¿Se nos acaban los antibióticos?

autor: Miguel Vicente

El 12 del pasado mes de junio, en una lluviosa tarde de sábado me dirigí a la Gran Vía madrileña para participar en un programa de radio en el que se comentaba el futuro visto desde la óptica de varios científicos y periodistas. Creo que no me hicieron mucho caso, porque mientras los demás presentaban un mundo feliz, repleto de inmortalidad, ciudades fantásticas y ordenadores que nos leerán el pensamiento, mi corta intervención quiso llamar la atención sobre lo que puede ser un mundo en el que curar las infecciones no tenga garantías de éxito.

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Resistencias ganan, antibióticos pierden. Esta gráfica muestra cómo hay varios microbios patógenos en los que sus variantes resistentes a los antibióticos son cada vez más frecuentes. Por el contrario, cada vez se descubren menos antibióticos. MRSA (Staphylococcus aureus resistente a meticilina). PRSP (Streptococcus pneumoniae resistente a penicilina). VRE (Enterococcus resistente a vancomicina). FRQP (Pseudomonas aeruginosa resistente a fluoroquinolonas).

Me permití además aventurar que si algún día el género humano conseguía la inmortalidad, además de ser aburrido, sería a costa de que las personas fuesen muy diferentes a lo que ahora somos. En fin, que no creo que a juicio de los organizadores me ganase ni siquiera la carrera del taxi que me llevó. Si quisiera ser divulgador o científico popular debería estar ahora escribiendo sobre si es posible la vida dentro del arsénico o narrando la carrera por construir órganos artificiales a partir de matrices sintéticas repobladas por células madre. De hecho, en el mismo número de Newsweek en el que se publica el artículo sobre los problemas que nos esperan si no encontramos nuevos antibióticos para curar las infecciones que me ha dado pie para escribir este comentario, también se publica otro sobre la carrera para ser los primeros en obtener órganos artificiales, casi para ser inmortales. Pero ya lo dije en el programa de radio, todos esos avances quizás nos permitirán estar en un estado de salud casi perfecto para morir a causa de una infección. Por eso voy a comentar algunos puntos que me evoca el artículo sobre los antibióticos, que además ocupa el triple de páginas precediendo al que trata de órganos artificiales.

No es que el público no tema a las enfermedades infecciosas, pero a la mayoría les parece que son ya historia. Gracias al estado de bienestar, en el que afortunadamente vivimos los países ricos, no es previsible, salvo en situaciones catastróficas, que de la noche a la mañana retrocedamos en el tiempo para volver a la época en la que la medicina no disponía de antibióticos. La buena alimentación, el confort y la higiene son excelentes medicamentos que mantienen nuestras defensas naturales con la suficiente potencia para evitarnos las infecciones. Pero no siempre estamos en condiciones óptimas y muchas veces el preservar la salud nos impone someternos a procedimientos drásticos o pruebas diagnósticas comprometidas. Antes de los antibióticos cualquier cirugía rutinaria se podía complicar porque bacterias como Staphylococcus, que comúnmente habitan sobre nuestra piel sin ser dañinas, dejan de ser inofensivas para convertirse en peligrosas infecciones cuando por las heridas e incisiones quirúrgicas pasan al interior del cuerpo.

Ya he comentado en otras ocasiones cómo las bacterias acumulan resistencias frente a los antibióticos que hay en la actualidad y también las razones por las que cada vez se encuentran menos antibióticos nuevos. Hay razones prácticas, encontrar nuevos antibióticos es cada vez más difícil porque ya hemos explotado casi todos que se podían encontrar examinando muestras del suelo y de las aguas, ahora hay que buscar otras fuentes y sobre todo buscar compuestos que actúen de otra forma. Para eso es imprescindible conocer mejor y en más detalle cómo funcionan las bacterias. Pero también hay razones sociales y económicas.

Cada vez es más difícil conseguir los resultados clínicos que se precisan para que un nuevo medicamento sea autorizado para ser usado en los enfermos. Un nuevo medicamento tiene que ser mejor que los ya existentes, y probar esto en el caso de los antibióticos resulta complicado. Los antibióticos en uso se introdujeron cuando los controles no estaban tan bien definidos. Posiblemente incluso el uso de la penicilina tendría ahora pocas probabilidades de ser autorizado, en cuanto se viese que una pequeña parte de las personas pueden ser alérgicas a ella. Tampoco es fácil encontrar voluntarios para probar la eficacia de nuevos antibióticos, las infecciones por lo general tienen, al contrario que otras enfermedades como el cáncer, un desenlace muy rápido en uno u otro sentido.

A estas dificultades se une el escaso incentivo económico que el desarrollo de un nuevo antibiótico tiene para las grandes farmacéuticas. Empieza por producir unos beneficios que como mucho son la décima parte de los que generan las medicinas que han de tomarse en los tratamientos prolongados. Además un antibiótico nuevo se debe reservar para los casos en los que los usados normalmente no sean eficaces por tratarse de una infección causada por bacterias resistentes. Esto merma aún más el beneficio que producen. No es así extraño que de quince grandes farmacéuticas tan solo cinco tengan un programa de investigación para descubrir nuevos antibióticos.

Para complicar aún más el tema, tras el 11 de septiembre de 2001, los fondos públicos que dedican las agencias financiadoras de investigación en los Estados Unidos han estado canalizados en su mayor parte a estudiar los patógenos que los gobernantes han identificado como posible amenaza bioterrorista. En 2009 para investigar el carbunco y la peste se invirtieron en los Estados Unidos 94 millones de dólares, para los patógenos resistentes a los antibióticos solo 16. No parece muy razonable si se considera que a lo largo de la historia tan solo una veintena de personas han fallecido víctimas de ataques terroristas por carbunco, mientras que en el mundo mueren mas de tres mil quinientas personas cada día por tuberculosis.

El problema con los antibióticos ha sido, y en parte sigue siendo, que se han usado demasiado y de forma no muy acertada. Si bien hay avances recientes, como la espectrometría de masas y la pirosecuenciación, que permiten mayor rapidez en la identificación de patógenos sin necesidad de cultivarlos, los métodos de diagnóstico de patógenos no son aún tan rápidos ni son tan accesibles como para permitir al facultativo una prescripción inmediata ajustada al tipo de patógeno y a su resistencia a los antibióticos. Por eso muchas veces se necesita prescribir de inmediato tratamientos de amplio espectro que el médico razonablemente espera que salven al enfermo. El problema se presenta cuando el antibiótico prescrito no es eficaz y tan solo contribuye a seleccionar cepas resistentes del patógeno, lo mismo que hacen las prescripciones innecesarias que muchas veces se hacen como medida de precaución.

Como corolario, el artículo que comento acaba con una nota de moderado, y puede que infundado, optimismo: “El futuro casi es seguro que será diferente. Los antibióticos serán más caros y menos eficaces. No habrá curas rápidas ni gratuitas, y tampoco se recetarán “por si acaso”. Pero si se actúa rápidamente, y si tenemos suerte, todavía es posible que no tengamos que conocer un mundo sin ellos”.

suple-noti Foro del día 21 de diciembre de 2010 en notiweb

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21 comentarios

  1. […] Resistencias ganan, antibióticos pierden. Esta gráfica muestra cómo hay varios microbios patógenos en los que sus variantes resistentes a los antibióticos son cada vez más frecuentes. Por el contrario, cada vez se descubren menos antibióticos. MRSA (Staphylococcus aureus resistente a meticilina). … [Seguir leyendo…] blogs madri+d Master Site Feed […]

  2. Es cierto que la resistencia a los antibióticos es un problema…
    y como están comentando en «meneame» el problema de que las farmaceuticas se lo tienen que pensar varias veces antes de invertir en I+D…
    Otro problemas es que cuando ya tienes una solución lograr la comercialización es terriblemente difícil, sobre todo si eres pequeño y desconocido… la normativa es infernal y los plazos agotadores… y con el riesgo de que una de las grandes te pise…

    Sin embargo, lo que venía a decir es que por suerte en muchos casos la naturaleza lo mismo crea que destruye y tanto los virus mutan como la naturaleza provee soluciones.
    Buscarlas es un trabajo..
    Encontrarlas es dificilísimo…
    pero cuando se hace… te vuelves a topar con problemas legales, económicos… (y de posible aplastamiento…)

    Pero no veamos todo negro.
    Un saludo.

  3. ¿Alguien ha oido hablar de la plata coloidal?
    Esta sustancia se supone que solucionaria el problema que plantean aqui.

  4. Sí he oido lo de la plata coloidal y además muy bien. La aplicación no sabría calcularla y como conseguirla tampoco pero elverdadero problema de la plata es que no da beneficios a las grandes farmas por lo tanto fuera del mercado.

  5. Respuesta a Julián y a Laura: No es ORO, ni PLATA, todo lo que reluce.

    El verdadero problema de la plata es que, al igual que otros metales, es tóxica. Menos tóxica que el plomo y el mercurio, y menos cuando se trata del coloide, pero da la casualidad de que, mientras que los iones plata tienen efecto bactericida (y tóxico) y se usaron como antiséptico cuando no había nada mejor, no se ha demostrado que la plata coloidal tenga efecto microbicida. Es más, no está nada claro que su uso sea inocuo.

    Como ya advierto en la columna derecha del foro, a la hora de tratar una efermedad, es absolutamente desaconsejable dejarse llevar por lo que se pueda leer en internet. Los médicos están para algo y se han formado para eso.

    Es asimismo desaconsejable creerse a pies juntillas las teorías conspiranoicas que demonizan a las empresas farmacéuticas. En el mundo actual podemos exigir que los medicamentos, además de eficaces e inocuos, sean asequibles, pero no esperamos, lo mismo que no lo es el agua que bebemos, que sean gratuitos.

    Desarrollar un medicamento y comprobar su eficacia es un proceso largo, muy laborioso y en el que están implicados un gran número de profesionales de la ciencia, la medicina y la farmacia, que necesita muchas inversiones y en cuyo proceso de descubrimiento, desarrollo e incluso de utilización se cosechan muchos fracasos. Todo esto cuesta.

    Por si sirviese de guía, el enlace al uso medicinal de la plata en la Wikipedia en inglés es este:

    http://en.wikipedia.org/wiki/Medical_uses_of_silver

  6. A Julián,

    lo siento pero procedo a borrar tu segundo comentario ya que no sigue las reglas del foro claramente expuestas en la columna derecha. Seguiré borrando sin más aviso todo comentario que aconseje o de instrucciones para automedicarse.

    Miguel Vicente

  7. Bueno tengo una copia hecha de mis comentarios y que sepas q la publicare donde proceda para que se vea tu sectarismo.
    Este comentario y el anterior que me has borrado no incumplian las 2 normas de tu blog, asi que si tan estricto eres, devuelvelos.

    😉

  8. Hola Julián

    simplemente reproduzco lo que se puede ver en la columna de la derecha

    «Este foro desaconseja por completo la automedicación, por lo que los comentarios que tiendan a favorecer esa peligrosa práctica también serán eliminados.»

    En tus comentarios borrados das instrucciones de cómo automedicarse. En el primero que pusiste no, y por eso lo dejé. Creo que está claro. No voy a seguirte una polémica de este tipo que no conduce a nada.

    Sin acritud, un saludo, gracias por tu opinión y adiós

    Miguel

  9. No te preocupes que nuestros amados políticos nos curarán con productos homeopáticos.

    Salud!! (trago de pastillas homeopáticas)

  10. Hola Miguel:

    Felicidades por el articulo, impecable y logica exposición de un problema que siendo yo profano me has delineado con precision.

    Si es así de preocupante, ¿porque no se ha transmitido correctamente a las autoridades desde los profesionales de la medicina?

    La pregunta es porque lo unico que quizas le falte a tu articulo son las voces contrarias, si las hay.

    Un saludo y gracias por tu información,
    Pacho

  11. Hola Pacho,

    interesantes tus observaciones hechas por lo que me parece desde fuera del mundo académico.

    ¿Voces contrarias? Creo que sobre la propagación de cepas resistentes de los microbios patógenos las estadísticas son las que hablan y a nadie le cabe duda razonable de que cada vez son más los patógenos resistentes, no hace falta más que echarle una ojeada a la gráfica que he reproducido.

    Sobre que cada vez se encuentran menos nuevos antibióticos, pues igualmente los datos parecen claros.

    Sobre la gravedad de la situación, ahí si que se puede opinar. Hace unos cinco años que preguntamos a título personal en un par de hospitales. Dos tercios de los profesionales de la medicina opinaban que no eran necesarios nuevos antibióticos porque con los ya existentes, o con una combinación de dos de ellos, se resuelven el 80% de los casos.

    Pero cuando se dice esto lo que significa es que un 20% de los casos no se resuelven, en otras palabras que el enfermo se muere.

    Con respecto a «las autoridades», ell@s viven en otro mundo, creo que les hacen periódicos, emisoras de radio, cadenas de TV e incluso supermercados especiales para que acudan y en los que la realidad no coincide con lo que los demás vivimos.

    🙂

    Un saludo

  12. Hola,
    No encontré referencias bibliográficas en tu articulo y me interesa saber del gráfico que expones el significado de las siglas FRQP.

    Gracias

  13. Hola Salvador,

    lo reproduje de la edición impresa de NEWSWEEK del artículo equivalente al enlace que coloqué que se refiere a la edición «on-line»:
    http://www.newsweek.com/2010/12/07/are-we-running-out-of-antibiotics.html#

    En la edición «on-line» no reproducían la gráfica. Pregunté a un par de amig@s expert@s en el tema, porque yo tampoco pude encontrar el significado de la abreviatura, y no lo sabían. Preferí dejarlo tal cual, colocar los significados que sí encontré y no alterar la gráfica. Lo siento, a veces hasta las mejores fuentes tienen algún error. Enhorabuena por tu perspicacia. Si lo averiguas agradeceré lo comentes.

    Un saludo

    Miguel Vicente

  14. En realidad no es FRQP, debería decir FQRP: fluoroquinolone resistant Pseudomonas aeruginosa…. solo 5 años de atraso!

  15. Gracias Reisboy, añado la equivalencia FRQP (Pseudomonas aeruginosa resistente a fluoroquinolonas) al pie de la figura, intentaré corregir el rótulo en la propia figura pero me llevará más tiempo.

  16. […] cansinos, esto nos lleva a reflexionar sobre un tema recurrente en este y otros blogs similares: ¿Se nos acaban los antibióticos? Cartel de la campaña desarrollada en el Hospital La Paz para mejorar el uso de los antibióticos. […]

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