El CSIC no puede convocar las becas JAE este año

Un artículo de Nuño Domínguez publicado a principios de esta semana en el diario digital de periodismo científico esmateria.com recogía un anuncio que ya nos temíamos: el CSIC no convoca este año las becas JAE para jóvenes investigadores. No habrá incorporaciones de técnicos, estudiantes de doctorado y doctores. Esto casi equivale a decir que NINGÚN CIENTÍFICO INICIARÁ SU CARRERA INVESTIGADORA ESTE AÑO en el organismo más importante de todo el país por producción científica y excelencia.

El motivo es sencillo: «las JAE gravan los presupuestos durante tres ejercicios» y desde 2009 el Consejo Superior de Investigadores Científicas va acumulando recortes tras recortes. Cuando comenzaron se adujo que el CSIC no tendría problemas, porque contaba con importantes reservas. El problema es que esas reservas se terminan y antes de recortar en la energía que alimenta a los equipamientos o en los profesores e investigadores principales, se dejan de conceder las becas para los más jóvenes, para aquellos que ni siquiera están y no pueden siquiera levantar la voz para que se escuche su enfado.

El Presidente del CSIC, Emilio Lora Tamayo, sí que manifestó su enfado a Carmen Vela (que no pincha ni corta, pero no creemos que estuviera De Guindos en el acto que reseña Domínguez) y afirmó que el centro ha perdido 1.000 trabajadores.

1.000 trabajadores es una cifra espeluznante. 1.000 investigadores y técnicos que, no nos cabe duda, tienen un currículum intachable y la mala suerte de no haber conseguido consolidar su posición en el CSIC con una plaza de funcionario.

En este asunto replica el CSIC lo que ocurre en toda la sociedad española: hay una brecha entre los trabajadores indefinidos, consolidados, y la masa de desempleados de larga duración y los jóvenes precarios, aquellos que saltan de unas prácticas de estudiante sin remunerar a un currillo en negro a otras prácticas remuneradas a un contrato basura con una ett para acabar de nuevo en el paro con 30 años y sin derecho a la prestación por desempleo.

Por desgracia, la brecha está disminuyendo gracias al abaratamiento de los ERES y a la anula apuesta por la economía productiva; pero eso no significa que haya oportunidades más equitativas para los jóvenes. Los jóvenes no tienen ninguna oportunidad en el CSIC, los mayores solo tienen la oportunidad de sobrevivir en el centro y apañarse para seguir investigando con los lápices que les queden.

Es cierto que es muy difícil conseguir la sostenibilidad cuando se alcanza un tamaño gigantesco, es cierto que nunca ha habido una estrategia clara de cómo convertir el CSIC en una entidad realmente moderna e innovadora. Además, el CSIC no es un lugar, sino una institución con una infinidad de tentáculos y ventosas investigadoras, es una congregación de institutos de investigación de lo más plural y variopinto. El CSIC es la investigación española por antonomasia sin equivalente en los países de nuestro entorno. Las escuelas francesas, Oxford, Cambridge y la London School of Economics, el Instituto Max Planck. España tiene el CSIC, pero oiga, la gravedad tira para abajo, así que hemos decidido dejar que todo se caiga y  se rompa en añicos, cuanto más pequeños mejor.

Jaime Capitel

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2 comentarios

  1. Hacer leña del arbol caido puede ser gratificante para el leñador, pero no consigue que crezcan otros árboles.

    Es cierto que la Organización central del CSIC está padeciendo dificultades económicas severas, pero tambien es cierto que los investigadores del CSIC estan consiguiendo fondos para mantener viva su actividad científica a traves de contratos con la industria,asi como de las convocatorias de financiación de la UE o del Plan Nacional. Gracias a la diversidad de la investigación que llevan a cabo los Institutos del CSIC se puede mantener una actividad razonable mientras llegan tiempos mejores.

  2. Estimado Víctor:

    Gracias por su aportación. Tiene usted razón en que es más valioso plantar un árbol y conseguir recursos de nuevas fuentes, esperamos que el CSIC mantenga una salud robusta a pesar de las difíciles circunstancias, diversificando la proveniencia de su financiación. Además, me gustaría disculparme porque no era mi voluntad profundizar en el desánimo generalizado que nos atenaza.

    Por desgracia desde el blog del portal de empleo I+D+i, como es natural, tenemos la obligación de informar sobre las novedades que afectan a la contratación de personal técnico, científico e investigador, especialmente en lo que respecta a oportunidades para los más jóvenes. Dar una noticia tan mala me pareció ocasión propicia para denunciar decisiones políticas incorrectas, como venimos haciendo desde el comienzo de los recortes a los presupuestos en I+D+i.

    Jaime Capitel

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