Goytisolo

Si hay un manipulador en la vida cultural española, ese es Juan Goytisolo. En enero de 2001 publicó un miserable artículo titulado “Ir a menos”, en el que criticaba “la putrefacción de la vida literaria española” y “el triunfo del amiguismo pringoso y tribal”. Ese artículo, provocado por la ira que suscitó en él la concesión del Cervantes a Francisco Umbral, incomparablente mejor escritor que él, le sirvió para quitarse de en medio a un crítico que no gustaba de sus libros y lo decía, y hacerse con los servicios de otro adocenado, que lo llama “contraejemplo» verdaderamente «ejemplar» y creyendo que todos son de su condición, seguir arremetiendo contra todo el que no comulgue con sus heterodoxias, que le dan para tener la puerta franca en los palacios del rey de Marruecos y decir, como quien no quiere la cosa, que «en Marruecos hay desigualdades y corrupción sí, pero es muy difícil hablarles de corrupción con la que está cayendo en España”. ¡¡¡ Olé tu alma!!! De modo que una monarquía parlamentaria con sus tribunales de justicia autónomos y su parlamento independiente de la voluntad del Rey es comparable con una siniestra y sangrienta monarquía medieval y teocéntrica, donde la mejor empresa del país son los negocios de la Casa Real, que lo controla todo, absolutamente todo. Juan Goytisolo es un cara dura, sí, ejemplar, que se coló en los años cincuenta en la Casa Gallimard con estrategias dudosas, que sin pisar una cárcel ni una comisaría se ha vendido en Europa como el gran escritor antifranquista, que ha revisado en sus infumables novelones la historia de España insultando a cualquier español bien nacido, un apologeta de la traición (eso es su conde don Julián) y sobre todo, un pésimo escritor, del que decía hace años un admirable poeta –este sí– del 27 : «Este chico, si supiera escribir…» MIGUEL GARCÍA-POSADA

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3 comentarios

  1. Que me complace comprobar que hay quien es capaz de decir estas verdades sobre Goytisolo. Cuando entonces leí algunas obras suyas: era cuasi obligado durante la noche franquista. Cuando llegué a Don Julián ya empecé a percatarme de que aquello era difícil de tragar. Con Macbara ya quedó todo claro. Algo mejor su hermano Luis, del que hoy nadie habla. Juan, que escribe en el periódico de los juanes, sería hoy un completo desconocido si no jugara a las heterodoxias, tan jaleadas por quienes tuvimos la desgracia de vivir el franquismo. Pero no me cabe la menor duda de que tipos como Juan Gpytisolo o como Carlos Fuentes, por poner solo dos ejemplos, caerán en el olvido más negro a no tardar. Y con ello se les hará la justicia que se merecen por haber vivido cierta gloria totalmente inmerecida durante demasiados años.

  2. Probablemente Goytisolo y Fuentes no pasen a la historia de la literatura, pero los que seguro no pasarán serán Umbral, su padrino y éste García Posada

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