Una conversación de pasillo resulta a veces mucho más jugosa que otras vías más convencionales para obtener información, establecer contactos o simplemente enterarse de cuestiones más o menos relevantes de una institución. Eso ha pasado uno de estos días en relación con la atención de fisioterapia prestada a actuales y potenciales usuarios de la misma.

Se hablaba con un médico especialista en pediatría. Entre otros temas surge algo que une al fisioterapeuta y al interlocutor: el tratamiento de los niños, generalmente lactantes, ingresados por las consecuencias de la bronquiolitis. Sin entrar a considerar las pruebas disponibles sobre la eficacia de la fisioterapia en este tipo de pacientes, asunto nada baladí  (1), lo que nos incita a la interpelación es el hecho presente, una vez más, del desajuste entre las necesidades supuestas del paciente y la instauración del tratamiento. En este, como en otros casos, la fisioterapia cobra sentido si se comienza de la manera más precoz posible. Los pasos a seguir son conocidos de antemano, lo que facilitaría la labor casi inmediata del fisioterapeuta.  Sin embargo, la interposición, supuestamente necesaria, de la evaluación y prescripción previa de otro especialista médico, supone de hecho una demora que minimiza o invalida la aportación de la fisioterapia. Esto tiene más trascendencia si consideramos el impacto añadido que tiene la ausencia de fisioterapia en fines de semana o feriados, habitual en los hospitales españoles. De suerte que un niño ingresado un miércoles, evaluado por un rehabilitador un viernes, puede comenzar su fisioterapia en lunes. Las cuentas son sencillas.

Esta sucinta reflexión es válida para los pacientes ingresados en unidades de vigilancia intensiva (UVI) o intervenidos de prótesis de cadera o rodilla, por ejemplo. Como ya hemos dicho en otras ocasiones, la utilización más adecuada de los recursos es responsabilidad de todos. Pero también, y especialmente, de los gestores. De no intervenir en la corrección de los errores propiciarán, no ya el uso ineficiente, sino también el descrédito cuando los recursos, materiales y humanos, son públicos. ¿Interesa esto a alguien?

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Referencias

1.Perrotta C, Ortiz Z, Roque M. Fisioterapia respiratoria para la bronquiolitis aguda en pacientes pediátricos de hasta 24 meses de vida (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2008 Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com. (Traducida de The Cochrane Library, 2008 Issue 3. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.). En http://www.update-software.com/BCP/BCPGetDocument.asp?DocumentID=CD004873 (Acceso 6/5/2012).

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2 comentarios

  1. Por estos lados (Uruguay) pasa mas o menos lo mismo, las demoras en los tratamientos pueden ser algo que muchas veces no se entiende pero frecuentemente pasa por el sistema de salud que es muchas veces incoherente…

    Marcelo

  2. ¿Por qué la culpa de que no haya fisioterapeuta los fines de semana es de los médicos rehabilitadores?
    ¿Por qué la demora va a ser culpa de los médicos rehabiltiadores?
    Aquí lo que pasó es que ningún fisioterapeuta quiso trabajar sábados o venir por la tarde.
    Basta ya de culpar a un colectivo profesional de todos los males de la fisioterapia. Lo que no hay es fisioterapeutas suficientes y dinero suficiente.

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