La solución a la invasión de mejillones cebra podría estar en una bacteria común

La historia de la invasión por moluscos de agua dulce en Estados Unidos es semejante a la de otros países. Su presencia se ha constatado ya al oeste de las Montañas Rocosas amenazando el suministro de agua de millones de personas. La solución podría estar en los resultados esperanzadores obtenidos en laboratorio mediante la exposición de mejillones quagga y cebra a la bacteria Pseudomonas fluorescens, presente habitualmente en comida, suelos y aguas. Las bacterias contienen toxinas que se acumulan en los mejillones y que provocan altos índices de mortalidad. Se prevé la realización progresiva de experimentos a mayor escala que proporcionen más información sobre el método, tanto sobre su eficacia como sobre su efecto sobre los ecosistemas acuáticos.

[Grupo de Procesos y Sistemas de Ingeniería Ambiental, Universidad Autónoma de Madrid]

La historia de la invasión por moluscos de agua dulce en Estados Unidos es semejante a la de otros países. Se cree que los mejillones cebra fueron introducidos accidentalmente en los Grandes Lagos como consecuencia de la descarga de aguas de sentinas de barcos procedentes de la Europa del Este y Ucrania. Los efectos son de la introducción presenta también un patrón común. Su alta capacidad de reproducción ha llevado a su extensión a un número creciente de cuencas. Otra especie, los mejillones quagga fueron detectados por primera vez al oeste de las Montañas Rocosas en el Lago Mead en enero de 2007. Desde entonces se ha producido una extensión a lo largo del Río Colorado y se ha informado de su existencia en California y Arizona. Su extensión amenaza con extenderse a los sistemas acuáticos que proporcionan abastecimiento de agua a millones de personas en el oeste del país.

El Bureau of Reclamation de los Estados Unidos ha informado recientemente del comienzo de ensayos para comprobar si una bacteria común puede acabar con la invasión de mejillones quagga. En ensayos preliminares llevados a cabo el pasado verano en el embalse Davis del Río Colorado, los investigadores del Bureau of Reclamation expusieron mejillones quagga a Pseudomonas fluorescens, una bacteria no infecciosa que se encuentra presente de forma habitual en comida, suelo y agua. El experimento parte de resultados previos de investigadores del Museo del Estado de Nueva York en los que se indicaban altas tasas de mortalidad de mejillones cebra y quagga tras ingerir Pseudomonas fluorescens. La explicación parece estar en la acumulación de toxinas presentes en la bacteria y que atacan al aparato digestivo de los mejillones. El tratamiento presenta como ventaja importante que los mejillones ingieren las bacterias con facilidad cuando se encuentran expuestos a ellas, en contraste con otros agentes estudiados, como el cloro, que provoca que los mejillones cierren sus conchas en actitud defensiva, reduciendo así su efectividad.

Los test iniciales fueron llevados a cabo a escala de laboratorio en pequeños recipientes y se ampliarán en breve en estanques de entre 40 y 80 litros en los que se intentará reproducir las condiciones del flujo del agua a través de la presa del embalse. Asimismo, se realizarán pruebas en líneas de abastecimiento de agua que actualmente presentan serios problemas de reducción de capacidad por el crecimiento de mejillones en su interior.

En función de los resultados el Bureau of Reclamation podría poner en marcha un ensayo a mayor escala, posiblemente en un puerto deportivo. Este ensayo requeriría del permiso de la Environmental Protection Agency, debido a la necesidad de liberar al medio acuático cantidades importantes de bacterias, y deberá evaluar el impacto que pueda provocar sobre el resto de organismos del ecosistema. Asimismo, en caso de éxito sería necesario un delicado proceso de consultas antes de extender el sistema a los embalses del río colorado.

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