion abyecta a la que se prestó la jefe de Cultura del aludido diario contando, casi un mes después de las votaciones, lo contrario, justamente lo contrario —la mentira y nada más que la mentirí– de lo que había sucedido, todo ello con el visto bueno de su director, que reveló una vez más su escaso respeto por la deontolog profesional (de lo que volvería a dar muestra el trágico 11 de marzo, cuando se cuadró, acrítico y servil, ante una llamada del presidente del Gobierno, que le hizo cambiar la primera página cuando ya estaba impresa.)Todo ello quedó atestiguado por la brillante encuesta que al día siguiente  de la falsa información, hizo en «El Mundo»la periodista Emma Rodríguez mediante su conversación con «todos» los implicados en las votaciones, cosa que no hizo la citada jefe (habría que llamarla mejor jefa, porque es más vulgar), que pusieron de manifiesto –personaa honorables  todas ellas–el poeta José Hierro, el editor Salvador Paniker, el diplomático Santiago Tamarón, etc.– lo que de veras había ocurrido. Pero la prensa puede ser la gran manipuladora, que prende en sus trampas  a quienes en teoría se encuentran más lejos de ellas. Y eso creo que le ha ocurrido al amable comunicante. Ah, un detalle. No hablo de oídas ni de leídas: fui miembro del jurado que le concedió el Cervantes a Francisco Umbral, uno de los grandes prosistas contemporáneos de la lengua y autor, pese a quien pese, de un puñado de libros memorables, como, por ejemplo, «Mortal y rosa», «La bestia rosa», «Memorias de un niño de derechas», <<Las ninfas>>, » Leyenda del César Visionario», etc.
 
MIGUEL GARCÍA-POSADA
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