La Cafetera Express y el Infiernillo Eléctrico. Juan José Velo Nieto.

Enlace a La Cafetera Express y el  Infiernillo Eléctrico de Juan José Velo Nieto en poesía y ciencia 

La primera noticia del autor de La Cafetera Express y el  Infiernillo Eléctrico la encontré en el artículo “Los fabulistas españoles (con especial referencia a los siglos XVIII y XIX)» de María Rosario Ozaeta. (Ver 1). Aparece como un autor que, con Ramón Basterra, trata de modernizar la fábula:

“Ramón de Basterra es un autor digno de mención en cuanto a su intento de modernizar la fábula mediante la transformación de los personajes tradicionales en máquinas que aleccionan al hombre, procedimiento también seguido por (sic) Juan José Nieto en su Fabulario Boreal”

Este Juan José Nieto es, en realidad, Juan José Velo Nieto y pocos detalles se conocen de su biografía. Nació en el pueblo cacereño de Perales del Puerto, situado a la entrada de la sierra de Gata desde la comarca de las Hurdes. Se licenció en Derecho y doctoró en Filosofía y Letras desarrollando su actividad profesional como funcionario de Correos. Tuvo una muerte temprana lo que truncó, sin duda, una prometedora carrera literaria. Fue autor de tres relevantes obras literarias – dos de ellas poemarios – que, siendo poco conocidas, merecerían un mayor reconocimiento. (Ver 2).

 

 

La primera de ellas es la memoria de la tesis doctoral que Velo Nieto escribió sobre el habla de las Hurdes de 1956, que aún hoy constituye uno de los referentes para el estudio lingüístico de esta comarca extremeña. (Ver 3).

Los dos poemarios escritos por Juan José Velo versan sobre el mundo de las fábulas y en ambos se adjudica el seudónimo de «Veliso». En el artículo Poesía y fábula de la Vía de la Plata de Juan Carlos Vera Camacho se da cuenta y se describen con cierto detalle ambos libros. (Ver 4).

El primero de ellos, de título Fabulario boreal,  fue publicado en  el año 1952 en Madrid por la editorial Rubiños en su colección Alegría y humor. Llevaba ilustraciones de Galindo y fue prologado por el ilustre polígrafo José María de Cossío, con una glosa final de elogio de Enrique Jardiel Poncela. (Ver 5).

 

 

El segundo de los poemarios, llevaba por título Fábulas edificantes. También, fue publicado por la Editorial Rubiños en 1970 y llevaba ilustraciones del dibujante y escritor Galindo. El prólogo, en esta ocasión fue del humorista y escritor Evaristo Acevedo.

Pese a su casi absoluto desconocimiento y lo poco que conocemos de ellos, ambos poemarios son de una originalidad sorprendente, dando una continuidad y modernidad al género fabulístico tan en boga en los siglos XVIII y XIX y que cae a la plena decadencia en el siglo XX. Sobre ambos resalta, en primer lugar, el hecho de que literatos y humoristas de tanto prestigio en su época colaboraran y apoyaran los dos libros de Velo Nieto; lo que resaltaría su novedad y valía. Evidentemente; José María de CossíoEnrique Jardiel Poncela, Evaristo Acevedo y el escritor e ilustrador Federico Galindo – más conocido, este por ser el autor de la letra de la canción de tuna Clavelitos – eran (y son) plabras mayores y perfectos acompañantes de cualquier obra literaria.

 

 

En segundo lugar se destaca la novedad de que «(sic) …  como modificación de los cánones tradicionales desde Fedro, Esopo, Lafontaine, Iriarte o Samaniego, en cuyas fábulas hablaban animales, mientras en estas de Velo, los que parlan y dialogan son instrumentos y máquinas, cosa mucho más difícil aún, al ser capaz de «animar» a seres totalmente «inanimados». Porque los animales y aún las plantas tienen en sí reacciones a veces semejantes a las humanas, pero un martillo o una plancha eléctrica, son imponderables para crear interés, cosa que, sin embargo, logra Velo Nieto para el lector.»

Por su parte, José María de Cossío resalta en el prólogo de Fabulario boreal la dificultad de «escoger como actores  (de las fábulas) seres inanimados, o con la falsa y fatal vida de la mecánica, supone un esfuerzo de caracterización de mucho más difícil logro. Únicamente el llorado Ramón Basterra dio principio a una serie de fábulas que, como las de Velo, sucedían entre máquinas y artefactos industriales«. Pero resalta el carácter estrictamente moralizador de las fábulas de Velo Nieto. Dice Cossío«Pero la intención de las fábulas de Basterra era fundamentalmente poética, en tanto Velo las da un carácter estrictamente moralizador… Este halago he sentido leyendo las graciosas fábulas de Velo, tan llenas de vida e ingenio, y tan ingenuamente aleccionadoras…»

En este sentido,  es muy significativa la primera fábula de Fabulario boreal que es una verdadera declaración de intenciones y que sirve de introducción a las restantes fábulas del libro. Dice así:

FILOSOFÍA DEL «BOREAL»

«Esopo, Lafontaine y Samaniego
compusieron apólogos morales,
en que hablaban la víbora, el borrego
y demás compañeros animales;
más la gente leyó sus fabulillas
como el fakir se traga las bombillas;
y a pesar de su espíritu docente,
el mundo prosiguió tan insolente.
¿Por qué estos moralistas del Parnaso
sufrieron tal fracaso?…
Si quisiera pecar, yo juraría
(y que Dios atempere mí osadía)
que si estos fabulistas fracasaron
fue… porque no triunfaron;
más la causa de tal ineficacia
radica en que olvidaron, por desgracia,
que el hombre benemérito y prolífero
no tolera consejos de un mamífero.
Más yo, que soy moderno fabulista,
abandoné la selva animalista,
y, abrazado a turbinas y motores,
inhalé el arcaduz de sus vapores
extrayendo la etérea consecuencia
de su mucho poder y mucha ciencia,
e hice hablar al tornillo, al cojinete,
al motor de explosión y al torniquete,
pensando que, al hablar un topolino,
en vez de hacerlo un ganso o un pollino,
mis fábulas dirán «topolinadas»,
pero no pollinadas ni gansadas.
Brindo pues al lector las moralejas
de mis motorizadas fabulejas»…

A este que escribe, un poco decimonónico y muy amigo de las fábulas «a la moderna»,  le gustaría que estos dos libros: Fabulario boreal y Fábulas edificantes estuvieran en la actualidad bien editados. No en la más absoluta oscuridad como ahora están y de los que sólo están disponibles – y buscando mucho – los dos poemas que a través de poesía y ciencia y de esta blog hemos difundido en esta fase final de la primavera de 2020, primavera de pandemia y corona virus que hemos sufrido.

Notas y enlaces

1. Ozaeta, Mª Rosario. Los fabulistas españoles (con especial referencia a los siglos XVIII y XIX). EPOS. XIV. Pags. 169-205.
2. Ver el blog Sierra de Gata onírica; (entrada de 29 de agosto de 2018).
3. Ver Velo Nieto, Juan José. El habla de las Hurdes. Memoria presentada como tesis doctoral en la Facultad de Filosofía y Letras  de Madrid dirigida por el catedrático de Filología Románica Dámaso Alonso. Revista de Estudios Extremeños Tomo XII nº 1-4/1956.
4. Ver Vera Camacho, Juan Pedro. Poesía y fábula en la Vía de la Plata. Revista de estudios extremeños, ISSN 0210-2854, Vol. 32, Nº 3, 1976.
5. El texto de la glosa de elogio de Jardiel Poncela era como sigue

«Ya que el autor solicita
en su volumen escrita
una glosa, como honroso
resumen que glose el númen
de sus fábulas, lo gloso
diciendo que es FABULOSO.
¡Y no existe otro resumen
qué honre más, por lo elogioso,
las fábulas de un volumen,
tan instructivo y jocoso!».

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