La encorvada y la altiva. Ramón de Basterra.

Enlace a La encorvada y la altiva de Ramón de Basterra en poesía y ciencia

Continuamos, en esta nueva entrega de poesía científica, con una vena temática que descubrimos con la fábula El aeronauta de Felipe Jacinto Salas incluida, en poesía y ciencia, el pasado 12 de diciembre.

Esta vena la componen algunas fábulas evolucionadas aparecidas, ya en el siglo XX, en las que artefactos científicos y tecnológicos ocupan el lugar que, en las fábulas más clásicas y reconocibles, vemos normalmente protagonizadas por animales o plantas.

Mª Rosa Ozaeta Gálvez, (en su artículo “Los fabulistas españoles. (Con especial referencia a los siglos XVIII y XIX)” publicado en 1998 en Epos: Revista de filología, Nº 14, págs. 169-205), constata, por una parte, la clara decadencia del género fabulístico en el siglo XX, «… en el siglo XX se aprecia un descenso en su actualidad, desapareciendo prácticamente la fábula y los fabulistas, aunque no sus cultivadores ocasionales, y manteniéndose el género residualmente en publicaciones infantiles, siempre bien aceptadas por sus receptores.” 

 

Ramón de Basterra

Sin embargo, también en el citado artículo, señala a algunos autores del siglo XX que, en el campo de la fábula, intentan su continuidad y evolución; mencionando, en concreto a Ramón de Basterra y a Juan José Velo Nieto. Así, indica:

«Ramón de Basterra es un autor digno de mención en cuanto a su intento de modernizar la fábula mediante la transformación de los personajes tradicionales en máquinas que aleccionan al hombre, procedimiento también seguido por Juan José Nieto en su Fabulario Boreal.

Basterra, en su composición poética «épicoalegórica» — como la califica Díez-CanedoVírulo Mediodía, que dedica a sus «tres amados maestros» : Ramiro de Maeztu, José Ortega y Gasset y Eugenio d’Ors, incluye su poema Nuevo fabulario (XII), en que expone, programáticamente, su novedoso punto de vista:

… Se cerraron las fábulas a base
del material del día quinto.

Quedan abiertas otras. Escuchad a las máquinas.
Escuchad su lección de ritmo.

Calla doña raposa, don león, don caballo.
Avanza doña grúa, don cilindro, don émbolo.»

A este poema, le sigue, en primer lugar, con el número XIII, el titulado Introducción a las fábulas y después, con el número XIV, el bloque Nuevas fábulas, compuesto por cuatro poemas: La encorvada y la altiva, El buen camión, El avión y el molino y El motor obscuro que transparentan en sus títulos quienes son los principales actores de las nuevas fábulas.

De Juan José Vela Nieto sólo se menciona, en el artículo, el título de su poemario, Aurora Boreal. Es prácticamente inexistente la información encontrada en internet de este autor. Si hemos hallado un par de poemas. (Ver Nota). Del primero, que tiene por título Filosofía del «Boreal» y que, al igual que sucedía con el Nuevo fabulario de Basterra, es programático, se incluye seguidamente, un fragmento.

«… Más yo, que soy moderno fabulista,
abandoné la selva animalista,
y, abrazado a turbinas y motores,
inhalé el arcaduz de sus vapores
extrayendo la etérea consecuencia
de su mucho poder y mucha ciencia,
e hice hablar al tornillo, al cojinete,
al motor de explosión y al torniquete,
pensando que, al hablar un topolino,
en vez de hacerlo un ganso o un pollino,
mis fábulas dirán “topolinadas”,
pero no pollinadas ni gansadas.
Brindo pues al lector las moralejas
de mis motorizadas fabulejas”…

El segundo poema, que tiene bastante gracia, y se titula La Cafetera Express y el Infiernillo Eléctrico, se muestra a continuación.

La cafetera Express vaporizaba
y al infiernillo eléctrico exhalaba
sus planes venideros
de cambiarse en veloz locomotora
y pilotar los trenes de viajeros
a noventa kilómetros por hora,
para así convertir su inercia estática
en máquina energética y dinámica.

-¡Modérate el frenillo!,
respiró incandescente el infiernillo;
pues juzgó con franqueza
que el café se te ha subido a la cabeza.

¿Es que el llamarte “Express” te da derecho
a desdeñar las portas de tu pecho?…
¿Qué te parecería que yo,
por ser eléctrico artilugio,
quisiera transformarme en un tranvía
para buscar a mi tensión refugio?…

El buen nombre se hereda,
pero no las virtudes que amoneda;
por eso yerra el hombre
te imagina triunfar con sólo un nombre”

 

La encorvada y la altiva. Ramón de Basterra.

Ramón de Basterra y Zabala, nacido en Bilbao en 1888, fue un escritor, poeta y diplomático español del Novecentismo. Cursó sus primeros estudios en Bilbao y el bachillerato en el colegio de los jesuitas de Orduña. Realizó estudios de Derecho en las universidades de Valladolid y Salamanca, licenciándose en este último centro en 1909.

En 1915 ingresa en la carrera diplomática desempeñando cargos en Roma (entre 1915 y 1917), Bucarest (desde junio de 1918) y, finalmente, Caracas (1924). Allí padece una grave crisis de una enfermedad mental que sufre desde hace años, a consecuencia de la cual es repatriado y más tarde reanuda sus trabajos diplomáticos en Madrid. Sin embargo recae pronto y el agravamiento de su enfermedad mental le condujo a un último ingreso en el sanatorio madrileño de Santa Águeda, atendido por el doctor Lafora. Allí murió por una complicación cardíaca en un ataque de locura apenas cumplidos los cuarenta años.

 

 

En su obra en prosa, como ensayista, destacan sus libros La obra de Trajano, de 1921 (reeditada en 2012), y Los navíos de la Ilustración. Una empresa del siglo XVIII, publicado en Caracas en 1925, (con 3 reediciones en 1954, 1970 y 1984).  Asimismo escribió diversos textos – muchos de ellos dedicados a la villa de Bilbao y sus gentes – en la prensa local vasca (Euzkadi, El Nervión, El Pueblo Vasco y El Liberal), además de algunos artículos y poemas en la afamada revista Hermes.

En cuanto a su obra poética, (sic en Wikipedia); «…su primer poemario, Las ubres luminosas (1923), se caracteriza por el mito civilizador de Roma y las ideas humanísticas. En el poemario Los labios del monte, paisaje y tradiciones vascas se funden en una amplia síntesis histórica. Es el creador de un mito: Vírulo, cuyos cantos corresponden a dos momentos del estilo del autor: En Vírulo. Poema. Mocedades (1924), se muestra barroco, gongorino y virtuoso de la poesía pura. En Vírulo, mediodía (1927), el poeta supera la etapa anterior y se anticipa a su época; de un salto se sitúa en las avanzadas de la vanguardia. Con técnica del futurismo canta la máquina y el destino fecundo de los pueblos hispánicos: la ‘Sobrespaña’. Con esta obra se convierte en uno de los artífices del cambio ideológico de la España contemporánea y en precursor del concepto de Hispanidad.»

Muy influido por Unamuno, Ortega y Gasset, Eugenio D’Ors y Ramiro de Maeztu, formó parte de la llamada Escuela Romana del Pirineo, grupo informal, surgido en las tertulias del bilbaíno café Lyon D’Or, en el que se pueden incluir, entre otros, a los escritores Jacinto Miquelarena, Pedro Mourlane Michelena, Fernando de la Quadra Salcedo, José Félix de Lequerica, Rafael Sánchez Mazas y Joaquín Zuazagoitia, escritores, algunos de ellos, que gozaron de una gran influencia literaria y política en los años de posguerra en España.

Su obra poética fue recopilada en el volumen Obra Poética de Ramón de Basterra, con prólogo de Joaquín Zuazagoitia, publicado en 1958 y en  2 volúmenes en Poesía, con prólogo de José-Carlos Mainer y edición preparada por  éste y por Manuel Asín para la Fundación BSCH en 2001.

La encorvada y la altiva es, junto con  El buen camiónEl avión y el molino y El motor obscurouna de las Nuevas fábulas, incluidas en Virulo. Mediodía. Con el predominio de versos heptasílabos y alejandrinos, en ella se describen los movimientos y continua actividad de la grúa

Girando con el día.
desde el levante al ocaso,
alargaba la grúa su trompa de cadenas.

Al topar con el alto talle de la grúa le afea su ocio

“Qué bien se ve de lejos al ocioso que fuma
mientras yo peno encorvada.”

La grúa a la que, inmóvil, corona el halo de los santos, le contesta:

– “Mis entrañas son brasas”- dijo,
y sembró en surcos de humo
un trigo de centellas.

A lo que sigue la moraleja de la fábula en los cuatro versos finales.

No se engañen los ojos
por la ajena apostura.
Bajo el vertical ocio
hay congojas de fuego .

 

Cien poemas en cinco años

El 21 de enero de 2014, con la publicación en poesía y ciencia del poema El cerebro de Emily Dickinson, comenzó una nueva etapa de La alegría de las musas, marcada con un 2, como continuación de la primera etapa del blog realizada por Miguel García Posada. En estos cinco años; si no he llevado mal la cuenta, he realizado 100 entradas correspondientes a otros tantos poemas  nuevos incorporados a poesía y ciencia.

La guía fundamental en la selección de los poemas ha sido siempre la novedad, el descubrimiento de nuevos poetas y sus poemas. Lo que ha resultado, a veces complicado; porque tras unos setecientos poemas en total, no resulta ya sencillo encontrar poemas nuevos. En todo caso, ha sido un placer y ha valido la pena: he aprendido y disfrutado mucho. En primer lugar,  conociendo nuevos poetas y poemas y, en segundo lugar, dándolos a conocer e intentando  presentarlos de forma adecuada, entretenida y sugerente a fin de provocar una mayor curiosidad del lector por los poetas y poemas seleccionados.

En esta intención vamos a seguir en el futuro mientras encontremos nuevos poetas y poemas y hasta que el cuerpo aguante. Un abrazo.

Nota

En el artículo Poesía y fábula en la Vía de la Plata de Juan Pedro Vera Camacho, se encuentran, junto con un breve texto biográfico, los dos poemas mencionados de Juan José Vela Nieto.

 

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