La crítica es el derecho a discrepar, no el derecho a insultar. Este bloguero se ve obligado a recordárselo a quienes aún no lo han entendido y aprovecha cualquier oportunidad para la descalificación. Así uno publicó hace meses un libro y un señor de Albacete arremetió contra el libro y su autor en la Red poniéndolo como no digan dueñas. Ahora acaba de publicar otro, esta vez de versos (“Días precarios”) y se permite recordarle al señor de Albacete que criticar no es insultar en ningún sentido. El derecho a disentir no puede albergar bajo su limpia apariencia el veneno de la befa y aun de la calumnia. Grandeza de la Red: todo el mundo puede opinar; miseria de la Red: también los descerebrados pueden hacerlo.
MIGUEL GARCÍA-POSADA
holacomoestas eso quenoa parese lapalabra xesualidad