¿Es real el cambio de perspectiva en la empresa privada respecto a las humanidades?

El pasado día 2 encontrábamos la siguiente noticia acerca del papel de los perfiles de humanidades en las empresas.  La noticia recoge el plus profesional que supone en estos perfiles la perspectiva crítica. Os ofrecemos un resumen de la misma:

 

“Hoy no sólo hay que saber cosas sino saber cómo hacer las cosas y en esa tarea los licenciados en Humanidades (124.000 alumnos), siempre a la cola en índice de ocupación laboral o de reconocimiento social, tienen mucho que decir en pleno proceso de Bolonia. […]

Decía el pensador Ortega y Gasset que una de las misiones universitarias era «crear y difundir cultura» y, sin dejar de hacerlo los gerentes de las facultades de Humanidades buscan una aplicación a sus estudios. «No se trata de aprender sólo los contenidos del título, sino competencias. Es decir, identificar un problema, buscar las fuentes de información, resolverlo, explicarlo por escrito y ser capaz de defenderlo oralmente», subraya Juan Manuel Cortés, vicerrector de Docencia y Convergencia Europea y profesor de Historia Antigua de la Universidad Pablo de Olavide. […]

[…] «El ministerio nos dice que seamos imaginativos en los posgrados, pero también tiene que apoyarnos en sus convocatorias. Por ejemplo, que para determinados puestos de recursos humanos haya que tener doble grado: Económicas y Humanidades, que te dan un pensamiento crítico», propone Cinta Canterla, presidenta de la Sociedad Académica de Filosofía.

«Resulta más rentable un gestor cultural con una preparación humanista amplia y que aprenda en cuatro meses el mecanismo, que alguien formado sólo para eso. En Reino Unido con el título universitario ya se presuponen las capacidades», asegura Sanfélix. Hay, sin embargo, quien apuesta por grados que integran historia, arte, macroeconomía, contabilidad y organización. […]

La primera experiencia laboral de los egresados en letras suele ser traumática. El Observatorio Ocupacional de la Universidad de A Coruña publicó un informe demoledor en 2008. Los novatos encuestados reconocían sus carencias en informática e idiomas, y, sobre todo, su desconocimiento sobre cuál debería ser su papel en una compañía privada y cómo trabajar en equipo. Y los contratadores destacaban también su falta de «cultura empresarial».

Esta limitación es común a todos los grados. Curiosamente el Consejo Social de la Universidad del País Vasco (UPV) ha puesto en marcha un plan que pretende crear nuevas empresas. Éstas no van a ser ideadas por los estudiantes de Economía o ingenierías sino por los de Humanidades.

La Pablo Olavide (UPO) de Sevilla ofrece tres itinerarios curriculares: archivos y bibliotecas, patrimonio histórico y natural y enseñanza de español. Y los resultados llaman al optimismo: el 70% encuentra un trabajo en el ámbito de su carrera. «No hemos mercantilizado las Humanidades. Rotundamente no. Se trata de saber qué puede tener una aplicación práctica», continúa Cortés.

El 77% de los licenciados en Humanidades ha estado en paro tras graduarse, frente al 40% de los técnicos, según la última encuesta de la Aneca (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación). La entidad estima que tardan 5,7 años en graduarse, 11,2 meses en encontrar trabajo -cinco más que los de las técnicas-, y que el 62% completa estudios tras la titulación. Un 15% tiene contrato indefinido en su primer trabajo, con un sueldo medio de 694 euros, y el 64% se siente satisfecho con su empleo. […]”

ELISA SILIÓ, “Aristóteles es director estratégico. Las empresas valoran la inteligencia crítica de los licenciados en Humanidades”, El País, Madrid, 2 de marzo de 2009. Puede consultarse en: http://empleo.elpais.com

 

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