Einstein y las ondas gravitatorias. David Jou.

Enlace a Einstein y las ondas gravitatorias de David Jou en poesía y ciencia

El 11 de febrero, responsables del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), en EE UU, anunciaron que se habían captado las ondas producidas por el choque de dos agujeros negros, la primera detección directa de las ondas gravitatorias que confirma la teoría de la relatividad general de Einstein, enunciada en 1915. Los resultados se publicaron, el día siguiente del anuncio, a través del artículo “Observation of Gravitational Waves from a Binary Black Hole Merger” de B. P. Abbott et al., publicado en la revista Physical Review Letters.

Fotografía aérea del Interferómetro de LIGO situado en Livingston, Louisiana       (en www.ligo.caltech.edu)

Hay que desatacar que estamos hablando de “detección directa”, ya que de forma indirecta, ya se había detectado la existencia de estas ondas, gracias a los trabajos de Russell Hulse y Joseph Taylor, que por este motivo, recibieron el premio Nobel de Física en 1993. La detección directa ha supuesto resolver problemas científicos y tecnológicos de extrema dificultad, ya que para  detectar las ondas gravitacionales es preciso medir cambios en la distancia de un orden aproximado a 10 elevado a menos 19 metros; distancia equivalente a tomar un milímetro y dividirlo por 10.000.000.000.000.000.

De ahí, la necesidad de interferómetros laser de tamaño descomunal como los del Observatorio LIGO, que constituyen  el instrumento óptico de precisión más grande del mundo, con dos detectores, uno en Luisiana y el otro en el Estado de Washington. Ambos están compuestos por dos haces de luz láser cuya longitud exacta de cuatro kilómetros sería modificada al paso por una onda gravitacional. El instrumento es capaz de detectar una variación equivalente a la diezmilésima parte del diámetro de un núcleo atómico, la medida de longitud más precisa hecha nunca por un instrumento científico, según sus responsables. (Ver Nota 1).

David Jou i Mirabent es un científico y poeta que ya tiene presencia en poesía y ciencia con los poemas Homenaje a Ramón y Cajal y  El número pi. Es catedrático de Física de la Materia Condensada de la Universidad Autónoma de Barcelona, especializado en termodinámica y mecánica estadística de procesos irreversibles, área en que ha publicado unos doscientos artículos en revistas internacionales y varios libros. Es  miembro de la Sección de Ciencias y Tecnología del Institut d’Estudis Catalans, académico de número de la Reial Acadèmia de Doctors y correspondiente de la Real Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales.

 

David Jou i Mirabent

Pensador de la ciencia podemos ver su obra en ensayos sobre aspectos históricos y culturales de la ciencia tales como los orígenes de la termodinámica y sus resonancias culturales, relaciones entre ciencia y poesía o entre ciencia y teología, etc.. Excelente divulgador científico, fue colaborador del Suplemento de Ciencia y Tecnología del diario La Vanguardia de 1983 a 1994.

Por último, es también un gran poeta en lengua catalana con más de una docena de títulos publicados desde 1975, estando traducida su obra a diversos idiomas: francés, inglés, alemán, ruso y, por supuesto, al castellano como, entre otros, los libros Los ojos del halcón maltés Las escrituras del universo. Su poesía transita, en muchas ocasiones, por temáticas científicas, aportando una destacada sensibilidad, gusto y hallazgos de sorprendentes imágenes a cerca de hechos y significado de la ciencia – en particular, la física – contemporánea.

En el poema Einstein y las ondas gravitatorias, que hemos traído a poesía y ciencia en esta ocasión, asistimos al momento esperanzado, hace varios años, en que se estaban poniendo en marcha los inicios experimentales y las grandes instalaciones científicas en caminadas a medir de forma directa las ondas gravitatorias predichas por Einstein en su teoría general de la relatividad. En ella aparece la que va a ser la gran metáfora explicativa de este fenómeno que no es otro que «escuchar» el espacio; y que se viene a añadirse a «ver» el espacio, como había ocurrido hasta ahora. (Ver Nota 2).

Ilustración de ondas gravitacionales producidas por dos agujeros negros.
(Imagen: Henze/NASA en www.ligo.caltech.edu)

Y en esta senda de las ondas gravitatorias como productoras de «sonidos» del universo, David Jou nos ofrece la magnífica imagen del «tambor tenso del espacio-tiempo», del «tam-tam oscuro« del universo que vienen a ser las ondas de gravitación pura que, hasta la fecha, nadie había podido oir salvo Einstein en sus cálculos, al formular las ecuaciones de la relatividad general.

El poema sigue con una descripción en tres formidables y sintéticos versos las gran instalación científica que es el LIGO:

Cilindros de acero frío, hipersensibles,
escrutan todos los cielos a la búsqueda
de un eco, de un hálito de onda que no llega.

Y la legión de científicos que en todo el mundo están trabajando para hacer posible la medida directa de las ondas gravitatorias:

Y cada vez son más los que se afanan,
con instrumentos y números, a explorar
las más difíciles titilaciones de la tiniebla,
ritmos escurridizos y elusivos.

El poema finaliza con la invitación exaltada a todos nosotros para que nos dejemos llenar del infinito y a dejar que todos los cielos entren por nuestras ventanas abiertas.

Haced como ellos:
llenaos de infinito,
abrid las ventanas al espacio.

Ahora, en este febrero de 2016, esta invocación del poema de David Jou se ha convertido en realidad y la ciencia ha podido medir directamente las ondas gravitatorias o, en feliz imagen, «escuchar el tam-tam del universo» , que hace cien años sólo habitaba en la mente de Albert Einstein.

 

Nota 1. Un resumen bastante legible sobre ondas gravitatorias puede obtenerse en Introducción a las ondas gravitacionales de C. Moreno y otros en la Revista Latinoamericana de Física Educativa. (Lat. Am. J. Phys. Educ. Vol. 2, No. 3, Sept. 2008). La descripción de las instalaciones del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO) se puede ver en su página web: https://www.ligo.caltech.edu/

Nota 2. El original, en idioma catalán, del poema es el siguiente:

Einstein i les ones gravitatòries

Enllà de la música de les esferes
Einstein escolta un tam-tam fosc
en el timbal tibant de l’espaitemps,
ones de pura gravetat
que ningú no ha sentit mai
sinó ell en els seus càlculs.
Cilindres d’acer fred, hipersensibles,
escruten tots els cels a la recerca
d’un ressò, d’un hàlit d’ona que no ve.
I cada cop són més els qui s’afanyen
amb instruments i nombres a explorar
les més difícils titil•lacions de la tenebra,
ritmes fonedissos i elusius.
Feu com ells:
ompliu-vos d’infinit,
deixeu entrar l’espai per la finestra.

 

 

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2 comentarios

  1. Teresa: Genial el poeta, David Jou, que tan acertadamente ha descrito la búsqueda de las ondas. Otra frontera de la física que se alcanza.
    Pedro Alonso

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