DOCTOR HONORIS CAUSA
Una conocida agente literaria ha sido investida «doctor honoris causa» por la Universidad Central de Barcelona. Nos sorprende la investidura. La tal agente, además de ganar muchísimo dinero y defender los derechos de sus escritores, ha hecho más bien poco por la literatura genuina: ha promocionado escritores comerciales, ha pervertido el mecanismo de concesión de los premios, ha hecho, en fin, de la literatura mercancía y solo mercancía. La tal agente es una mujer de negocios, lo que nos parece muy estimable, pero no concurría en ella mérito alguno que permitiera su investidura con el máximo título universitario. La Universidad de Barcelona, al acometer esta patraña, demuestra que ya no es sino una apariencia de sí misma, vago simulacro, ente irreal. Si no, no se entiende nada.
MIGUEL GARCÍA-POSADA
Llama la atención la sorpresa del escritor del post o, su candidez. Se olvida de Mario Conde y de tantos otros. Ignora los puestos políticos que ocupan o que aspiran a ocupar rectores. Las universidades en España forman parte del poder real y su interés es intercambiar plazas y honores para seguir siendo y creciendo en su poder. La excelencia es una variable marginal en los objetivos perseguidos por sus gobernantes. Pese a los buenísimos universitarios que atesora nuestro país, la realidad es que detrás, o delante, de muchos de los rectores lo hay es una ambición política y no un gestor de una institución científica y formativa.
Estimo que el escrtitor no se sorprende y que en su post no hay candidez sino ironía: hora es ya de que un crítico reputado centre la luz en la industria y que no nos mareen con los florilegios de Marsé.
La Universidad es un centro de poder, peor debiera parecer honrada, como la mujer de César, claro que después de lo Carrillo todo el monte es orégano.
Por Causa de Honor ¿de los honorarios no sería mejor decir en el caso de esta señora?
Las universidades en España forman parte del poder real y su interés es intercambiar plazas y honores para seguir siendo y creciendo en su poder
Desconocía que una agente "literaria" haya sido investida. Quiero recordar lo que dijo Juan Marsé siendo jurado de no recuerdo qué premio, cuando se lo concedieron a María de la Pau Janer, autora balear ni de su gusto ni el mío; quiso distinguir, creo que con buen juicio, entre literatura y eventos sociales asociados a la literatura; por algo tan obvio le dijeron de todo menos guapo.
En conjunto estas prácticas denotan indiscutiblemente la banalización de la sociedad de la que la Universidad no deja de ser una parte, además cautiva de gentes que la puedan financiar. Anteayer, la misma Universidad de Barcelona concedió otro "honoris causa" a Ferrán Adriá en la disciplina de …Química (!) No sé si este "creador", como ahora gusta llamar a los que se dedican al honrado menester de cocinero, es merecedor de las máximas distinciones entre sus colegas pero sí creo que es un disparate tratarlo como si fuera un químico distinguido. Pero como muy bien dice el amigo Lago Parime la cosa viene de lejos cuando Conde lo fue, delante nada menos que de los Reyes y del "todo Madrid", hace ya bastantes años.
Y no es cosa de España nada más. En la última feria del libro de Frankfurt, en la que la cultura catalana fue la invitada, uno de los personajes que más expectación levantó fue el insigne literato Joan Laporta, a quien no hay que presentar, que propuso sin pestañear la creación de "la republica del Barsa" (sic), o algo de esa profunda significación literaria. Aquí en Cataluña, que cada vez es un sitio más curioso, la cosa pareció de lo más natural y no extrañó a nadie.
Creo que la sociedad de este principio de siglo corre el riesgo de ser recordada como una de las más ridículas y olvidables de la historia.
Seguid con salud.
ARC