El jurado del Príncipe de Asturias de los Deportes se ha precipitado al otorgar su galardón al jovencísimo Fernando Alonso, futuro campeón de Fórmula 1. Futuro, no presente. Todo parece indicar que a este jurado le ha ocurrido lo que le ocurrió hace algunos años al jurado encargado de fallar el premio de las Letras. Todo Oviedo aguardaba que el premiado fuese un poeta, buen poeta, de la ciudad. Por eso, antes de empezar las deliberaciones, el secretario pidió el voto por aclamación para el ovetense vate: <<Toda la ciudad lo está esperando, y los campanarios están preparados- Oviedo no entendería otra cosa>>, añadió el secretario. Dicho y hecho. Por aclamación el ovetense liróforo fue premiado, mientras sonaban todas las campanas de la ciudad.

 

MIGUEL GARCÍA-POSADA

 

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2 comentarios

  1. ¿Y por que no se puede premiar el esfuerzo que ha hecho este muchacho desde que era un niño hasta hoy, esto no tiene merito? Creo que la filosofía de este premio no debe ser reconocer toda una carrera. Además el detalle que ha tenido donando íntegramente el premio a un famosa ONG creo que lo dignifica aun más.

    Rubén

  2. Lo que no entiende uno es que se premie el deporte mientras comporta lo que comporta en tráfico de publicidades y rentabilidades fatuas: antes buscaría yo el verdadero esfuerzo en prácticas menos remuneradas y rentables, aunque nadie vea la gala por la tele (incluida la "alegría" de los príncipes)

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