Tempus ex machina. Andrés Neuman.

Enlace a  Tempus ex machina de Andrés Neuman en poesía y ciencia

Creo que en poesía y ciencia, a lo largo de sus casi 18 años de andadura, no se ha se ha incluido ningún poema específicamente dedicado a los relojes. Si es así, de remediarlo es tiempo, teniendo a mano este gran poema: Tempus ex machina del que presentamos unos fragmentos que recogen tres momentos en la historia de los relojes: sus inicios con la clepsidra a lo que sigue el reloj de péndulo – te amamos Galileo – y la actualidad con los relojes de cuarzo o la utilización de la vibración de un isótopo del Cesio en la definición del segundo, (que es la unidad en que se mide el tiempo). El poema es de voz y lenguaje muy actuales y sumamente elegante. Como toda la poesía de su autor; el narrador, columnista y poeta, con ciudadanía argentina y española Andrés NeumanHijo de músicos argentinos exiliados, en España; a los catorce años se trasladó con sus padres y hermano a Granada, dónde reside en la actualidad.  (Ver Nota 1).

El tiempo y su unidad de medida.

El tiempo tiene una definición sutil, casi filosófica. “Es una es una magnitud física creada” – nos dice Wikipedia – “para medir el intervalo en el que suceden una serie ordenada de acontecimientos”. Además de su función principal de medir los intervalos en los que suceden determinados acontecimientos deberían destacarse dos cuestiones. La primera es que el tiempo es una creación del hombre; diríamos que es más creación del hombre que otras magnitudes que parecería tener una existencia más objetiva.

La segunda cuestión es que es una magnitud física; esto es: una cantidad medible de un sistema físico, es decir, a la que se le pueden asignar distintos valores como resultado de una medición o una relación de medidas. Las magnitudes físicas se miden usando un patrón que tenga bien definida esa magnitud, y tomando como unidad la cantidad de esa propiedad que posea el objeto patrón.

 Unidades de medida principales
del Sistema Internacional de Unidades

El segundo es la unidad de tiempo en el Sistema Internacional de Unidades, el Sistema Cegesimal de Unidades y el Sistema Técnico de Unidades. Un minuto equivale a 60 segundos y una hora equivale a 3600 segundos. Hasta 1967 se definía como la 86 400ava parte de la duración que tuvo el día solar medio entre los años 1750 y 1890 y, a partir de esa fecha, su medición se hace tomando como base el tiempo atómico.

Según la definición actual del Sistema Internacional de Unidades, un segundo es igual a 9 192 631 770 períodos de radiación correspondiente a la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del isótopo 133 del átomo de cesio (133Cs), medidos a 0 K. Esto tiene por consecuencia que se produzcan desfases entre el segundo como unidad de tiempo astronómico y el segundo medido a partir del tiempo atómico, más estable que la rotación de la Tierra, lo que obliga a ajustes destinados a mantener concordancia entre el tiempo atómico y el tiempo solar medio.

Tempus ex machina

El poema  de Andrés Neuman plantea , en sus dos primeros versos,  cómo se ha medido el tiempo desde muy antiguo; siendo, por tanto, los relojes algo intrínseco a la civilización humana desde sus inicios.

«En el compás del mundo siempre ha habido
un reloj conmoviéndose.»

Recorre el poema las diferentes máquinas, relojes, con los que históricamente se ha medido el tiempo; el cómo han sido los relojes.

La clepsidra o reloj de agua, el primero, en que

“, el hallazgo fundador
donde un cuerpo paciente pierde líquido
resume el espectáculo
del ciclo de la vida
misterioso, evidente como es:
quiere partir el tiempo gota a gota.”

Tras el reloj de sol se glosa el péndulo, con el que la mecánica inicia su reinado en el mundo de los relojes y que aún continúa en la actualidad. El poeta señala al péndulo como cebo “para pescar el tiempo mientras flota” y remarca la igualdad de los movimientos del péndulo

“El vaivén vive atento a su tarea,
disminuye su arco, disminuye
pero no lo que tarda en trasladarse
de un extremo hasta el otro del camino.”

El recuerdo al gran científico italiano finaliza la estrofa: “Te amamos, Galileo.”

La última estrofa repasa los relojes actuales

“Los ingenios actuales (¿actual que pase el tiempo?)
desearían fundirse con su objeto inasible,
aspiran a la indivisibilidad.”

Mencionándose los relojes de cuarzo y el Cesio, fuente de la máxima precisión que se conoce en la medida del tiempo. Andrés Neuman es hijo de su tiempo y finaliza el magnífico poema con una expresión de simpatía a los relojes más actuales cuyas tecnologías se han desarrollado en los últimos setenta años.

“Así son los relojes de mi tiempo.
Con pilas que alimentan como un grano de arroz.
Y con el mismo amor, el mismo pulso,
eternos como nunca lo seremos.”


Como se indica en el primer párrafo de esta entrada, lo incluido en esta entrega de poesía y ciencia son unos fragmentos del poema completo. Han quedado fuera de la selección realizada las estrofas correspondientes a: los relojes de sol y los de muelle espiral, entre otros. Pueden leer el poema completo, en este enlace, tal y como apareció en el número 11 de 2008 de la revista Pasaje a la ciencia realizada en el I. E. S. Antonio de Mendoza de Alcalá la Real. (Ver Nota 2).

El poeta Andrés Neuman y la ciencia.

Creemos que no hay mejor final para este post, que la transcripción de las palabras escritas por Andrés Neuman para presentar sus poemas de temática científica, en el número 11 de la revista Pasaje a la ciencia; palabras que  muestran de modo magistral la perfecta y necesaria complementariedad entre la poesía y la ciencia.

«(sic) En mi sentir, la ciencia y la literatura jamás se han opuesto. Sino que, al contrario, resultan admirablemente paralelas en su objetivo (el conocimiento del mundo) y complementarias en sus métodos (la emoción de la regla en el pensamiento científico, las reglas de las emociones en el pensamiento literario). Cualquiera que haya hojeado un manual de física contemporánea, por ejemplo, no habrá dejado de admirarse por el espesor de metáforas, imágenes y neologismos que contienen sus textos. Igual que hace la poesía, la ciencia y sus diferentes ramas se valen del asombro para obtener un sentido y poner algún orden en el caos cotidiano. La ley de la gravedad, por si sola, encierra la evidencia simple y misteriosa que vive persiguiendo la poesía con su mirada: una roja manzana cae, alguien acierta a describir su vuelo instantáneo y así recomienza la historia de la eterna curiosidad humana, la emoción de ver y sentir que no entendemos del todo qué vemos.»

 

Notas y enlaces

1 La página web del escritor es www.andresneuman.com. En ella pueden encontrar su biografía y entrevistas; así como libros y artículos  y críticas y enlaces referidos a su obra.

2 La revista Pasaje a la ciencia realizada en el I. E. S. Antonio de Mendoza de Alcalá la Real es una excelente y extraordinaria iniciativa que se realizó en el citado instituto entre los años 1997 y 2013. Primeramente fue suplemento de la revista del I.E.S. y luego como revista independiente. Fue en sus primeros años editada en papel y desde 2005 su edición fue electrónica. El enlace siguiente lleva a la página de inicio de Pasaje a la Ciencia, dónde podrán comprobar el amplio espectro de las colaboraciones y apreciar la calidad de la misma: una obra ejemplar, muestra de la excelencia que puede llegarse a alcanzar en divulgación científica.

 

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