EL CUESTIONAMIENTO COMO NECESIDAD
En Fisioterapia, como en otras profesiones sanitarias, abundan las prácticas que carecen de la suficiente fundamentación científica. Resulta esto, cuando menos, llamativo. Máxime, cuando en todo el entorno sanitario se pretende ser precisamente científico, fundamentar desde esta óptica las actuaciones. Y más, en un contexto de contención del gasto sanitario.
No es la primera ve que nos hacemos eco de una publicación que cuestiona las prácticas habituales en salud. En otra ocasión se revelaba la poca o nula justificación de actuaciones sobre la lumbalgia (1). Ahora nos hacemos eco de una revisión que cuestiona la aplicación de la técnica de gancho o diafibrolisis percutánea (2). No insistiremos en los argumentos ya esgrimidos a tenor de la falta de base científica de algunas de nuestras técnicas y de la necesidad de cuestionarnos el porqué de ello. Sí nos plantemos la situación de vulnerabilidad en la que esto nos deja como profesión sanitaria. La tendencia, la demanda de hoy, es y debe ser aportar las pruebas para la implantación o continuación de prodemimientos terapéuticos, diagnósticos, pronósticos o preventivos. Si no hacemos hincapié en esta necesidad será fácil la crítica que mine nuestra credibilidad como fisioterapeutas. La Fisioterapia es una ciencia y debe obtener sus contenidos del método científico (aunque no sólo de él). Las técnicas y procedimientos han de ser publicados para fomentar su conocimiento y para posibilitar su revisión. No debería haber cotos donde se enseñan técnicas sin aportar esta visión científica. Pretender que esto no es necesario, que lo importante es que el paciente mejora (sin haberlo probado realmente), que someterse al paraguas del método científico es un capricho innecesario, nos conduce a la falta de prestigio, al mundo de la pseudociencia, del alternativismo. Porque si algo funciona se puede probar, aun desconociendo los mecanismo por los que lo hace. El mundo de la medicina está repleto de ejemplos de ello. Alejarse de esta constatación refleja miedo, inseguridad o intereses ajenos al bien del paciente presente y futuro.
La revisión sobre la fibrinolisis no es sino un ejemplo de lo que se debería hacerse con otras muchas prácticas fisioterápicas. Las conclusiones serían en muchos casos idénticas. Esto no implica que las técnicas no funcionen, sino que nadie se ha molestado en averiguarlo, al menos por lo métodos y cauces usuales de la ciencia. Y si no se investiga no estaremos seguros de lo que hacemos, aceptaremos lo que se hace sin crítica. Como en este caso, serán otros profesionales los que se cuestionen nuestro trabajo. No parece lo más adecuado para nuestra disciplina. La visión crítica, la revisión constante, la fundamentación, el cuestionamiento son una necesidad inevitable para la Fisioterapia y para las demás profesiones sanitarias.
Referencias
1. González García, JA. https://www.madrimasd.org/blogs/fisioterapia/2009/03/24/critica-a-la-practica-no-basada-en-pruebas/ [En línea 31 de marzo de 2010].
2. CAPA GRASA, A; RAMOS ROPERO, A; MARTÍN DEL ROSARIO, F. Fibrolisis diacutánea: revisión basda en la evidencia. http://rehabilitacionmedica.blogspot.com/2010/03/fibrolisis-diacutanea-revision-basada.html [En línea 31 de marzo de 2010]
Apreciado Sr. Gonzalez:
Como autor principal de la revisión de la que se hace usted eco en su página, quisiera agradecerle en mi nombre y el del resto de autores el habernos referenciado.
Por otro lado resulta gratificante el tono de su entrada, que no es distinto del que ha inspirado nuestro artículo.
Reciba un cordial saludo.
Dr. Capa.
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