ESPECIALIDADES EN FISIOTERAPIA, ¿CUÁLES?, ¿CÓMO?

En la entrada previa dejamos claro nuestra apuesta por la necesidad de especialidades en Fisioterapia, atendiendo a la expansión del conocimiento y las capacidades que requieren áreas concretas de la profesión. No tenemos tan claro, sin embargo, la determinación de esas áreas, cómo se denominarían ni cómo se materializaría el proceso de adquisición de las especialidades.

Los requerimientos aptitudinales para un supuesto especialista en dominios emulando el modelo médico quedan, en nuestra opinión, indeterminados en contextos reales de práctica clínica. Nos parece un tanto quimérico y poco operativo pretender, por ejemplo, que un paciente de edad avanzada con ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y que sea dado de alta a planta,  debiera ser tratado por un supuesto fisioterapeuta «ucista», otro «geriatra» y otro «respiratorio». Surge, además, el problema de la exclusividad de la atención por el especialista «acreditado». Un fisioterapeuta oncológico debe cubrir también un extenso conjunto de demandas y adquirir conocimientos y habilidades muy amplios. Si muchos de sus pacientes tienen problemas de índole respiratorio o cardiaco, ¿deriva a un fisioterapeuta «cardiorrespiratorio» supuestamente más ducho en ellos? Y si es el fisioterapeuta respiratorio el demandado para esos problemas, ¿delega en el fisioterapeuta oncológico? Lo mismo se puede decir si surgen problemas en el paciente oncológico de la esfera abdominopélvica (diástasis abdominales, incontinencias, fibrosis o dolor poscirugía o posrradioterapia, etc.), ¿debería ser el fisioterapeuta «uroginecopélvico» el indicado como interviniente? Y así con multitud de casos.

Nos parece que estas observaciones son razonables y no suponen un recelo hacia la especialización. Más bien, lo que pretendemos es que se asienten bien las bases de algo tan trascendental para el futuro de nuestra profesión.

Entonces, si defendemos las especialidades, ¿cuáles? Recientemente volvimos a escuchar al doctor Antonio Cuesta Vargas en una emisión multimedia (1) de Fisiopodcast. En ella postulaba, intuyendo que no era una opinión prodigada, su preferencia por dos especialidades. Comunitaria, asimilable a la atención primaria o consulta «de cercanía», y Hospitalaria, asimilable a la atención especializada. Supone una alternativa de mínimos, más accesible, asequible y defendible, en nuestra opinión, al menos como opción inicial. La amplitud de los contenidos que debe asumir un fisioterapeuta sobre ámbitos como los de las actuales especialidades médicas es propicia para su transversalidad. Se puede asistir a pacientes muy heterogéneos en edad y afectación desde una especialidad «extensa», abarcadora, holística, en el sentido de no restringir ni constreñir su radio de acción por aparatos y sistemas. Además, la opción Comunitaria se adecua a la práctica mayoritaria de la fisioterapia española de consulta privada.

No podemos obviar, a pesar de la propuesta antedicha, que las especialidades existen de facto en la cotidianidad de práctica clínica. Hay clínicas y consultas de atención prioritaria o exclusiva en determinados campos como «uroginecopelviperineología» (perdón por el palabro), fisioterapia vestibular, deporte,…que presuponen una atención especializada. En muchos hospitales hay también unidades o secciones con dedicación preferencial (suelo pélvico, intensivos, fisioterapia cardiaca o respiratoria, pediatría,…) con personal con experiencia o formación específica en esos campos. Evidentemente, esta presencia oficiosa carece de las acreditaciones, regulaciones, requerimientos, contenidos de una especialización oficial, pero puede servir de referencia para su materialización.

Adicionalmente nos aventuramos, modestamente,  a sugerir como pretendiente a especialidad por su vasto campo de acción, poseer movimiento asociativo (área de fisioterapia de la SEPAR), respaldo científico y presencia transversal en sanidad pública y privada, la Fisioterapia Cardiorrespiratoria. Eso sí, con una visión de la misma ancha, incluyendo la fisioterapia en cuidados intensivos, la parcela propia en la rehabilitación cardiaca o respiratoria, evitando super o subespecialidades que fragmenten la atención. Porque, aunque lo digamos de soslayo, podemos columbrar que la apetencia por la especialización supone riesgos para ese cuarteamiento prematuro o innecesario.

La consecución de las especialidades sanitarias tiene sus regulaciones en España, entre ellas el Real Decreto 589/2022, de 19 de julio. Se trata de un proceso con requisitos que quizá, de momento, no sean fáciles para la Fisioterapia. De nuevo, hay que referirse al modelo de Medicina y Enfermería, cuya fomación especializada, MIR y EIR respectivamente, se realiza en el sistema sanitario mediante residencia. En las condiciones actuales, sin existencia de especialistas oficiales ni reconocimiento de capacidad docente y formativa específica, la vía FIR no parece viable.

Una vía paralela, de distinto nivel regulatorio, puede ser la ordenación intraprofesional por medio de sociedades científicas, colegios y universidades. Así lo propone Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (2), siguiendo el modelo de Odontología, con una realidad sociolaboral más cercana a la mayoría de los fisioterapeutas. Nos parece una opción factible en el contexto actual. Las maestrías y títulos de experto, debidamente auditados, que ya se imparten en áreas «especializables», pueden contribuir a esta opción, con formación práctica en entornos clínicos, en la línea de la asignatura prácticum del Grado.

Vemos que el anhelo de especialidades en nuestra profesión está justificado, pero su conseguimiento no es ni sencillo ni está exento de cuestiones claves, que habrá que ir dilucidando. También vemos que muchos colegas tienden hacia áreas de trabajo preferenciales, en las que se forman y adquieren experiencia y pericia. No desconsideremos su saber, son el cimiento de la futurible especialidad. Al mismo tiempo lo compatibilizan con las competencias y conocimientos que se obtienen en el Grado, que deberían ser de máximos y no infravalorados, y que incluyen dominios y prácticas transversales. Y entre ellos, la que podemos considerar, como afirma Roy Latuche (3), la competencia central, básica, el eje que atraviesa todos los campos y ámbitos de la fisioterapia, el ejercicio.

Entonces, especialidades sí. De hecho, ya están entre nosotros. Son inevitables si queremos una atención de calidad, actualizada, eficiente. Oficialmente tardarán, pero hay caminos intermedios que las harán, ya lo hacen, una realidad en la práctica de hospitales, clínicas, residencias y demás centros donde el fisioterapeuta trabaja. Apostemos pues por la especialización, sin rubor, sin complejos, porque la fisioterapia tiene mucho que aportar a sus pacientes, a todos nosotros.

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Referencias:

1.Fisiopodcast. Entrevista a Antonio Cuesta-Vargas (1/2). En https://www.youtube.com/watch?v=oXELmmF84xU. Acceso 7 de diciembre de 2023.

2.Fisiopodcast. Entrevista a Fernando Ramos, presidente de la AEF. En https://youtu.be/N_x53G9BITg?si=WDZU4a70m0ZLgTDy. Acceso 7 de diciembre de 2023.

3.Fisiopodcast. El Momentum en Fisioterapia. En https://www.youtube.com/watch?v=hQTM_SlBn-Y. Acceso 7 de diciembre de 2023.

 

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