Benditos los ignotos. Juan Antonio González Iglesias

Enlace a Benditos los ignotos  de Juan Antonio González Iglesias en poesía y ciencia

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El poema Benditos los ignotos, del poeta salmantino Juan Antonio González Iglesias apareció en en  Babelia, El País (29-01-11), en un número especial dedicado a internet. Yo lo descubrí tres años más tarde, a mediados de este 2014, incluido en el texto de la charla Poetas en la corte de la reina Ciencia, pronunciada por el profesor Tomás Yerro en el Donostia International Physics Center el 6 de marzo de este año, en el marco del programa Mestizajes que se encuentra disponible en internet. El poema es presentado de la forma siguiente:

“…como terapia contra el exhibicionismo a veces obsceno de las redes sociales virtuales, Juan Antonio González Iglesias (1964), poeta y profesor de Filología Latina en la Universidad de Salamanca, sugiere poner a buen recaudo las galerías de la intimidad personal en Benditos los ignotos, actualización muy sui generis del tópico literario del beatus ille con ecos de las bienaventuranzas evangélicas.»

Debo reconocer que el poema me deslumbró al instante y que lo di a conocer entusiasmado a la gente de mi círculo, comprobando cómo todo el mundo quedaba subyugado por el poema.

2.

Juan Antonio González Iglesias nos lleva a un Beatus Ille propio de este siglo XXI. En él se vislumbra la felicidad y el sosiego de aquellos que, (¿queda alguien?), aún no han entrado en la rueda de nuestra sociedad actual, con la sobreabundancia de información de todo tipo y categorías que se mueve por internet y sus redes sociales a través de cada vez más y más artilugios y programas. Sobreabundancia que no hace más que crecer a un ritmo tan desaforado que, incluso, está llegando a asustar a sus partidarios más fervientes.

Todo esa ingente y apetecible masa de información a cambio, (es una forma de vender el alma), de perder intimidad, de exponernos a un indiscriminado escrutinio de un vulgo con el que no comulgamos. Hace poco más de un año, Luis Fernández-Galiano, escribía en Los límites de la transparencia, un inteligente análisis sobre la necesidad de reconciliar el derecho de acceso a la información pública con la protección de datos personales, en el que afirmaba:

“Seguramente tendríamos que aceptar con resignación que la reserva o el pudor del ciudadano privado pertenece al pasado, y que la técnica nos ha hecho a todos tan cristalinos y frágiles como el licenciado Vidriera; y asumir igualmente con realismo escéptico una cierta opacidad del poder, tolerable si es capaz de suministrar prosperidad y libertad de forma ecuánime”.

De ahí la radicalidad del poema, en el que no se trata de alejarnos en ocasiones, temporalmente de lo que hay. Porque eso es lo que hacemos ahora habitualmente cuando se acercan las vacaciones o tiempos de ocio; el tradicional “Descansa estos días”, se sustituye por el uso del verbo desconectar como sinónimo de lograr la tranquilidad, paz y reposo en los días de ocio. “Sí, a ver si desconecto”, decimos.

En el poema, de clara expresión y resonancia clásica, repleto de perfectos y memorables heptasílabos, no se cifra la felicidad o el sosiego en desconectar, sino en no haber caído en la tentación (o en la obligación) de conectarse. De ahí la precisión del calificativo ignotos, esto es: los no conocidos ni descubiertos, los ignorados por la sociedad de la información y sus tentaciones.

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Por otro lado, bendito poema para acercarnos a Juan Antonio González Iglesias, poeta moderno, de voz clásica y clara, original y con voz propia, (vale decir, estilo único). Luis Antonio de Villena, en su crítica al libro Eros es más, ganador del XIX Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe de 2007, lo consideraba (sic) “uno de los (sic) uno de los tres mejores poetas nuevos de España”, calificando sus poesía como: «Fina, templada, sobria, castellana, latina, suya: del inicio del siglo XXI.» (Ver Nota).

Un poeta, además, con una enorme sensibilidad en lo que se refiere a las relaciones entre poesía y ciencia, ya que – consumado latinista – conoce bien la poética de Virgilio, Horacio, Lucrecio, Marco Manilio…etc., en los estilos y tiempos en que poesía y ciencia eran términos indistintos.

Vale la pena, a este respecto, leer su ensayo Anhelo de unidad (Ciencia y poesía en la Antigüedad grecolatina) del número 253 de la revista Litoral, número monográfico de título: Ciencia y Poesía. Vasos comunicantes; o su crítica Ciencia poética, aparecida en el diario El País, a la edición bilingüe de De rerum natura de Lucrecio, en El Acantilado.

Absolutamente moderno, consciente de que la gran poesía clásica nos habla en el futuro, González Iglesias nos recuerda que Virgilio llamó afortunados a los que conocen las causas de las cosas.

Procuremos no olvidarlo y tenerlo presente.

Nota:

Juan Antonio González Iglesias fue el poeta invitado, en febrero de 2008, a la sección Poética y poesía de la Fundación Juan March, en cuya página web se puede obtener la poética que escribió para la ocasión, asi como una selección de sus poemas.

 

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