La infancia de Heberto Helder. José Tolentino.
Enlace a La infancia de Heberto Helder de José Tolentino en poesía y ciencia
En 2015 tuve conocimiento de la obra poética del portugués Daniel Faria; lo que, para quien esto escribe, constituyó un auténtico acontecimiento artístico y vital. De ello es muestra, por ejemplo, la entrada: Daniel Faria o la palabra poética como revelación que publiqué en el blog La perplejidad del buzo en junio de 2017.
También, en este blog de La alegrías de las musas, en la entrada Leo a Tomás de Aquino en el Smartphone de Juan Antonio González Iglesias de 15 de marzo de 2016. En esta última, tratábamos de mostrar cómo, en el ámbito de la poesía científica, no hace falta que los contenidos o referencias científicas o tecnológicas sean muy abundantes; sino que, en ocasiones, para que un poema quede marcado de forma indeleble por la ciencia, basta un pequeño detalle o una sola frase de contenido científico o tecnológico.
En esa época, sentí cierta curiosidad por conocer algo más sobre poesía portuguesa y me encontré con una breve antología, aparecida en el número 44 de la revista colombiana de poesía Arquitrave de agosto de 2009. Allí descubrí, entre otros, varios poemas de José Tolentino. Y guardé, para un futuro en la sección de poesía y ciencia, el tierno y sorprendente poema La infancia de Heberto Helder.
José Tolentino
Ese futuro para La infancia de Herberto Helder en poesía y ciencia ha acabado por llegar en este febrero de 2020.
En la citada revista Arquitrave, se indica que una de las corrientes fundamentales de la poesía en portugués de las últimas dos décadas se caracteriza por un intento de (sic) “regreso a lo sublime, a través de una poesía intensamente cargada de metáforas y hasta representaciones algo surrealistas (…) Es una poesía donde muchas veces las imágenes y metáforas no son reconocibles de inmediato y el sentido del mundo es ampliado por la propia poesía, por la propia palabra, de una forma sorprendente. Poesía de alguna forma deudora de la herencia de Mario Cesariny o de Herberto Helder..”
Por su parte, en la misma revista, se glosa la obra poética de José Tolentino con los párrafos siguientes: “…aporta un lenguaje cristalino que busca la precisión del vocablo. Poseedora de una intertextualidad clásica y sagrada, su poesía se reviste de un tono casi elocuente que refleja un cierto neo-romanticismo de cariz órfico, a través de un registro elíptico y atento a los enigmas y abismos del cosmos, desvelando una inmensa sabiduría sobre el caos del mundo. Es una poesía a veces profundamente jubilosa.”
En el mismo número de la revista Arquitrave está incluido El poema que constituye una «poética» en toda regla.
El poema es un ejercicio de disidencia, una profesión de incredulidad en la omnipotencia de lo visible, de lo estable, de lo aprehendido. El poema es una forma de apostasía. No hay poema verdadero que no convierta al sujeto en forajido. El poema obliga a pernoctar en la soledad de los bosques, en campos nevados, por orlas intactas. ¿Existe acaso otra verdad en el mundo además de aquella que no pertenece a este mundo? El poema no busca lo inexpresable: no hay beato que, en la agitación de su piedad, no lo invoque. El poema devuelve lo inexpresable. El poema no alcanza esa pureza que fascina al mundo. El poema abraza precisamente esa impureza repudiada por el mundo.
En cuanto a La infancia de Herberto Helder, sólo puedo decir que es tierno, jubiloso, cristalino, muy elegante y mueve a la emoción. Imagina una posible infancia de Herberto Helder, fallecido en 2015 y que está considerado como el mayor poeta portugués de la segunda mitad del siglo XX.
Herberto Helder
El poema muestra poderes y acciones del poeta de niño: marcar la latitud de las estrellas ordenando canicas sobre la hierba, desordenar el universo con un poema:
“… un poema
es un tumulto
que puede estremecer
el orden del universo.”
También ser un ángel, escribir informes sobre el silencio y encontrar a Dios por los baldíos. Lo que le ocurría, todo, “… antes / de aprender el álgebra.»
Biografía de José Tolentino Mendoça (ver Nota)
José Tolentino, (Madeira, 1965), Licenciado en Teología, con una tesina sobre la poesía de Ruy Belo (1989), fue ordenado sacerdote católico en 1990. Hizo estudios en Ciencias Bíblicas en el Instituto Pontificio de Roma y es Doctor en Teología por la Universidad Católica de Lisboa, con la tesis La construcción de Jesús, una lectura de Lucas 7, 32-50, donde enseña Estudios Bíblicos. En 2006 apareció su recopilación poética A noite abre meus olhos. Sus ultimos poemarios han sido O estado do bosque, (2013) y Teoria da fronteira, (2017). Es Premio de Poesía Ciudad de Lisboa y de Ensayo del Pen Club de Portugal, dirige la revista Didaskalia y el secretariado de la Conferencia Episcopal de su país.
Nota
Si se asoman a la biografía en Wikipedia de José Tolentino; se darán cuenta del formidable vuelco de su biografía en los últimos dos años. A principios de 2018 le fue encargada la realización de los ejercicios espirituales para el papa Francisco I. Desde entonces fue nombrado, primero, obispo y, desde noviembre de 2019, cardenal de la iglesia católica. Así que ya ven; algo insólito: un poeta cardenal en poesía y ciencia.
Dios nos da fe y ojos para ver. ¡Laus deo!