Oda al número 2. Enrique Morón
Enlace a Oda al número 2 de Enrique Morón en poesía y ciencia
En el campo de poesía y ciencia, las matemáticas constituyen una amplia y privilegiada parcela, habida cuenta de la curiosidad y atracción que esta ciencia ejerce, en general y en cualquiera de sus ramas, en la sociedad y, por tanto, en los poetas.
En el prólogo de Explorando el mundo, antología de poesía científica recopilada a partir de poemas publicados en la sección poesía y ciencia en su etapa inicial, entre 2003 y 2005, Miguel García Posada, aludía a la presencia, con un uso fundamentalmente metafórico, de las matemáticas en la poesía del modo siguiente:
Son frecuentes los poemas dedicados a las figuras geométricas: ángulos , círculos, triángulos, espirales, cuadrados, líneas… Un Lorca juvenil hablaba de la “bisectriz del deseo”… Soslayando el simbolismo de los números, muy antiguo y de orden filosófico y religioso, hay que llamar la atención sobre la insistencia del cero como metáfora del vacío
Cuadrado mágico de números En la Sagrada Familia de Barcelona
Dentro de la enorme fascinación que han sentido los poetas por las matemáticas: cálculo, geometría, estadística, etc., ocupan un importante lugar los poemas dedicados a los números, (ver Nota 1). De entre ellos, los más abundantes y destacados son los dedicados a los números más importantes, ya que en el Universo de los Números no todos son de igual importancia, sobresaliendo los dedicados a números singulares como el 0 o el 1 o Pi.
Así, no hay apenas poemas dedicados a números «de a pie», como el 37 o el 43, por ejemplo. Sin embargo, además de al 1, no es extraño encontrarnos con poemas en que se mencionan o están dedicados a los primeros números naturales, como, por ejemplo, al número 2.
Imagen del número 2 para colorear
El número 2 se nos presenta en poesía con muy diversos semblantes. Hay un número 2, orgulloso y altivo, («Pero el dos tiene otra cuerda / ¡Todo es orgullo maldito!…), que por no juntarse a su derecha con el 0, no crece, (al contrario que el 1), en el poema El 0 el 1 y el 2 de Luis Valbuena.
Por el contrario, el 2 es objeto de burla del soberbio número 1 en el siguiente poema anónimo:
Le mostró al número Uno
la imagen del número Dos.
El Uno, con soberbia
al número Dos criticó
Dijo: está muy retorcido
no está recto como yo.
Así, el menor de los enteros
concluyó ser el mejor.
Ignorando que cada símbolo
representa un valor.
Para aprender a escribir el 2
En varios poemas el 2 aparece como pato, “Ese pato que es el dos, / está navegando siempre”, en el verso de Gloria Fuertes, o como cisne en los versos escolares, para aprender los números, siguientes:
El o es una aro,
el 1 , un arpón,
el 2, bello cisne
de blanco plumón, …
Al 2 lo representa Juan Bonilla, como de rodillas, rezando: «El 2 está rezando / para que llueva ya…», en su poema Mi número de teléfono en que, para recordarlo, le pone cara y costumbres a las distintas cifras.
El 2 viene a sugerir ecos y bifurcaciones: «Y ese abrirse la estrada de dos senderos, / como el eco sonoro y los amantes…», en la Balada de los números de José Verón; y es imagen del amor y de la unión de los amantes: «Y del número 2 en que se enlazan / tu cuerpo y el de la mujer amada…», en la Oda a los números de Pablo Neruda.
Una simbología más oscura del número 2, de angustia, castigo y desesperación, encontramos en el Pequeño poema infinito de Federico García Lorca que dice: «Pero el dos no ha sido nunca un número / porque es una angustia y su sombra, / porque es la guitarra donde el amor se desespera, …»
Enrique Morón. (Cadiar, Granada, 1942
En 1972, el poeta granadino Enrique Morón publicó el libro Odas numerales, (que fue reeditado en 2005), en el que se encuentra la Oda al número 2 que hemos traído a poesía y ciencia en esta última entrega del curso y que nos presenta un 2 delicado e infantil, cisne de los papeles escolares y príncipe y equilibrio de las curvas, que mueve a la ternura. (Ver Nota 2 ).
El poema consta de cinco cuartetos de endecasílabos con rima asonante en los versos pares. Es una escritura de factura clásica, sosegada y brillante que respira una gran afabilidad. En el primer cuarteto se presenta el carácter infantil e inmaduro del número 2, caminando por las cifras con la cola puntiaguda y la panza de niño adolescente.
En el segundo, asalta la potente figura de ser el único numero juguete en manos del usurero que escribe cifras y se recalca su apariencia de cisne. Después el poema presenta al 2 alejándose del narrador a mundos inciertos y arriesgados, por lo que en el siguiente cuarteto se invoca y advierte:
¿Qué vas a hacer cuando el dolor te lleve
por las altas ventanas de las sumas?
¿Qué vas a hacer cuando los ases vengan
a oscurecer tu blanca dentadura?
Por eso, en el último cuarteto se le pide al 2 que vuelva a su ser inicial, «Vuela de los papeles a los prados, / donde crecen los soles y las lunas», finalizando así este bello poema, que espero les conduzca al resto de poemas «numerales» de Enrique Morón que son también extraordinarios; y que van camino de convertirse en clásicos dentro del ámbito de las matemáticas y la poesía en castellano, si es que no lo son ya.
Notas
1. En relación con poesías que tienen a los números como protagonistas, es muy interesante el artículo Los números y la poesía de Juan Núñez y Concepción Paralera publicado en Numeros, Revista Didáctica de la Matemáticas, del cual están tomados la mayoría de ejemplos y poemas incluidos en esta entrada.
2. El libro Odas numerales, que no conozco en su totalidad, supongo que debe estar compuesto todo él de poemas relacionados con los números y las matemáticas. Conozco algunos de los poemas del libro que están presentes en antologías de poesía científica y en internet. Las Odas a lo números 5 y 7 se encuentran recogidas en la antología Ciencia y poesía. Vasos comunicantes de la revista Litoral , (número 253). En el artículo dedicado a Enrique Morón de la página web de poesía, amediavoz.com, pueden leer las Odas a los números 0 y 2,así como las Odas a la circunferencia y al signo menos.