Aritmética amarilla. Gabino-Alejandro Carriedo.

Enlace a Aritmética amarilla de Gabino-Alejandro Carriedo en poesía y ciencia.

En esta tardía primavera de 2018 con tantos líos desparramados por el mundo; primavera revuelta en la que, por ejemplo, ha aparecido la figura de los diputados parlamentarios on line o a distancia. Líos que, junto con otros variados asuntos que están moviendo a mucha perplejidad, nos están obligando a vivir un tiempo de mucha tribulación sin que acabe de llegar la primavera.

Y, siguiendo la consigna «ignaciana», no haremos mudanza en tiempos de tribulación y volveremos los ojos a nuestros poetas de guardia. Y entre ellos, quién mejor que Gabino-Alejandro Carriedo; que en tantas ocasiones nos ha acompañado en poesía y ciencia.

Una de las categorías clásicas de la poesía de contenido científico es el uso metafórico, simbólico o de imágenes de los números dentro de los poemas. A esa categoría pertenece Aritmética amarilla del poeta palentino, uno de los poetas más valiosos, insólitos y secretos de la segunda mitad del siglo veinte, según opinión de Antonio Martínez Sarrión. Aunque deberíamos apostillar que  Carriedo no es secreto en poesía y ciencia, sino que es un clásico ya que está representado, hasta la fecha, por doce poemas. Ver Nota 1.

Carriedo entre Federico Muelas (izda) y Ángel Crespo (dcha)

Y a juego con esta primavera loca, Aritmética amarilla no le va a la zaga. Alguno de nuestros ilustres matemáticos debería examinar con detalle esta aritmética en que «lo matemático» es que 10+4 sean 24. O que 10+2 sean 22 «que es lo que dice Dios». En esta matemática amarilla 10+1 son 21 y el número primero es el 10+0, que no es «tan primero», porque va después del 9 que es número par. Y así todo.

Por último está el extraño caso de 9 menos 4. Es para todos 5, el número del teatro. Pero para Carriedo es 3 «que es lo que dice el ciempiés»; pero también:

es 2,
que es lo que dice Dios;
es 1,
que es lo que dice ninguno

Así que me digan a mí donde están las bellas propiedades conmutativas o distributivas de estas extrañas sumas de la Aritmética amarilla, o la armonía de lo incierto de las operaciones cuyo resultado depende de quien lo diga: ¿el ciempiés, Dios, ninguno…? ¿Hay más que opinen?

Una salida ante la absurda belleza de este poema, sería pensar en que es una nueva forma de decir lo de:

Nada es verdad ni mentira
todo es segun el color
del cristal con que se mira.

De Campoamor o, también, que estuviéramos ante aquella aseveración de Alicia en el país de las maravillas, en que el significado de las palabras depende de quién manda.

En todo caso queda siempre el desparpajo, la soltura y la gracia de Gabino-Alejandro Carriedo que nunca dejó de ser postista.

Nota 1.

Los poemas de Gabino-Alejandro Carriedo incluidos en poesía y ciencia son doce, que pueden visualizar en este enlace. Tres de ellos: Lamelibranquios, Calculo decreciente para Eduardo Torroja y La arquitectura de Corrales, además, fueron comentados en La alegría de las musas.

Compartir:

Deja un comentario