¿ES SUFICIENTE UN MÍNIMO DE FORMACIÓN UNIVERSITARIA?

La ociosidad, que encuentra su sitio muchas veces en el mejor considerado ocio, tiene una connotación negativa. Al menos así lo interpretamos cuando decimos que es origen de vicios. Sin abundar en estos conceptos sí diremos que hemos aprovechado momentos de ociosidad, tranquilidad, quietud y cierta galbana para escuchar conversaciones de colegas que nos han incitado a la reflexión.

En días de descanso, relajación, en los que tratamos de arrinconar las vicisitudes laborales y familiares cotidianas, dejamos espacio a la lectura reposada, a veces banal, o a otras formas de ocupar un tiempo aparentemente infinito. En nuestro caso hemos dedicado algunos ratos de tumbona a escuchar pódcast con contenidos de conversaciones entre fisioterapeutas. Es una forma de aprender, generar reflexión o simplemente entretenerse.

En una de estas emisiones (1), conducida por Raúl Ferrer, compartían charla Antonio Cuesta Vargas y Álvaro García Altube. Aparte de todo lo abordado, nos fijamos en una cuestión que podríamos resumir, según nuestra interpretación, en que la formación de Grado prepara al estudiante para iniciar su andadura, con la idea de que sea un punto de partida de mínimos, a partir del cual el profesional se irá construyendo. Se puso el ejemplo de la obtención del permiso de conducir, que nos habilita para manejar el vehículo en un contexto que se irá enriqueciendo y ampliando progresivamente. 

Dicho así parece razonable. Cualquier grado universitario nos capacitaría mínimamente para emprender el particular camino de nuestra carrera profesional, en la que se habría concienciado al estudiante de que la formación continua y la experiencia contribuirán en conjunto para forjar un profesional cada vez más competente. Siguiendo con la analogía del permiso de conducir aprenderemos, con tiempo y práctica, a utilizar convenientemente las marchas, a adelantar, a anticiparnos a las maniobras de otros conductores y a transitar por vías empinadas y angostas.

Sin embargo, tenemos reservas sobre esta idea de la formación pregrado, siempre desde nuestra limitada experiencia como docente. Hay cuestiones de las que hemos escrito y que ahora reiteramos. En primer lugar, hay conciencia clara entre la comunidad educativa de que la carga real de horas docentes se aleja de la nominal, tanto en horas presenciales como no presenciales, más si cabe tras la pandemia. Recomendamos ver la charla de Alfredo Prieto Martín al respecto (2). En segundo lugar, evidentemente hay contenidos inabordables en el grado por su extensión, por su grado de profundidad, por su dimensión práctica, o por otros motivos. No se trata de formar el profesional fetén. Pero tampoco de renunciar a priori a una formación solvente, incluso excelente, que por otro lado pudiera ser el reclamo de cualquier universidad. Parece que se acepta la omisión de contenidos por su naturaleza o características. O se abordan superficialmente o inconexos con el entorno real de práctica. Así, podríamos hablar de habilidades de comunicación, estadística, lectura crítica, legislación y deontología, o nuevas tecnologías. Lo que se pudo estudiar en un primer o segundo curso no se integra a la hora del encuentro con el paciente.

El prácticum, la asignatura que mejor conocemos, no escapa a la incongruencia aludida entre horas reales y nominales. Por otro lado, creemos que hay aprendizajes inevitablemente ligados a la experiencia. ¿Cómo enfocar una entrevista clínica y transcribirla? ¿Cómo evaluar la pertinencia o validez de una encuesta o autoinforme? ¿Cómo transmitir verbalmente o por escrito una impresión diagnóstica? ¿Cómo enfrentarse a una situación de conflicto interpersonal o dilema ético? ¿Cómo reaccionar ante una emergencia? ¿Cómo reconocer el lenguaje no verbal en una situación de vulnerabilidad? Todo eso se puede enseñar, pero de una manera incompleta. Y esto sí que puede ser preocupante para disciplinas intrínsecamente experienciales.

El conocimiento no es infundido, requiere tiempo, dedicación, esfuerzo y rigor cuando se trata de un plan de estudios. Quizá con un poco más de todo eso se pueda aumentar el acervo competencial de los estudiantes. La otra opción es mantenernos aquiescentes ante una formación de mínimos.

LEER MÁS FISIOTERAPIA.

Referencias:

1. Duelo de Fisioterapia 2ª Parte! Sesión Docencia. https://www.twitch.tv/videos/1790130119. Acceso 2 de mayo de 2023. No disponible (7/12/2023).

2. Cómo poner en práctica el aula invertida en asignaturas universitarias. REDU Red de Docencia Universitaria. https://www.youtube.com/watch?v=qlavFUg0Es8. Acceso 2 de mayo de 2023.

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3 comentarios

  1. Las realidades que cubre la formación con esa designación son muy diferentes. No es apropiado combinar la formación técnica con la instrucción literaria porque se necesitan enfoques diferentes en diferentes campos, especialmente en las ciencias experimentales.

  2. La formación bajo ese título se abarcan realidades muy distintas. Meter en el mismo saco a la formación técnica con la des las letras es poco adecuado, pues en especial las ciencias experimentales requieren un enfoque distinto…

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