Llevada seguramente de la pasión del momento, la novelista Almudena Grandes ha señalado que es preciso «fusilar» a varias voces de la derecha. Ferviente defensora de los derechos humanos, sólo cabe entender estas declaraciones de la exitosa autora como imagen hiperbólica de la crispación que suscitan ciertos modos y actitudes. Lo que pasa es que declaraciones como éstas no son el mejor camino para bajar la temperatura, que es lo que hace falta aquí y ahora. Existe entre nosotros, por ventura, la posibilidad de la alternancia en el poder; en Cuba no la hay. Procuremos mantenerla  por todos los medios –es el Estado de Derecho el que se mantiene así– y llevarla a cabo. A veces, ante el ruido que nos aturde, parece que estamos en otro ámbito político. Ni guerracivilismos, ni revanchismos, ni bloqueos, ni letales conminaciones: urnas, urnas y solamente urnas. Que ellas hablen mientras todos los demás –todos, ¿eh!?- estamos calladitos y trabajando cada uno en lo suyo. El médico en el hospital, el escritor en su despacho, el funcionario en su función, el vigilante en la vigilancia, el piloto pilotando… Algo así escribió el gran Juan Ramón Jiménez.

 

MIGUEL GARCÍA-POSADA

 

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5 comentarios

  1. Estoy de acuerdo con tu comentario. Lo que se necesita es bajar la temperatura y fusilamientos reales, metafóricos, virtuales, imaginarios, oníricos o de cualquier tipo no ayudan.

    Saludos

  2. De acuerdo en todo menos en lo de estarse calladitos. La democracia no empieza y termina en la urna, ¡apañados estaríamos!. Nuestra voz debe escucharse cada vez que las circunstancias lo requieran. Elegir democráticamente a un gobierno no supone extenderle un cheque en blanco para que durante cuatro años gobierne exclusivamente a su antojo. La opinión pública cuenta, y mucho, en un estado verdaderamente democrático… Diga lo que diga Juan Ramón Jiménez.

  3. A medida que la izquierda se vaciaba de ideología se llenaba de radicalismo verbal para compensar. Lo malo es que de las palabras se ha pasado a los hechos, sean sandeces fusileras, editoriales sectarias o patadas en los genitales y esto está tomando un cariz muy preocupante.

  4. "Nosotros creemos en la libertad. Como Dios. Yo no soy bárbaro. Yo soy el líder democráticamente elegido de una democracia amante de la libertad. Nosotros somos una sociedad compasiva. Nosotros damos una electrocución compasiva y una compasiva inyección letal. Nosotros somos una gran nación. Yo no soy un dictador. Lo es él. Yo no soy un bárbaro. Lo es él. Y él. Todos ellos lo son. Yo tengo autoridad moral. ¿Ves mi puño? Esa es mi autoridad moral. Y no la olvides".

    Estas palabras son parte del discurso de Harold Pinter y se refieren a Bush. Sospecho que en su espíritu pueden aplicarse a la escritora de la que hablamos ya que firma documentos que promueven rebajar la tención política (porque los otros son los "malos") y, al mismo tiempo habla de fusilarlos.

    Sí, es preciso el diálogo limpio, el no atemorizar a los ciudadanos con anuncios apocalípticos, pero eso no se consigue fusilando a nadie.

    Esas palabras me han producido dolor y vergüenza porque salen de una voz que pretende ser demócrata.

  5. el fusilar es un combo de gente armada par que cuando hagan algo enseguida vienen ellos y se las cobran osea

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