¿CÓMO QUIERES QUE TE QUIERA SI…?

Esta entrada surge de un impetuoso estado de ánimo, tempestuoso, encolerizado. A pesar de ello, trataremos de calmarnos, moderarnos, atemperar el discurso. Tal vez dejaremos pasar tiempo, escribir con sosiego, repensando, para no estimular repuestas improcedentemente contestatarias.

 

Esta entrada surge de un impetuoso estado de ánimo. A pesar de ello, trataremos de calmarnos, moderarnos, atemperar el discurso. Tal vez dejaremos pasar tiempo, escribir con sosiego, repensando, para no estimular repuestas improcedentes o procedentemente contestatarias.

Uno de los rasgos por los que autodefinimos nuestro carácter es la impulsividad. La experiencia nos demuestra que en muchas ocasiones nos adelantamos a los acontecimientos, hacemos profecías que luego no se cumplen. Esperemos que sea este el caso. Pero no podemos reprimir nuestro deseo de manifestar desasosiego, disgusto, ante las muestras de displicencia implícitas en algunas pretensiones y comportamientos hacia la Fisioterapia, representada en sus profesionales, por algunos médicos especialistas en Rehabilitación. Hemos escrito en algunas ocasiones sobre la relación entre Fisioterapia y Rehabilitación en relación con la confusión originada por la sinonimia supuesta por muchas personas (1) y en relación con el conflicto interprofesional (2). Decimos también que no nos interesa la beligerancia apriorística que se ha fomentado en muchos lugares y de la que, de una u otra forma, hemos sido víctimas. Sin embargo, llegado un punto, resulta inevitable el recelo, la sospecha o  directamente el cabreo.

Tras este circunloquio referimos brevemente algunas circunstancias que nos justifican. En el contexto de convivencia médico rehabilitador-fisioterapeuta muchos presumen una asimetría relacional caracterizada por una jerarquía cuasicastrense. Así, nos encontramos con contradicciones de las opiniones o procederes del fisioterapeuta en base a esa relación aún cuando hay fundamentación para ellos. Esto ocurre.

En paralelo, se proponen, en un contexto de derivación, tratamientos de fisioterapia con un carácter de prescripción. Es cierto que ese carácter se puede atenuar, pero siempre con la complacencia del prescriptor, como una especia de dádiva. En ocasiones, a discreción de ese «derivador», tomarse la licencia de modificar la prescripción con criterio profesional, se ve como un agravio hacia su autoridad. Al fin, se supone que el prescriptor es el responsable último de tratamiento.

Lógicamente esta mentalidad de verticalidad relacional se puede traducir, y lo vemos, en actitudes que pretenden hacer manifiesto quién está en el nivel superior. Y, lamentablente, esas actitudes se corresponden con las de sumisión y mansedumbre de muchos fisioterapeutas.

En la práctica podríamos poner ejemplos varios de cómo se ve este proceso en clínicas, hospitales e incluso en universidades. Nosotros formamos parte de ese engranaje y no escapamos a estas circunstancias. Así, se puede espetar tranquilamente que «los fisioterapeutas», que forman parte de la plantilla de un centro, al que dedican su esfuerzo, que contribuyen a su reconocimiento,»no necesitan tanto espacio y que lo han de ceder a los residentes», que ni siquiera forman parte de la plantilla. Olvidando que lo que ocurre en la mayoría de las ocasiones es la falta espacio y tiempo para la labor administrativa, docente, investigadora y asistencial. Olvidando que el fisioterapeuta tiene otras muchas obligaciones más allá y acá de las derivadas de la atención directa. Olvidando que no es un ejecutor de órdenes. Olvidando las competencias que le otorga su titulación (no se deben haber leído la Orden CIN 2135/2008). Olvidando que los fisioterapeutas tienen formación y práctica para ejercer su profesión sin la tutela de otro profesional (de hecho, la relación rehabilitador-fisioterapeuta es contingente), y que se supone que es el que mejor hace y más sabe de fisioterapia.

No obstante hay médicos rehabilitadores y fisioterapeutas que presumen de trabajo en equipo, de estrecha colaboración, de decisiones consensuadas. Nos parece excelente. Pero sospechamos que la premisa es el reconocimiento previo de la asimetría explícita o implícita y de que las decisiones finales siempre han de llevar una firma concreta.

Hemos sido, al final, suaves, prudentes, hasta tibios. Se podrían contar muchas situaciones en las que la presencia de esta asimetría, de esta dependencia, ese solapamiento, generan conflictos en y con el paciente, desvirtúa la fisioterapia o supone meridianos ejemplos de ineficiencia. La entrada quedaría muy larga. Pero se entenderá por qué, con cierta amargura, la titulamos así.

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 Referencias

1. González García JA. Fisioterapia o Rehabilitación, ¿es precisa la diferenciación? En Fisioterapia. Acceso el 6 de febrero de 2013 en https://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2009/02/27/fisioterapia-o-rehabilitacion-%C2%BFes-precisa-la-diferenciacion/

2. . El Conflicto interprofesional (y II). En Fisioterapia. Acceso el 6 de febrero de 2013 en https://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2011/06/21/el-conflicto-interprofesional-y-ii/

 

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4 comentarios

  1. Te respondería igual.

    —-Propón formas en las que podamos trabajar juntos y bien.—- No me digas que sobro y que no sé hacer mi trabajo.

    ¿Cómo quieres que los rehabilitadores confiemos en los fisioterapeutas y deleguemos oyendo los argumentos, falacias e insultos que habitualmente nos dedican en prensa, blogs, reuniones y conferencias? Porque eso de la falta de respeto es algo que no viene solo de unos. La actitud castrense y jerárquica es muchas veces reactiva a esos modos y desprecios.
    ¿Cómo aceptar sin más las propuestas de los fisioterapeutas?
    Para muchos médicos bien preparados eso supondría perder su trabajo, ese con el que pagan la hipoteca. Porque muchos fisioterapeutas opinan que la única solución es que los rehabilitadores desaparezcan, se conviertan en otra cosa. Como si fuera tan fácil invertir 5 ó 6 años en hacer otra especialidad. Como si la formación de 4 años no sirviera para nada. Hay que destruirla, erradicarla etc. No hay opción al trabajo conjunto porque la orden CIN 2135/2008 esto y lo otro. Pues sí me la he leído, y me gustaría saber si algún fisioterapetua se ha leído algún documento sobre la reglamentación de mi profesión y mis competencias como médico rehabilitador. Porque lo que hay es un solapamiento, no algo exclusivo en el que unos sobran para que los otros puedan crecer a gusto.

    Se clama que debemos desaparecer pero para crear a la vez más formación para fisioterapeutas para poder hacer todo eso que nosotros ya hacemos (por supuesto siempre mal si lo mira un fisio cabreado). Unos crecen, los otros debemos desaparecer. No he visto propuestas de trabajar juntos de forma más eficiente, de mejorar en conjunto, sólo propuestas de eliminar a los rehabilitadores inútiles, desfasados, viejos sin reciclar y otras lindezas que se generalizan a todos. ¿Cómo quieres que te den lo que exiges si eso supone desaparecer y renunciar a mi trabajo y a mi vida? Dame alguna opción de trabajar juntos que no pase por «la sumisión y la mansedumbre del fisioterapeuta», pero donde pueda mostrar que sé hacer aquello para lo que me forme duramente. (En un curso de payasos de 4 años que es la residencia de rehabilitación según algunos fisioterapeutas)

    ¿Cómo se va a confiar en los fisioterapeutas si públicamente dicen que la especialidad de rehabilitación es un curso para payasos? Nos llaman lastre inútil, rémora del pasado. Algo impuesto en tiempos de Franco que no existe en el resto del mundo, solo en la España caciquil. Los más tontos de los médicos porque la especialidad se coge con un 4000 sobre 12.000 presentados (como familia, microbiología, análisis clínicos y otras) Una especialidad a extinguir. Un estorbo. Profesionales sanitarios que perjudican al paciente. E incluso vendidos a las farmacéuticas para impedir el desarrollo de la fisioterapia ya que curarían a los pacientes y se acabaría el negocio. De todo, con mentiras incluidas.

    Se miente: «en otros países no hay médicos rehabilitadores».
    Se miente: «los médicos rehabilitadores están obsoletos, no estudian, no hacen cursos, no están por la evidencia científica» y por tanto deben desaparecer.

    La realidad es muy distinta. La formación de los médicos rehabilitadores es muy buena. Muchos rotan en EEUU y Alemania, Inglaterra o Francia. Asistimos a cursos y congresos internacionales y nacionales para aprender más, para hacerlo mejor. Igual que muchos fisioterapeutas. La evidencia científica es una preocupación para la gran mayoría. Y la formación continuada también. Las limitaciones impuestas por la falta de recursos también nos afectan y no son decisión nuestra. Aunque también se nos culpa de ellas.

    Se usa la comparación con el peor. El peor médico rehabilitador, el más cerril y cerrado prescriptor no actualizado y dictatorial que además lee solo el Marca y usa homeopatía es el modelo que se toma como si fuera la norma para ridiculizar lo que se odia. Se fomenta esa imagen y ese prejuicio desde las propias escuelas-facultades de fisioterapia. No es así para la gran mayoría de nosotros. No pretendemos imponer nada. Solo desarrollar el trabajo para el que nos hemos preparado. Igual que los fisioterapeutas. Buscamos lo mismo. Tenemos la misma ilusión por trabajar. Pero el sistema nos ha encerrado en unos modos no elegidos.

    La formación recibida no se corresponde con las posibilidades laborales. Ni para fisioterapeutas ni para médicos rehabilitadores. El trabajo de la sanidad pública donde hay «una jerarquía opresora de la fisioterapia» y etc como se suele decir, es horrible. Pero para 5 plazas se presentan miles de fisioterapeutas.
    Para conseguir un puesto de trabajo como médico rehabilitador prescriptor de fichas de cartulina obsoletas y sin recursos materiales hay que estudiar también años y años además de preparar oposiciones durante media vida. No es un regalo tampoco, es una lucha dura. No es un título nobiliario heredado. No es un Status Quo, ni un chiringuito para enriquecerse y que hemos heredado. Son décadas de estudios y formación continuada reglada, legal, cara y que lleva a sacrificar familia, amigos y ciudad donde se vive. Para llegar a un puesto de trabajo donde no puedes desarrollarte y encima te odian otros profesionales. Igual que a los fisioterapeutas, el trabajo y los estudios son duros y los resultados no todo lo buenos que esperas, y las oportunidades de crecer y desarrollarte menos. No sois la única profesión que dedica los fines de semana a formarse para no poder hacer lo que has aprendido. El trabajo así no es satisfactorio tampoco para los rehabilitadores; hacer fichas no es mi sueño. Pero es lo que hay. Muchas veces el médico rehabilitador recién terminado entra en una mutua o en la sanidad pública donde el sistema ya está organizado. Te meten a trabajar haciendo fichas de fisioterapia, sin posibilidad de desarrollar ningún otro potencial ni nada de lo aprendido. Hasta los 45-50 años sigues siendo interino, sin mucha opción a cambiar nada. Y para colmo muchos fisioterapeutas te seguirán culpando de todo lo malo que les pase. El retraso en investigación en fisioterapia es por los médicos rehabilitadores. El paro en fisioterapia, el intrusismo, todo es culpa de los médicos rehabilitadores. La mala formación en las escuelas-facultades de fisioterapia, es culpa de los médicos rehabilitadores. Incluso la cronificación de las dolencias de los pacientes es culpa nuestra. En todos los países los fisioterapeutas tienen más competencias y saben más pero en España no, por culpa de los médicos rehabilitadores claro. (Esa comparación por países suele ser un sueño y una mentira, en los países desconocidos y hablando de oídas todo es mejor y los fisioterapetuas cobran el triple, la hierba es más verde y bla bla) Todo culpa de los médicos rehabilitadores. De hecho no somos humanos ni tenemos capacidad de valorar a nuestros semejantes, ya sean pacientes o compañeros de trabajo. Nuestro máximo interés es la destrucción de la fisioterapia, lograr que nadie se cure. Vivir sin dar un palo al agua mientras los pacientes sufren de dolor crónico rentable, leyendo el periódico mientras mandamos tratamientos inútiles a los fisioterapeutas. De hecho haber estudiado medicina es una tapadera para poder desarrollar nuestro sadomasoquismo. Nuestra mayor satisfacción sería poder usar un látigo mientras ustedes manejan el transductor de ultrasonidos.. ja, ja, ja.

    ¿Cómo piensas que son las cosas? ¿Hay unas personas malas que somos los rehabilitadores, que no tenemos ilusiones más que hacer el mal y otras personas buenas que son los fisioterapeutas que solamente tenéis ilusión por trabajar y no os dejan? Y para que vosotros podáis trabajar a gusto y como queréis los demás no podemos trabajar ni existir?

    —-Propón formas en las que podamos trabajar juntos y bien.—-

    Los médicos rehabilitadores también podemos tener un impetuoso estado de ánimo. Y tratamos de calmarnos, moderarnos y atemperar el discurso cuando es posible. Pero también a nosotros nos tratan injustamente. También nos gana el desasosiego y el disgusto. Y el recelo, la sospecha o directamente el cabreo.

  2. Poner en mayúsculas lo de «diagnóstico» pone erradamente el acento donde no es. El profesional sanitario debe CONOCER los signos de alerta y alarma y derivar. Cierto.
    El libre acceso a un profesional no va ligado a que rellene un evolutivo. Hasta ahí podíamos llegar. Si fuera por eso, no íbamos ni al médico.
    La obligación de historia clínica es inherente a cualquier profesión sanitaria.
    Así mismo, el fisioterapeuta SIEMPRE es responsable de su acción profesional. Esté o no, apoyada-indicada-orientada-ordenada por si mismos o por un médico. Existe una equivocada idea de eximente «porque el médico lo mandó».
    Si un profesional se equivoca, ese profesional responderá por sus acciones.

  3. Estimado «Facultativo Especialista»:

    La historia narrada es, ante todo, muy triste. Su argumento es apoyado por cualquier sanitario. Pero no entiendo la ligazón con lo expresado por nosotros en esta entrada. Cualquier negligencia, y la hay en todas las profesiones, ha de ser perseguida, pero eso no invalida el proceso en el que se produjo tal negligencia.
    Un saludo.

  4. Paciente con esguince tobillo, acude a FT privada que inicia tratamiento conservador(hasta aquí perfecto). A la semana inicia cuadro de dolor y tumefaccion en gemelo, el FT DIAGNÓSTICA de rotura fibrilar, inicia tratamiento con «masajes y corrientes» (según familia).
    resultado: Era una trombosis venosa profunda, se convirtió en un tromboembolismo pulmonar masivo, totalmente prevenible con una consulta médica.
    Actualmente: juicio vía penal, la palabra del Fisio contra la de la familia(no hay historia clínica diaria, de cada actuación, como hace cualquier profesional sanitario obligatoriamente) el paciente no puede decir nada porque murió en el proceso.
    Libre acceso a FT sí, pero cuando escriban toda su actuación, serán responsables totales como cualquier sanitario y por favor, aunque se pierda a un paciente (y su dinero…) hay que tener claros los motivos de derivación a médico especialista

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