La decisión

 La decisión de la Audiencia Nacional de no conceder prisión vigilada o domiciliaria al etarra que se encuentra en huelga de hambre, con síntomas de evidente debilidad, puede ser discutible, sobre todo porque sería un desastre para el Estado de Derecho que el delincuente asesino muriera en prisión y se convirtiera en mártir de la causa independentista. Había argumentos para otras decisiones, pero la que se ha adoptado no va contra las leyes vigentes. El terrorismo es especialista también en provocar situaciones límites.

El terrorista en huelga tiene sobre sus espaldas no menos de una veintena de asesinatos, además de haber producido escritos abiertamente subversivos. Nos guste o no la decisión adoptada, debe quedar claro que no se atenta contra los derechos humanos actuando así. Si el terrorista fallece, será políticamente lamentable, pero no se habrán conculcado esos derechos. Aquí no será necesario mirar para otro lado, como hizo toda Alemania con las más que probables ejecuciones en la cárcel de los miembros de la banda Baader Meinhoff.

 

MIGUEL GARCÍA-POSADA

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