El lema de la carrera investigadora: «Cuando seas padre comerás huevos».

Cuando me lo decían de niño me imaginaba los típicos huevos duros para el desayuno, en su huevera de porcelana. Bien es posible que esto se deba a la explicación que me dio mi madre tras comprobar mi asombro, porque la frase, de puro lapidaria que es, no se entiende del todo.

Curas, gónadas, fritangas, escaseces de posguerra o marrones, todo cabe si se aplica un poco de atrevimiento hermenéutico y otro tanto de malicia.

Lo malo es que según pasan los años se va pasando de moda tanto formar familia como desayunar fuerte. Así que esa prohibición en forma de promesa se queda… en una prohibición a secas. Algo parecido está pasando con el Estado español, muy paternalista para ciertos asuntos, y muy poco transparente para otros.

Me explico. Ayer, martes 28 de abril de 2009, Ibercampus publicaba una noticia con el título, ambiguo pero esperanzador, de El fin de la investigación precaria, ¿un poco más cerca?. El motivo era que caducaba el plazo para la presentación de enmiendas a la Proposición de Ley relativa a la modificación del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social, de forma que se posibilite la protección social y la contratación laboral de los investigadores, por lo que era de esperar su consiguiente discusión parlamentaria. Las novedades que propone la proposición de ley, cuyo texto completo sólo ocupa tres páginas, quedan perfectamente resumidas en el quinto párrafo de la exposición de motivos, que destila sentido común:

Resulta necesario que las personas que dedican tres o cuatro años de su vida a la investigación—por no mencionar a las personas que se han perpetuado en este régimen singular de «becarios»— tengan cubiertas sus necesidades por enfermedad para sí y suf amilia, hayan devengado derechos para sus futuras pensiones y cotizado para la prestación de desempleo. De esta forma, habrá una mínima red de seguridad para trabajar en la investigación.

Sin embargo, quien entre hoy en la web del Congreso de los Diputados podrá comprobar que el plazo para la presentación de enmiendas se ha prorrogado hasta el 15 de mayo de 2009 (basta con introducir el nombre de la propuesta en el buscador de la página principal). Tendrá, eso sí, que utilizar el dedo o el mouse para contar cuántas veces se ha decidido la ampliación de enmiendas, porque no son ni dos, ni cuatro, ni siete, sino veintitrés. Que alguien me contradiga si me equivoco, pero la ampliación de enmiendas debería ser un procedimiento oportuno y puntual, motivado en todo caso por la falta de tiempo para estudiar a fondo los cambios que puedan ser convenientes. Su uso en este caso se parece más al “Vuelva usted mañana” que escribiera Larra, y con la siguiente ampliación serán ya dos docenas de prohibiciones con forma de promesa.

Indagando un poco entre la web de precarios.org, las actas del congreso y el contenido de la proposición, no es difícil reconstruir lo ocurrido. Paso a resumirlo:

La prórroga a las enmiendas comenzó en octubre de 2008, y dura ya, por tanto, siete meses. Siete meses, insisto, para plantear enmiendas a una propuesta de modificación de ley cuyo artículo único no llega a las mil palabras (esto es, poco más del doble de lo que ocupa hasta aquí este post). Ahora bien, la Propuesta de Ley no era, en absoluto, un tema nuevo en la agenda política. Cito a la Federación Española de Jóvenes Investigadores:

LaPL-A inició su periplo en el Congreso de los Diputados el 27 de noviembre de 2003 [segunda legislatura de José María Aznar]. Tras el posterior cambio de gobierno, esta iniciativa fue trasladada a la VII Legislatura el 2 de abril de 2004. La mayor parte de los grupos parlamentarios apoyaban la tramitación de esta PL.
Al poco de iniciarse este periplo, se produjo lanegociación y pacto con el gobierno del PSOE de lo que hoy se conoce como el
EPIF (Estatutodel Personal Investigador en Formación).
Desde esa fecha, hasta 2006, el gobiernoobstaculizó y ralentizó el proceso parlamentario de esta PL.

[…]

El viernes día 31 de marzo de 2006 fuimos informados de que el parlamento andaluz quería proponer el aplazamiento de la toma en consideración de esta PL, que ellos habían presentado. Finalmente el martes dia 4 de abril de 2006, se decide aplazar la toma en consideración de la PL-A.

[…]

El día 2 abril de 2008 la PL-A siguió su curso volviendo a presentarse en el congreso de los diputados, siendo admitida a trámite y posteriormente aplazada su toma en consideración hasta, al menos, septiembre de 2008.

Esto es lo que ha pasado desde hace cinco años. Otra cosa es comprender el por qué. El asunto, visto desde una perspectiva global, es un poco más complicado. 

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