Las cianobacterias, enemigas de los dinosaurios, de los mayas y de los elefantes
¿Han podido tener un enemigo común los dinosaurios, los mayas y los elefantes? Pues aunque nos parezca inverosímil la respuesta es que sí, y se trata de unos microbios llamados cianobacterias que pueden contaminar las aguas. Son, como todas las bacterias, organismos procariotas, es decir sin separación entre su material genético y el citoplasma, se encuentran entre los seres vivos que tienen función clorofílica y muchas producen toxinas peligrosas para la salud. Los dinosaurios se extinguieron al acabar el periodo Cretácico hace 65 millones de años, la civilización maya comenzó su declive en el siglo IX, mucho antes de que Colón llegase a América, y ahora, en 2020 se ha producido una escabechina de elefantes en el delta del Okavango en Botswana . En los tres desastres pudo intervenir un fenómeno común, la proliferación de cianobacterias productoras de toxinas letales.
Uno de los templos maya de Tikal
La desaparición de los dinosaurios es un fenómeno que aún intriga a los paleontólogos y entre sus causas se ha barajado un drástico cambio climático producido por un espectacular aumento de la actividad volcánica o por el igualmente espectacular impacto de un meteorito sobre el planeta Tierra. Tras la liberación de minerales al ambiente, ya fuese por impactos de meteoritos o por erupciones volcánicas, se produciría una mayor fertilidad de las aguas y si a ello se une un incremento en la temperatura, como podría ocurrir al inundarse zonas costeras poco profundas al subir el nivel de los mares, crecerían mejor las cianobacterias. Curiosamente las cianobacterias fueron las que en un principio permitieron la vida sobre la tierra firme, por fotosíntesis produjeron, hace tres mil quinientos millones de años, una gran parte del oxígeno atmosférico, realmente un desecho de su metabolismo.
Unos trescientos elefantes han muerto en 2020 en el delta del Okavango desde el mes de marzo. Aunque no está probado con certeza se ha propuesto por exclusión de otras posibilidades que una de las causas de la catástrofe sea la intoxicación de los animales en abrevaderos que podrían estar invadidos por cianobacterias. Se sospecha que los elefantes pueden ser los más afectados de toda la fauna silvestre porque gracias a su trompa beben de aguas más profundas en donde en condiciones anaerobias se concentrarían las toxinas producidas por algunas cianobacterias.
Cadáveres de elefantes en el delta del Okavango. Fuente: enlace.
El declive de la civilización Maya ha sido uno de los grandes enigmas históricos que aún quedan por resolver. En el siglo IX los mayas abandonaron Tikal, según se deduce de investigaciones recientes (REFERENCIA) una combinación letal de mercurio, fosfatos y cianobacterias pudo contribuir a su declive. Sin ríos ni lagos cercanos y con los inaccesibles 200 metros de profundidad del nivel freático, sus habitantes no tenían más suministro de agua que la aportada por las lluvias durante la estación húmeda. Los mayas se las ingeniaron para almacenarla en grandes depósitos hacia los que desaguaban las plazas de la ciudad.
Al prolongarse a mediados del siglo IX los periodos de sequía, hubo varias condiciones que convirtieron a estos depósitos en instalaciones letales donde se concentraron varios tóxicos. Uno de ellos fue el mercurio que procedía de las pinturas corporales con abundante cinabrio que adornaban tanto la piel de los habitantes como sus cadáveres y que además se usaba en la decoración de muchos objetos ceremoniales. La intoxicación por mercurio pudo producir síndromes metabólicos causa probable de la obesidad de alguno de sus últimos gobernantes como el llamado Sol Oscuro del que se conserva una imagen en uno de los relieves alojados en un dintel de un templo.
El Sol Oscuro, que se sospecha padecía obesidad como uno de los síntomas de un síndrome metabólico por intoxicación crónica con mercurio. La imagen es un dibujo de William R. Coe copiada de un relieve del dintel 2 del Templo III. Museo Penn imagen Tikal 57-5-7.
Otro no menos peligroso fue el fosfato procedente de la descomposición de restos de alimentos que incluso aunque se intentó instalar filtros de arena y zeolita traídas de lugares remotos acababan contaminando los depósitos. Por todo ello al ocurrir periodos de sequía el agua dejó de ser potable y favoreció, por contra, la proliferación de varias especies de cianobacterias productoras de toxinas. Ni siquiera hervir el agua podía eliminar estos productos tóxicos y el agua debía resultar no sólo tóxica sino repugnante. Los investigadores postulan que la mala calidad del agua pudo ser uno de los motivos por los que finalmente Tikal fue abandonada.
En los tres casos ha sido difícil concluir que las cianobacterias hayan sido las únicas culpables de los desastres que acabaron con los dinosaurios, la muerte de los elefantes o el abandono de Tikal. Entre otras razones porque en ellos se han juntado otros problemas ambientales, como la sequía, que además de ser perniciosos en sí mismos han podido favorecer la proliferación anormal de cianobacterias tóxicas. En los sedimentos analizados en los depósitos de Tikal se han identificado secuencias de los genomas de las cianobacterias Microcystis y Planktothrix. Las dos producen microcistinas, unas toxinas perjudiciales incluso a muy bajas concentraciones que son resistentes hasta después de hervirse y que harían imposible consumir el agua contaminada. Es posible que lo mismo que ocurrió en Tikal sea aplicable a otros poblados maya lo que en conjunto iniciaría el declive de su cultura a fines del siglo IX por el agotamiento de los recursos hídricos saludables.
De todas formas la relación causa efecto que han podido tener las cianobacterias en estas catástrofes aunque parece lógica y muy plausible no está comprobada con absoluta certeza por lo que quedamos a la espera de estudios más directos, algo que para los dinosaurios y los mayas puede ser difícil. Resolver el enigma bien podría quedar por ello en las manos, perdón en las trompas de los elefantes.
REFERENCIA
D.L. Lentz et al. 2020. Molecular genetic and geochemical assays reveal severe contamination of drinking water reservoirs at the ancient Maya city of Tikal. Sci Rep 10, 10316; doi: 10.1038/s41598-020-67044-z
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Muy interesante conexión entre eventos distantes en el tiempo y en el espacio, pero con el denominador común de las cianobacterias y las cianotoxinas que pueden producir. Las cianobacterias llevan al menos 3500 millones de años poblando la Tierra, y siguen ‘dominando’ el mundo, pudiendo hacer desaparecer desde culturas ancestrales hasta especies de paquidermos. Mucho que aprender de estos maravillosos organismos
Es muy curioso como en los 3 casos podemos observar ciertos patrones que llevaron a tales situaciones, como una pequeña cianobacteria puede ocasionar tanto caos.