El buen comunista lo es siempre. Comunista de Cunhal, el estalinista sumo de Portugal, el autor de «El año de la muerte de Ricardo Reis» defiende que las fotos obscenas de la Junta de Extremadura son una contribución legítima a la libertad de expresión. Esa en nombre de la cual fue vejado hasta la muerte Ossip Mandelstam, sufrió persecución y muerte oscura Isaak Babel, fue traicionado y condenado al ostracismo Boris Pasternak, padeció humillaciones sin cuento Anna Ajmatova, y en nombre de la cual se fusiló a la familia imperial, incluidos el zarevicht niño y sus hermanillas; se masacró a cientos de miles de campesinos; se tiró por la ventana a Pepe Díaz, que como buen sevillano no creía en Stalin; se invadió Polonia, en connivencia con Hitler; se aplastó a Hungría y se ejecutó a Imre Nagui, el capitán de la revuelta; se ocupó Checoslovaquia y antes, pero más cerca, se torturó hasta morir a Andreu Nin en Alcalá de Henares y se persiguió a sus camaradas del POUM, incluyendo al inocente traductor al castellano de John Dos Passos, etcétera, etcétera.

sí, pues, hay que creer en el evangelio comunista, pero no en el de Jesús, hay que hacer mofa de los sentimientos esos que son supersticiosos, hay que castigar a la religión y premiar a los perseguidores. La religión sigue siendo para José Saramago, el opio del pueblo, bastante más por lo visto que la desigualdad estatuida del régimen soviético y su «nomenklaura», bastante más que el culto al “padrecito de los pueblos” que no dormía pensando en traer la felicidad a todos los del mundo, aunque sólo les dio sangre y sufrimiento. Trasnochado, sí, este Saramago, que acude a México a aplaudir el consentido “show” del comandante Marcos pero elude la vida en Portugal porque no puede soportar a la derecha de allí… Se está mucho mejor en la España de comienzos de siglos, donde a uno lo vitorean como «progre» oficial.

MIGUEL GARCÍA-POSADA

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5 comentarios

  1. Lo que no entiendo es que se metan tanto, y les quieran tapar la boca, con las personas religiosas cuando muchísimas que no lo son, incluso se declaran ateas, se sienten insultadas por la falta de respeto hacia símbolos universales.

    Lo quieran o no, la tradición y la cultura de Europa arranca desde esas raíces. Tal vez, para ser consecuentes, se dispongan un día a demoler la catedral de Santiago, la de Paris, el Vatigano, el Panteón de Agripa; a borrar la pintura de Miguel Ángel y de todo aquel que haya osado respetar esos símbolos.

    Tal vez Saramago viene de otro planeta. Su rostro me resultaba conocido, se parecía a alguien… Y no trato de decir que sea feo ni guapo pero, usando mi derecho a la libertad de expresión, les diré a quién se parece: a ET.

  2. Lo que no entiendo es que se metan tanto, y les quieran tapar la boca, con las personas religiosas cuando muchísimas que no lo son, incluso se declaran ateas, se sienten insultadas por la falta de respeto hacia símbolos universales.

    Lo quieran o no, la tradición y la cultura de Europa arranca desde esas raíces. Tal vez, para ser consecuentes, se dispongan un día a demoler la catedral de Santiago, la de Paris, el Vaticano, el Panteón de Agripa; a borrar la pintura de Miguel Ángel, a cargarse la Piedad y a convertir en una nube a todo aquel que haya osado respetar esos símbolos.

    Cuando digo nube no me refiero a quemarlos sino, como se va haciendo ya, "a no verlos".

    Tal vez Saramago viene de otro planeta. Su rostro me resultaba conocido, se parecía a alguien… Y no trato de decir que sea feo ni guapo pero, usando mi derecho a la libertad de expresión, les diré a quién se parece: a ET.

  3. A mi la blasfemia me parece una cuestión de grosería o mal gusto. Personalmente antes de cercenar la libertad de expresión, estoy a favor de que se publique lo que sea, aunque otra cuestión es que se haga con fondos públicos. Sin embargo, desde la crisis de las viñetas sobre Mahoma, existe una prueba irrefutable para saber si se defiende de verdad la libertad de expresión o no: basta con pedirle a gente como Saramago que haga lo mismo con el Islam, ya que seguro que motivos no le iban a faltar (como supo fatalmente Theo Van Gog).

    Si alguien hace la menor crítica al Islam no hay lugar en el mundo lo suficiente bueno para esconderse (pregúntenselo a Shalman Rusdie).

    La pregunta es: ¿creen ustedes que Saramago se atrevería a criticar al Islam? Sinceramente, creo que no

  4. Pero no olvidemos que Jesús es un profeta del Corán, y la madre de Jesús, Miriam, y la ofensa a los profetas del Islam…

    No queremos dar idea, no sea que Saramago tenga que pedirle consejo a Salman Rushdie

  5. Saramago es el opio del pueblo. La semana santa sevillana, una caseta de feria al aire libre. La poesía de la experiencia, una dictadura de los descamisados del talento literario. El fotógrafo ese, un gañán de pueblo. El Tontelia, una hoja dominical de la progresía. Los críticos del Abc, unos hombres de la caverna (platónica) que aspiran a regresar al mundo de la ideas, es decir, al Tontelia. Y así todo.

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