El 30 de octubre de 2016 el Servicio Geológico de Estados Unidos informó de un nuevo terremoto en la zona del centro de Italia, concretamente a 6 kilómetros (3,7 millas) al norte de la localidad de Norcia. El poderoso terremoto de 6,6 grados de magnitud sacudió el centro de Italia hiriendo al menos a 20 personas y ha sido el temblor más fuerte que se ha registrado en el país en más de tres décadas. Pero, ¿cómo alteran los terremotos a los acuíferos y a la fauna de agua subterránea que habita en ellos? El 6 de abril de 2009, un terremoto de 6,3 Mw en L’Aquila (Italia) alteró notablemente la hidrogeología y la geoquímica del acuífero cárstico de Gran Sasso (GSA). Un equipo de geólogos y biólogos de la Universidad de L’Aquila, del Instituto de Estudios de Ecosistemas-ISE-CNR de Florencia y de la Universidad La Sapienza de Roma, ha comparado datos abióticos y bióticos de dos estudios pre-terremoto con los de otro estudio realizado tras el terremoto, para investigar los efectos del terremoto de 2009 en el las comunidades dominantes de este ecosistema: fauna estricta de aguas subterráneas (crustáceos copépodos). Los resultados sugieren que la masiva sequía del acuífero, inducida por el terremoto, desencadenó la desaparición de la fauna de aguas subterráneas y una disminución dramática en la abundancia de especies. Las tasas de rotación de la población se alteraron, no existiendo reposición de las comunidades que habitan este tipo de ecosistemas y el acuífero quedó casi totalmente privado de vida animal. Las comunidades de aguas subterráneas son notorias por su baja resiliencia. Cualquier perturbación importante que afecte negativamente a la supervivencia o a la reproducción puede conducir a la extinción local de especies; siendo la mayoría de ellas las únicas supervivientes de linajes filogenéticos ya extintos de la superficie terrestre. La fauna subterránea desempeña un papel ecológico clave como descomponedora de materia orgánica y representa a los verdaderos “ingenieros de ecosistemas” de las aguas subterráneas. Los resultados sugieren que una perturbación natural catastrófica, como es un gran terremoto, parece tener un impacto negativo sobre la supervivencia o reproducción de los estigobiontes contenidos en el acuífero; lo que supone un potencial efecto perjudicial para la biodiversidad de las aguas subterráneas.
Tiziana di Lorenzo, Institute of Ecosystem Studies-ISE-CNR, Florence, Italy (Research stage, Groundwater Ecology Group, IMDEA Water
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