Calcular. Jesús Aguado.

Enlace a Calcular de Jesús Aguado en poesía y ciencia

El poema

Queremos pensar que lo de Jesús Aguado no es de continuo y que la consideración con que aparecen los números en el poema Calcular es algo ocasional, probablemente producido por un mal sueño, una faena en el saldo del banco u otras extrañas coyunturas, (como más adelante apuntaremos).

Porque Calcular nos presenta un panorama inquietante del mundo de los números; alejado de otros más idílicos, tranquilos o divertidos, (y siempre interesantes), que suelen dar los poetas de la aritmética.

Números que aparecen como seres depresivos a los que el total – se supone que porque, ante el total,  las cifras iniciales pierden protagonismo o desaparecen de escena – les sume en un estado de postración (¡ojo al calificativo!) “sucia”.

Números que nos restan y descuentan y cuya ansiedad sólo parece poder ser moderada con nuestras vidas.

Números insolidarios que no creen en ellos mismos, que se atacan y desprecian, que

se aplastan mutuamente
en columnas de nada
se desprecian
se muerden al cuadrado

Todo este insólito y malicioso comportamiento de los números lleva a la conclusión de que están endemoniados: «que se despeñen». Como los cerdos endemoniados del relato evangélico de los Gadarenos, (Marcos 5-20 ó Lucas 8-33), a los que les espera el despeñamiento y ahogarse en las aguas del mar. Como cuenta Marcos:

» 12. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron».

En una segunda opción, el poema acaba exhortando a los números a «que vuelvan al gran cero», lo que podría querer decir que el mundo matemático retorne a ese primer conjunto totalmente vacío, a partir del cual se habrían generado después el resto de números. O, también, remitirnos al poema homónimo de Antonio Machado.

El gran cero

        Cuando el Ser que se es hizo la nada
y reposó, que bien lo merecía,
ya tuvo el día noche, y compañía
tuvo el hombre en la ausencia de la amada.
        «Fiat umbra!» Brotó el pensar humano.
Y el huevo universal alzó, vacío,
ya sin color, desubstanciado y frío,
lleno de niebla ingrávida, en su mano.
        Toma el cero integral, la hueca esfera,
que has de mirar, si lo has de ver, erguido.
Hoy que es espalda el lomo de tu fiera,
        y es el milagro del no ser cumplido,
brinda, poeta, un canto de frontera
a la muerte, al silencio y al olvido.

Enigmático poema que no intentaremos descifrar. (Ver Nota 1).

El poeta

Jesús Aguado es una de las figuras sobresalientes de las últimas generaciones de poetas españoles. La página especializadaamediavoz.com, ofrece una buena muestra de su poesía. En la reseña biográfica de la citada página se indica lo siguiente:

Poeta, traductor y antólogo español nacido en Madrid en 1961. Aunque vivió desde los dos años en Sevilla, actualmente y después de un tiempo pasado en Benares, India, se radicó en Málaga.

Su obra está contenida en las siguientes publicaciones: Primeros poemas del naufragio en 1984, Mi enemigo en 1987, Semillas para un cuerpo en 1988, Los amores imposibles Premio Hiperión 1990, Libro de homenajes en 1993,  El placer de las metamorfosis – Antología 1984-1993 en 1996, El fugitivo en 1998, Piezas para un puzzle en 1999, Los poemas de Vikram Babu en 2000, La gorda y otros poemas en 2001  y Lo que dices de mí en 2002. Añado,  tomado de wikipedia, las obras Heridas en 2004, La astucia del vacío en 2005 y Verbos en 2009. En 2011 la editorial Vaso Roto publica El fugitivo que contiene su poesía reunida entre 1985 y 2010. (Ver Nota 2)

Además ha traducido varios libros relacionados con la cultura de la India y preparado una edición de poetas devocionales de ese país, Antología de poesía devocional de la India en 1998. Es articulista del diario La Opinión y codirector de varias colecciones de poesía.

 

Notas y enlaces

1. Si, en cambio, enlazamos a los artículos sobre los Machado y la ciencia: El abuelo científico y  Cenizas del fuego heraclitano que escribió en marzo del año pasado Francisco García Olmedo  en Revista de Libros. En ellos, concretamente en el segundo de ellos, se comenta El gran cero y se nos ilustra sobre (sic) «el militante distanciamiento (de Antonio Machado) del ámbito objetivo de la ciencia, el mundo de su abuelo, que mezquinamente ve como mero «mundo de puras relaciones cuantitativas», negando que la alta ciencia pueda compartir un mismo espacio con la alta poesía». Dos magníficos e instructivos artículos del ingeniero, investigador y destacado escritor y poeta que es García Olmedo, al que ahora pueden seguir en internet en su nuevo blog sobre alimentación El pan de nuestros días, también en Revista de Libros.

2. En la revista Letras Libres pueden encontrar la reseña crítica de El fugitivo. Poesía reunida 1980-2015 de Jesús Aguado, realizada por Eduardo Moga en 2012 con el título ¿Quién es el fugitivo?.

 

 

 

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Un comentario

  1. Estimado Editor
    Yo podría contar una canción o escribir un poema de todo lo opuesto a lo que aquí
    se escribe. Probablemente también el autor, si le gustaran los números y sus infinitas relaciones. Incluso los intimidares hoyos negros presentan matemática belleza en su indescriptible y desconocido caos. Si pudiéramos ver su corazón, veríamos una física deslumbrante y creativa, llena de números que se arremolinan para formar universos desconocidos.
    Saludos cordiales.

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