El Gobierno quiere prejubilar a los funcionarios entre los 58 y 64 años para <<rejuvenecer>> la Administración. Olvida el Gobierno dos cosas: primero, que la Administración Pública no se rige por los criterios de rentabilidad que mueven a la empresa privada, y segunda, que esto no es una cuestión de músculos: un funcionario de 25 años le ganará siempre la carrera de los 100 metros lisos a un sexagenario; pero ya es más difícil que le consiga <<vencer>> en la resolución de un expediente o en la tramitación de cualesquiera cuestiones  administrativas: la solvencia, excepciones aparte, no se logra en la Administración con el aprendizaje de los temas de un programa sino con la práctica, la experiencia y la información acumulada de años. La medida que se anuncia tiene algo de filonazi: privilegiar  la fuerza bruta en detrimento de la inteligencia. Pues qué bien (es un decir).

 

MIGUEL GARCÍA-POSADA

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Un comentario

  1. La medida lo que busca es un potente coro de bocas amamantadas por la leche estatal que hagan rebosar las urnas con sus votos: mientras se consigna la maniobra la promesa de un infinito número de plazas de oposición es rédito electoral, como el miedo de los eméritos.

    De acuerdo en todo además, pero que no se olvide el criterio de eficiencia y si se redujera el Estado a lo mínimo mejor, mejor aún si me incluyen en la lista…

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