George W. Bush, presidente de Estados Unidos y partidario de la ética de la compasión, que consiste en derramar lagrimitas solidarias con los desdichados, pero firme defensor de la pena de muerte, ha deplorado las penosas circunstancias que han rodeado las recientes ejecuciones de Irán. A George W. Bush le preocupan las formas; como el alcalde de Zalamea, quiere que la pena capital se imponga pero “con muchísimo respeto”, Filantrópico Bush, humanitario Bush; su hermano –la familia ha ido al copo—ha suspendido las ejecuciones en su Estado para que se verifique si la inyección letal hace sufrir en exceso al reo (¿???) Cuánta delicadeza. “Con muchísimo respeto, os he de ahorcar, vive Dios”. Y olé.
MIGUEL GARCÍA-POSADA